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-¿Aquí es donde pasas tu tiempo cuando no estás degollando personas?- escuché la voz y las pisadas inigualable de Nick bajando lentamente por las escaleras mientras cantaba y se movía al ritmo de una canción que salía por los parlantes
Para ser más específica.. "Why'd You Only Call Me When You're High?" Era la canción que estaba sonando en esos momentos.
¿Qué hace aquí?. No leyó que el acceso estaba prohibido a esta parte de la casa.
Supongo que el consentido de papi y mami no entendía la palabra "prohibido" como una señal de detenerse y no invadir la privacidad del otro.
Esta parte de la casa estaba oculta para todo el mundo que no se llame Shay Slater y sea adoptada. Este lugar era hecho para mí, mi santuario, nadie en esta casa ha osado entrar aquí y ahora él estaba perturbándolo con su nivel de sarcasmo alto y su olor a perfume barato de tienda departamental.
-¡Hey!- Levanté la mirada y refleje una sonrisa falsa, pero en el interior mis dientes estaban apretados y mi mandíbula estaba tensada.
Literalmente estaba a punto de estallar del enojo.
-Supongo que descubriste mi pequeño secreto- dije levantándome del suelo donde había estado las últimas dos horas enganchada en un libro
Para mi cuerpo fue un verdadero alivio que por fin me levantara de ahí, pero para mi cerebro de cazadora no lo era tanto ya que estaba a punto de terminar 900 paginas antes de que Nick llegará.
Luego de eso, cerré el libro en el que había estado metida hace un minuto. El sonido fue tan fuerte que vi como sus cejas se levantaban unos segundos por la impresión.
¿Que acaso ahora cerrar un libro fuerte era un delito?. Nick, estas es mi espacio así que mejor mantén la boca cerrada.
Su pequeña mente tal vez pensó: "¿Qué le pasa a esta loca?. ¿Esta enojada?", y sí. Lo estaba, él estaba contaminando mi espacio y/o lugar espiritual.
Tendría que usar mínimo 20 cristales para reparar la energía maligna que ahora rondaba por este lugar.
Espero que por lo menos no se atreva a tocar nada.
Esa sería una señal clara de que aún me tiene un poco de respeto.
Yo no voy por ahí entrando a su casa sin avisar y subiéndome a su preciado auto deportivo pintado especialmente para él, como si fuera mío.
Lo respeto.
Cosa que él obviamente no hace.
El respeto no abunda por aquí últimamente.
-Shay- se inclinó un poco para estar a mi altura y así que mi mirada perdida le prestará atención
Siempre le ha gustado la atención. Hasta en las fotos de pequeños que nos tomábamos en Halloween. Que por cierto tiene todas en su habitación ya que soy la única amiga que no puede matar.
