DOCE

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Nanon llegó a la casa de su mejor amigo y se dirigió a la puerta, antes de siquiera poder tocarla, Tay abrió y se lanzó sobre el para fundirse en un abrazo, llevaban al menos tres semanas sin verse y era obvio que se extrañaban.

— Hola, Tay.

— Hasta que te dignas por venir a verme, mal amigo — Soltó dramático.

— He estado un poco ocupado, y la verdad, vengo a buscar al tío Zin.

— Ese soy yo, hola cachorro — Zin apareció detrás de Tay, y corriendo sin cuidado a su hijo, se acercó a darle un abrazo a Nanon.

— Entonces, ¿ahora buscas a mi padre y no a mi? La traición.

— También tengo algo que contarte, pero esto es importante.

— ¿Por qué no vamos atrás? Estoy seguro de que le puedes contar mientras trabajamos.

Los tres se dirigieron al taller que tenía el Omega en la parte de atrás de la casa, porque sí, Zin era un amoroso Omega, su Alfa lo había abandonado hace mucho tiempo, y se había mantenido firme por su pequeño cachorro.

Su pequeño cachorro que se había convertido en un gran Alfa que lo sobreprotegía. No dejaba a nadie acercarse más de la cuenta, gruñía a cualquier Alfa que lo veía con lujuria, y se encargaba de mantenerlo hidratado y alimentado en su celos. No sería nada en ese momento sin su bebé.

— Entonces, suelta la sopa.

— Ohm me está cortejando — Sacó el pequeño broche que se había quitado antes de bajarse del auto, para sorprender a su amigo.

— ¡No lo puedo creer! — Soltó un chillido que sonó muy agudo para un Alfa.

— Me llevó a una linda cena por una catarata y me hizo un lindo nido para que mi Omega no sienta su falta.

— Que adorable, por fin se animó.

— Siempre que Bright y Win venían, nos contaban que Ohm no creía que te gustara, por eso no se animaba a hacer algún movimiento — Habló el mayor, buscando un cuaderno para hacer el diseño del brazalete.

— Estoy feliz de que lo hiciera por fin.

— ¿Y ya le dijiste lo que tus desayunos?

— No, aún no, y mañana tampoco porque tengo el día libre, quiero terminar esto lo antes posible para hacer oficial el cortejo.

— Entonces debemos comenzar, ¿tienes alguna idea?

— Tengo algo en mente desde hace algún tiempo.

Nanon le explicó como deseaba que fuera el brazalete, le dio la medida de la muñeca del Alfa, y le dijo que pensaba agregarle. Tay les ayudó un rato hasta que les dio hambre y decidió ir a hacer algo de comer para todos.

Almorzaron entre bromas y comentarios que salían de la nada, como el que hizo Nanon sobre Tay buscando un Omega y este diciendo que no quería dejar aún a su padre. Volvieron a trabajar, y por ahí de las seis de la tarde dejaron todo, fueron a hacer algo de comer - preparado ahora por ambos Omegas- y comieron soltando solo unos pocos comentarios.

Nanon decidió dormir ahí, para poder comenzar al día siguiente desde muy temprano. Así que aviso a sus padres y luego, en la cómoda habitación adaptada para él, se dispuso a llamar a Ohm.

— Hola, Alfa.

— Omega, ¿Cómo estás?

— Me siento un poquito cansado — Hizo un puchero aunque el Alfa no pudiera verlo.

— Oh, mi bonito Omega.

— Pero me siento feliz porque hemos avanzado muy rápido, lo más probable es que el martes ya esto esté listo.

Mi omega huele a lo que me gusta || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora