— ¿A qué vienes, Dunk? — Mencionó Ohm
— A hablar contigo.
— No tenemos nada de que hablar.
— Yo creo que sí. Quiero que inviertas en mis restaurantes.
— Lo siento, yo no quiero invertir, te lo dije la última vez que nos vimos.
— En este momento necesito que alguien invierta o me iré a la quiebra.
— Lo siento, pero eso no es un problema mío.
— Lo es, hiciste algo para que nadie quiera invertir.
— Yo no hice nada, no tengo esa necesidad.
— Entonces, ¿por qué desde que pasó lo de Nanon, nadie quiere invertir?
— Tal vez ya tus restaurantes no valgan la pena.
— ¿Qué dices?
— Piénsalo, el servicio se volvió lento, la comida no tiene tan buen sabor como antes, los platillo no lucen tan geniales, los locales se ven anticuados y descuidados, no parece algo que valga la pena.
— ¿Qué sabes de eso? — Sonaba muy enojado.
— Yo lo sé todo, así como sé lo que le hiciste a Nanon. No pienso invertir y es mi última palabra.
— Ah, así que esa zorra ya te contó como suplicaba por mi nudo y mi marca.
— Cuida tus palabras — Estaba perdiendo su paciencia.
— ¿Por qué? Nanon no es más que una zorra.
— No te permito hablar así de mi Omega — Su voz de Alfa salió mezclada con un gruñido.
— ¿Tu omega? ¿Esa zorra?
— ¡LÁRGATE DE AQUÍ!
Salió de la oficina dando un portazo y entre gruñidos. Se dirigió directamente al escritorio de Nanon, donde este estaba encogido por el miedo con un Omega igual que él al frente y un Alfa que aumentó su enojo con nada pasó que daba.
— ¡Tú! Maldita perra — Se dirigía al azabache con su voz de Alfa, asustándolo más.
— No le hables así — El Alfa al otro lado del escritorio sonó pacífico, pero se veía amenazante.
— No te metas, esta perra me las va a pagar.
Agarró a Nanon de la muñeca, y lo tiró al suelo, haciéndolo gemir de miedo.
— Suelta a Nanon, Dunk — Ohm parecía un punto de perder el control.
— Dunk, por favor — La voz de Nanon sonaba cargada de pánico.
Dunk lo pateó en su estómago y le dio dos golpes en la cara con el puño. Nanon intentó taparse, gimiendo del dolor y llorando. Ohm al ver eso avanzó para golpearlo, pero alguien lo agarró por atrás para evitar que hiciera algo. El Alfa que era policía agarró a Dunk y lo redujo, tirándolo en el suelo, por más que éste luchó, no se pudo separar.
— Amor, llama una ambulancia y una patrulla, por favor — El Alfa le pidió a su Omega.
Ohm se soltó del agarre que resultó ser de su padre y su mejor amigo, corrió donde Nanon, que al sentirlo se aferró a su camisa. Su Sol era una pequeña bolita de puros lloriqueos y olor a miedo, alterando a su Alfa, abrió un poco la camisa de Nanon y visualizó lo que era el inicio de una gran morete; su carita estaba con sangre, al ser tan delicado el golpe le rompió sobre la ceja y los labios.
— Alfa, duele.
— Lo sé bebé, ya viene la ambulancia.
Ohm vio como los ojos de su Sol se cerraban y los puños en su camisa se aflojaban, casi entró en pánico al ver a su pequeño bebé desmayado en su regazo.
— ¿Sol? ¿Non? Vamos Non, despierta, por favor — Su Alfa gruñía enojado, queriendo salir y destrozar al que le hizo eso a su Omega. Se puso peor al dejar de sentir al omega del menor y ver como este comenzaba a temblar en su regazo, aún sin abrir sus ojitos — Non, vamos amor, por favor, abre tus ojitos.
En ese momento ya todos los que trabajaron en ese piso estaban al rededor de ellos, observando a su jefe abrazando a su secretario y diciendo a esos amorosos apodos. El ascensor sonó y de ahí se bajó tres paramédicos, el otro llegó casi al mismo tiempo con tres policías.
Los paramédicos se acercaron rápido al Omega golpeado, viendo que estaba desmayado y temblando. Rápidamente se lo llevaron. Win fue con ellos, ya que Ohm debía hablar con la policía y no podía irse.
Los policías tenían a Dunk con esposas, el Alfa y el Omega que iban a firmar el contrato, hablaban con ellos. Después de un rato se llevaron a Dunk, y los otros dos se acercaron a hablar con Ohm.
— Señor Pawat, ese hombre va a ir a la cárcel por golpear al Omega.
— No lo creo, ya intenté hacerlo antes y Nanon lo intentó denunciar, no hicieron nada.
— Bueno, el antiguo jefe no creía en el derecho de los Omegas — Habló el Alfa haciendo mala cara.
— Hace casi una semana salió la Ley de derechos de los Omegas, y todo esto es penado. Mi alfa... — Volvió a verlo — Es el nuevo jefe de policía, y estoy seguro de que va a hacer todo lo posible para ayudar a Nanon. Alguien que trata a las personas tan bien tiene derecho a ser defendido.
DANI ✨
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Mi omega huele a lo que me gusta || OhmNanon
Fiksi PenggemarOhm ama entrar a su oficina y ver los pequeños postres con su fruta favorita, que alguien deja ahí antes de que él llegue. Nanon es solo su asistente que entra siempre con su café a tiempo para admirar los brillantes ojos de su jefe por los postres...