7 - Lina

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El helado estaba buenísimo. Vino muy bien para refrescarnos después de hacer nueve quilómetros en bicicleta. Ahora toca volver. Hemos venido a través del bosque, pero Annie me acaba de decir que, para volver, tomaremos otra ruta distinta. Sinceramente, estoy contenta. El bosque por la noche da mucho miedo.

-Me alegra saber que no soy la única a la que le da miedo el bosque todo oscuro -Me dice -Por donde te apetece volver, ¿por la derecha o la izquierda?
Sugiero ir por la izquierda.
-¡Pues vamos!
Y, como hace nueve quilómetros, sale disparada delante de mi. Pero esta vez ya me siento más
cómoda con la bicicleta y la alcanzó en cuestión de segundos.

Nos empezamos a adentrar por pueblos y empezamos a recorrer todo tipo de caminos, hasta que llega un momento en el que nos encontramos en la carretera. En medio de la carretera. Sin aceras para mantenernos a salvo. Confío en ella y lo único que hago es seguirla. No cuestiono nada porque yo no sé el camino de vuelta, pero parece que ella tampoco.
Rápidamente cruzamos la carretera mientras no pasa ningún coche y paramos un segundo.
-Si te digo que no tengo ni idea de cómo se vuelve, ¿me crees?
Dejo ir una carcajada.
-De alguna manera volveremos, tu no te preocupes

Después, continuamos siguiendo caminos tras caminos hasta que ya empiezo a reconocer la zona de nuevo. Falta poco para llegar a casa, pero no quiero volver. Estoy tan cómoda con ella que no quiero que termine este momento. Pasamos por encima del puente de madera que une los dos bandos del río que pasa por nuestro pueblo y cada vez nos acercamos más a nuestras casas, hasta que llega un momento en el que nos encontramos de nuevo en el inicio de nuestro paseo. Dejo la bicicleta apoyada sobre su pie delante del garaje. Le agradezco a Annie todo lo que hemos vivido hoy. Mis palabras le sorprenden. Sonríe.
-Me lo he pasado genial hoy -Me dice manteniendo esa gran sonrisa -Espero volver a vernos pronto.
Y le digo que yo también quiero volver a verla. Me acerco a ella para darle un abrazo. Me rodea con sus brazos y ejerce una leve presión sobre mi cuerpo. Siento que floto en su abrazo profundo. Me separo de ella en contra de mi voluntad y le digo:
-Debería ir volviendo ya, se está haciendo tarde.
Una vez más, le agradezco por todo. Le digo adiós con la mano y camino unos pocos metros hasta la puerta de mi casa. Meto la llave en la cerradura, giro dos veces y abro la puerta. La cierro de espaldas y vuelvo a girar la llave dos veces. Una vez ya en mi casa, me preparo para irme a la cama. Estoy cansada. Me doy una ducha rápida con el agua hirviendo. Me pongo mi pijama azul y sedoso antes de lavarme los dientes y meterme en la cama.

Pasan horas y horas y no puedo conciliar el sueño. Estoy exhausta, pero, en cambio, soy incapaz de dormir, y es que no paro de pensar en nuestro paseo, en el helado y en ella. En su olor dulce y su voz.
Cojo el móvil y le mando un mensaje. No me espero una respuesta ya que es relativamente tarde, pero igual lo hago.

Annie <3

No puedo dormir
22:22

yo tampoco jajaja
22:22

Me lo he pasado genial, en serio, espero volver a repetirlo
22:23

¡yo también! tengo un montón de caminos geniales que enseñarte
22:23


De repente me llama.


-¡Annie! -Digo feliz, susurrando.

-Hola Lina, espero no estar molestándote, pero quería oír tu voz.

Ella no puede verlo, pero mis mejillas están rojas como dos cerezas. A decir verdad, estoy muy contenta de que me hay llamado.

-No me molestas en absoluto.


Nos quedamos toda la noche hablando. Hablando de todo. Una conversación muy fluida. Hablar con ella no me cuesta esfuerzo. Normalmente me tropiezo sobre mis palabras y me quedo en blanco, sin saber como continuar, pero con ella es todo lo contrario. Puedo hablar con total comodidad. Nunca me había dado cuenta, pero des de mi ventana puedo verla. Nuestras casas están situadas la una delante de la otra y el color ámbar de su lámpara llama mi atención. Aparto mi cortina color caléndula para ver mejor, y allí está. Estirada sobre su cama con un libro sobre la barriga y una lucecita encendida en su mesa de noche.

-Mira por la ventana -Susurro.

Annie se sienta sobre su cama y saluda. Es tan tierna.

Nos quedamos horas y horas hablando, hasta que, sin colgar la llamada, los quedamos dormidas.

Creeping to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora