6 - Anika

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Me causa mucha curiosidad saber cómo ha acabado mudándose a Naum, así que le pregunto por ello, pero no recibo la respuesta que me imaginaba.

-Prefiero contártelo en otro lugar, perdón.
Y le digo que no se disculpe, que está bien y que comprendo a la perfección que no quiera entrar en detalle en público. Mis ojos buscan su mano que resulta estar encima de la mesa. Alargo mi brazo para cogérsela. No sé bien el porqué, pero mi cuerpo ha actuado antes que mi mente. De la nada, llega la camarera con nuestros helados.
-Muchísimas gracias -Le agradezco.
Cuando ella ya se ha ido, me doy cuenta de que le estoy sujetando la mano a Lina. La retiro rápidamente. No quería hacerla sentir incómoda y me disculpo con un "perdón" que sale rápidamente de mi boca.
-No -Dice cuando retiro la mano -Está bien -Su mano va a buscar la mía para juntarlas de nuevo.
Percibo la suavidad de sus manos pálidas, que contrasta con la rugosidad de las manchas de pintura verde que tiñen sus dedos, mientras su pulgar acaricia el dorso de mi mano.

Mientras las dos estamos tomando nuestro helado, la escucho hablar.
-Y tú, ¿llevas viviendo en Naum toda la vida?
Intento resumir lo máximo posible. Le explico que en mi casa no había un ambiente sano. Mis padres eran tóxicos conmigo y llegó un punto en el que no pude vivir más bajo ese techo. Me largué de esa casa y vine a vivir con mis abuelos aquí, en Naum. Ellos murieron hace unos pocos años y me dejaron esta casa en su herencia.

-Vaya lo siento muchísimo, pero me alegro de que tu situación haya mejorado. Me gustaría haber tenido tus agallas hace un tiempo atrás.

Me quedo algo confundida por lo que ha dicho, pero prefiero no preguntar y cambiar el tema de conversación.

Creeping to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora