13 - Anika

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Despego lentamente mis labios de los suyos.
Busco con la mano el interruptor de la luz para iluminarnos. Sus pómulos están rojos como cerezas y su respiración es pesada y profunda.
Tiene una sonrisa en la cara y sus ojos me piden más. Me están gritando que vuelva a acercar mis labios. Le doy un corto y efímero beso antes de despedirme.
-La chaqueta -Me recuerda.
-Ya me la devolverás.
Sus brazos vuelven a cruzarse sobre su cuerpo, agarrando un extremo de la chaqueta con cada mano para que no caiga.

Una vez en casa, le mando un mensaje para asegurarme de que no sigue fuera.

lina 🫶

¿ya estás en tu casa?
22:56

Sí, ¿tú también?
22:57

¡sip! solo quería asegurarme de que no te hubiera pasado nada
22:57

Naum es un pueblo seguro, pero han pasado algunas cosas que hacen que le tenga pavor a las noches de este sitio. Aún más sabiendo que esa es la casa de los Rose.

Intento distraerme de mis pensamientos mientras recojo cuatro cosas del salón antes de subir las escaleras y alistarme para irme a dormir. Me hago una trenza suelta y me lavo los dientes. Luego me cambio de ropa, me pongo el pijama y me meto en la cama. Apago la luz de mi cuarto y enciendo la lámpara de noche para poder continuar leyendo mi libro. Es un libro de thriller que me compré hace un tiempo y nunca me pude terminar porque me olvidé de donde lo puse, pero el otro día apareció de la nada y lo retomé. Antes de ponerme a leer, miro por la ventana para ver si la veo, pero su casa entera está a oscuras.
Gazpacho está algo nervioso, así que, con unos golpecitos sobre la manta, lo invito a estirarse junto a mi.

Se me empiezan a caer los párpados mientras estoy leyendo, esa es la señal que mi cuerpo me da para irme a dormir. Si no le hago caso, todo lo que he leído se me habrá olvidado al día siguiente. Pero hay algo que consigue despertarme de golpe.
Un chillido viaja a través de la oscuridad de mi casa hasta entrar a mi habitación. El escalón. Es el quejido del escalón. Las escaleras de mi casa son antiguas y nunca han sido reparadas. Uno de los escalones chirría cada vez que lo piso. Me da demasiado miedo escuchar ese ruido, así que lo evito siempre que uso la escalera.
Me quedo quieta, inmóvil, con el libro en la mano y los ojos abiertos como platos. Me aguanto la respiración para no perderme ningún otro ruido. No me atrevo a moverme. ¿Será que alguien tiene la llave de mi casa? ¿Será que alguien me ha seguido y ha entrado conmigo justo cuando yo lo he hecho? ¿Hay alguien que se esconde en mi casa?
Imágenes espantosas se apoderan de mi cerebro, causando que aún más pánico invada mi cuerpo. La puerta de mi cuarto no está cerrada. Lo que sea que ha subido por las escaleras me está observando des de la oscuridad.

Creeping to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora