11. "Cada día de mi vida."

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Chifuyu se encontraba en su último año de preparatoria, más específicamente, en los últimos meses para graduarse

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Chifuyu se encontraba en su último año de preparatoria, más específicamente, en los últimos meses para graduarse.

Sabía que quería ser piloto; volar en aviones y ver las nubes tan de cerca era algo que quería con todo su corazón y ya tenía la universidad perfecta para eso, que lamentablemente se encontraba muy lejos de Baji.

En unos días seria su examen para poder ingresar, así que se la había pasado estudiando como un loco. Todos los días estaba encerrado en su habitación con los libros pegados en la cara.

Ni siquiera había salido con sus amigos, o como Baji.

El pelinegro entendía que su novio quisiera ir a la mejor universidad y claro que lo apoyaba en cumplir sus sueños, pero no estaba muy de acuerdo en que se encerrara sin salir y recibir los rayos del sol o el aire fresco.

Así que luego de su trabajo me medio tiempo en la pequeña veterinaria de la ciudad, fue a visitar a Chifuyu a su casa.

La puerta se abrió revelando a un rubio con ojeras y ojos de cansancio.

—Por dios Matsuno, ¿Ni siquiera has dormido?

Baji entro tomando la cara de su novio en sus manos y examinando su rostro, el brillo en sus ojos no estaba y la mueca que hacía al sentir las manos del mayor en su rostro decía mucho.

—Tengo mucho que estudiar Keisuke, no deberías de estar aquí.

—Entiendo que quieras pasar ese importante examen, pero no debes descuidar tu salud, debes comer bien o te podrás enfermar.

—No tengo tiempo para eso...tengo que estudiar o sino...

—¿Estas descuidando tu salud solo por un examen? ¿Eso es más importante?

—¡Lo es si quiero ser alguien en la vida! No me conformaré con lo que sea.

—Entiendo Chifuyu pero...

—¡No, no lo entiendes! No quiero ser como tú y quedarme en una tienda de mascotas todo el día— aquello sin duda lo había dicho sin pensarlo, no quería ver la cara de Baji ahora y le daba mucha pena disculparse.

—Te prepararé algo de comer—fue lo único que dijo — tú ve y date una ducha, ¿Quieres?

Y no quería, pero de mala gana obedeció a lo que su novio le pidió y se fue a bañar mientras que en la cocina Baji preparaba algo de comer. Un estofado simple de carne con verduras y arroz blanco.

Su corazón latía y de cierta forma se sintió triste al escuchar aquellas palabras salir de la boca de su novio. Sabía que quizá lo había dicho sin pensarlo pero aquello lo había puesto a pensar en que tal vez no es suficiente para Matsuno.

Tal vez él se merece a alguien que tenga sus mismos sueños y que quiera las mismas cosas que él. Baji no era alguien conformista, pero al no tener los mismos recursos que su novio, le quedaba el hecho de trabajar día y noche para conseguir lo que quería.

—Lo lamento.

La suave voz de Matsuno lo sobresaltó y se giró para verlo. Recién bañado y luciendo limpio.

—No te quise decir eso, en serio lo siento mucho Baji...se que no es excusa el hecho de que no he podido dormir en días y...

—¿Quieres que terminemos?—Le pregunta Baji y Matsuno se sorprende. Sus ojos se llenan de lágrimas y su boca comienza a temblar.

—¡No! No, no digas eso Kei...—corre hacia él abrazándolo y dios, ¿Hace cuanto no lo abraza? — No quiero terminar, ¿Por que me dices eso?

—A veces siento que...te conformas conmigo y siento que te mereces a alguien mucho mejor.

Chifuyu solloza y niega.

—Tú eres el que de merece a alguien mejor que yo Kei, eres demasiado bueno conmigo, te preocupas por mi y...no te merezco.

Baji por fin lo rodea con sus brazos, huele rico y lo ama demasiado. Ni siquiera él se imagina estar lejos de Matsuno.

—No me dejes Baji, perdón por lo que te dije, era mentira, yo-o admiro lo que haces en tu trabajo, no cualquiera haría lo que tu haces por esos lindos animales...te amo, te amo...

Baji se separa de Chifuyu y lo mira con asombro; es la primera vez que le dice que lo ama, de hecho, es la primera vez que uno de los dos lo dice.

—¿Me amas?

Y oh, Chifuyu se sonroja hasta las orejas y ahí esta su amado Chifuyu, el niño del que se enamoro.

—Si, te amo ¡Y lo haré cada día de mi vida!

Keisuke se ríe y besa sus labios, había olvidado su dulce sabor y la forma tan simple en la que los dos se besaban, escucha los suspiros de Matsuno y lo aprieta más contra sí, hasta que escucha las tripas del menor rugir y se separan riendo.

—Hora de comer precioso.

Chufuyu se sienta en la mesa y Baji sirve los platos y bebidas.

—¿Chifuyu?— Lo llama su amado—. También te amo.

Las primeras veces de Chifuyu || BajifuyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora