Siete Días sin Ti (Cuarta parte)

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Hola mis amigos 🤍

gracias por venir una vez más aquí para ver una nueva entrega de esta historia. ¡Tengo que agradecer a la increíble May (lamaizita) por traducirlo para nosotros! Let's go!

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Siete días sin ti (Cuarta parte)

Ceylin se giró para que su madre no viera la forma en que puso los ojos en blanco con impaciencia, pero Gül estaba tan absorta en su propio monólogo que ni siquiera se dio cuenta.

Una vez más, la madre de Ceylin estaba tratando de convencerla de que debería hacer esto o aquello de manera diferente a la forma en que la abogada criaba a sus hijos. En el pasado, cuando Evrim aún era una bebé, Ceylin perdía el tiempo y respondía para refutar los puntos de su madre. Pero ahora, después de su cuarto hijo, Ceylin ya sabía que era más fácil simplemente escuchar a su madre, o fingir que la estaba escuchando, y seguir haciendo las cosas como mejor le parecía.

En ese momento, Gül le estaba dando un largo discurso sobre cómo Ceylin y su esposo no deberían dejar que Evrim juegue y corra por el patio trasero con sus hermanos como si fuera un niño debido a lo que los vecinos podrían pensar al respecto.

"Estoy segura de que a Evie le importa tanto como a mí lo que la pareja de ancianos de al lado piensa de ella", dijo Ceylin con ironía.

Gül pareció confundida por un momento. El comentario de su hija había sonado ácido, pero su tono era extrañamente amable. Antes de que pudiera decidir si Ceylin hablaba en serio o no, vio a la joven ir en dirección a la ventana cerca del reloj de la cocina y notó lo tarde que ya era.

"Me tengo que ir. Tu hermana y Parla vendrán a cenar y aún no he comenzado a preparar nada", explicó Gül.

"¿Conociste al nuevo novio de Aylin?" preguntó la abogada en tono juguetón, viendo en el rostro de su madre cómo la escandalizaba la idea de que su hija mayor estuviera involucrada con alguien.

"No digas tonterías, Ceylin", la regañó Gül mientras buscaba su bolso.

"Cuando llegué el día, no digas que no te lo advertí", Ceylin se mordió el labio inferior, luchando contra las ganas de reír. Todos sabían que Aylin estaba viendo a alguien, pero era típico de Gül fingir que no veía lo que estaba justo frente a sus ojos.

La madre de Ceylin la abrazó para despedirse antes de que la abogada volviera a mirar hacia la ventana. Ilgaz estaba en el patio delantero de su casa junto a su auto. El fiscal había levantado el capó del vehículo y parecía muy concentrado en hacer algún tipo de reparación allí.

Ceylin estaba a punto de subir las escaleras para recoger la canasta con la ropa sucia de sus hijos cuando notó la forma en que su esposo se sonrojó hasta la raíz de su cabello en el momento en que su madre se despidió de él.

La abogada frunció el ceño, confundida por la extraña reacción de Ilgaz. Sabía que su madre era efusiva y a menudo lo trataba con un poco de idolatría, lo que incomodaba un poco a su esposo, pero a pesar de que siempre fue muy comedido y reservado, Ilgaz nunca le había dado una razón para pensar que estaba realmente avergonzado por la actitud de Gül. Algo más estaba pasando aquí.

Los pensamientos de Ceylin sobre el asunto se desvanecieron lentamente de su mente mientras continuaba observando la escena frente a ella.

Ilgaz se movió hacia adelante para alcanzar algo en el auto y terminó manchando de grasa la camiseta blanca que llevaba puesta. Se enderezó antes de sacarse la pieza por encima de la cabeza y tirarla a un lado junto a una pequeña pila de herramientas.

The Kayas (Versión en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora