¿Novios?

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Traté de ponerme de pie pero él me lo impidió, Aris (chico) me sujetaba con fuerza para que no me alejara de él. Me rodeaba la espalda con ambos brazos, casi como si me estuviera dando un gran abrazo, aunque en ese momento manteníamos una pequeña distancia, lo que daría a pensar que tenía unos brazos muy largos.

—¿Qué dices?

Insistió una vez más con su pregunta. Cuando acepté salir con él la noche anterior no esperaba que me fuera a pedir que fuéramos novios, pareja o como querías llamarlo, en realidad no tenía muchas expectativas en el asunto, solo puedo decir que sentía nervios antes de conocerlo y, en cierto punto, los seguía teniendo hasta entonces.

—No lo sé— insistí en levantarme de sus piernas para poder sentarme en el sillón al lado de él, pero aún no me dejaba hacerlo. No iba a dejar que pasara hasta que le diera una respuesta concreta.

—Solo tienes que decir que sí

Me acercó un poco más a él y me dió un beso en la mejilla, y como respuesta a eso una sonrisa se dibujó en mis labios. Una parte de mí sí quería decirle que sí, pero otra quería decirle que no, no podía darle una respuesta ese momento, al menos tendría que pensarlo un momento, una noche o que sé yo. Nadie se aventaría así nomás a los brazos de alguien que prácticamente no conoce.

—Pero… recién nos conocimos hace un rato— fue lo único que dije, antes de que él volviera a tomar la palabra.

—No tienes que pensarlo.

Fue casi como si hubiera logrado escuchar mis pensamientos o como si supiera todas las ideas que pasaban por mi cabeza, y eso siempre me ha asustado un poco de las personas que lo hacen.

—Sí, recién nos conocimos, pero eso es lo divertido de todo esto. Nos podremos ir conociendo en el camino, mientras hacemos cosas juntos. De todas maneras la mitad ya está hecha, ¡ya me gustas!

—¿Qué?— lo miré de frente cuando lo escuché decir lo último. Me había gustado escucharlo, no es que antes nadie me lo había dicho… sino que, cuando lo dijo él, sonó diferente, sentí que lo decía de verdad y solo de pensar en ello me asustó un poco. Nunca me había enamorado como tal, había tenido otras relaciones y demás pero ninguna para decir que me había enamorado de la otra persona o que hubiera sufrido demasiado cuando lo dejamos. Y ahora estaba ahí, ante él, con un sentimiento surgiendo por debajo de toda mi piel por una simple frase que lo había dicho casi casualmente. Hice que lo repitiera, lo hizo una vez más para mí.

—¡Me gustas, Ricky!

Esas palabras quedaron flotando en el aire, no obtuvo respuesta alguna de mi parte, porque yo me límite a mirarlo y a sonreír, mientras sentía que mis mejillas cambiaban de color para dejar de estar pálidas a estar un tono rosadas, de pronto me sentí arder. Puse mis manos al rededor de sus mejillas y le dí un pequeño beso, uno tierno y corto. Cuando nos separamos me miró confuso, no sabía lo que estaba pasando, yo tampoco sabía lo que estaba pasando y mucho menos tenía idea de lo que estaba haciendo en ese momento o de lo que iría a hacer.

—Esta bien— le dije con una sonrisa en los labios. Aris me miró confundido, aún no lo entendía.

SOMOS NOVIOS

Se levantó de un un golpe del sillón, pensé que me tiraría al suelo por el movimiento tan brusco que hizo, pero en su lugar me mantuvo sujeto en sus brazos y me deslizó para que pudiera tocar el suelo con calma, mientras él me abrasaba y me daba pequeños besos en la mejilla por la alegría que le invadía en ese momento, su alegría era contagiosa que hasta yo me puse igual de feliz que él. Como si hubiera sido un momento que ambos esperábamos por bastante tiempo y que después de mucho esfuerzo se hubiera dado al fin.

UNA HISTORIA HEARTSTOPPERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora