Capítulo 8

53 4 0
                                    

A través del espejo.

Mikaela.

Abro el grifo y me mojo el rostro con el agua helada, son las 2:45 pm, dentro de una hora debo de ir la funeral de Carlos Samuels.

Llevó mis manos hacia mí cabello y empiezo a recogerlo en una coleta alta, no dejo de verme fijamente en ningún momento para observar las ojeras que tengo, el insomnio me ha estado comiendo viva, al terminar apoyo mis manos en el lavamanos, simplemente no se que es lo que me esta pasando.

¿Qué mierdas hice? ¿Por qué dejé que pasará?

¿Debo de poner un maldito límite?.

¡No!

Niego.

No debo de cambiar lo que hago, no debo de arrepentirme por cosas que debía de cobrar, hago puños mis manos y la sangre me hierve.

Alzo mi rostro.

Veo como sus siluetas aparecen detrás de mí, las miradas oscuras son las mismas pero cada vez peor, sobre todo la de la niña que está en medio de ellas, a cualquiera le daría miedo esa mirada llena de odio y sed de venganza, pero estoy tan acostumbrada a verla que no me causa miedo.

A través del espejo están ellas, a través de sus ojos se refleja muchas cosas oscuras, a través de mí todo está combinado y no está oculto.

El saber que me dejaron por debajo de ellos y que les permití hacer una grieta en mi barrera me hace sentir como una maldita inútil que no pudo evitarlo, permití que me quitaran a uno de los que más amo... Y por eso debo de hacerles saber que a mi nadie me va a joder.

Podrán estar en la cima pero tarde o temprano, yo los bajaré y me quedaré ahí, y si quieren doblegarme pues deberán de pelear a muerte para cumplir con su propósito.

Matalos... Matalos... Matalos!

Mis pensamientos desde que soy una niña no han cambiado.

Matalos, aniquilalos, quemalos... Y hazlos sufrir...

Cómo lo hicieron contigo...

Sus cuerpos bañanos en sangre, sus súplicas llegan hasta mis oídos y me deleitan....

Nuevamente me enfocó en mi, un nudo se forma en mi garganta pero no vale la jodida pena, llorar no me resolverá la vida, no me hará ganar la Guerra Roja, no me hará más fuerte y de las mejores.

Simplemente llorar me hace ver débil e incompetente, limpio mis ojos por las lágrimas y esbozo una leve sonrisa que trata de disimular todos mis problemas y la mierda que nuevamente se ha convertido mi vida.

Una sonrisa y listo, no pasa nada y tu vida es de lo mejor.

Los toques a la puerta hacen que me vuelva a mojar el rostro para eliminar el rastro de las lágrimas.

—¡Mikaela, sal de ese baño ya!

Tomo una profunda bocanada de aire y salgo del baño, Alexander está organizando unas cosas andando de aquí a allá, una persona llega con un funda negra y dónde viene mi traje de gala, y él la recibe, unas chicas llegan con el maquillaje para dejarlo sobre mi tocador.

—Al fin —dice— ¿Que quieres que te hagan en el cabello?

—Simplemente unas ondas y ya.

—Okey.

—Ah y... —le hago una seña para que se acerque— ¿Me podrías cubrir las marcas en el cuello?.

—¿Que marcas?.

𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐑𝐄́𝐁𝐎𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora