Extra: 1

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Extra.

Preferencias.

(Día del regreso de Giovanni y Skarlet a Italia)

La camioneta se estacionó frente a la gran mansión de la familia Brando, los  guardaespaldas abrieron las puertas y de estás emergieron Giovanni y Skarlet Brando.

Ambos entraron a la mansión y fueron hacia el salón, dónde siempre se reunía la familia para recibir invitados, eventos importantes o par tratar de temas sumamente importantes.

A Giovanni lo recibió su madre, Isabel, que con una sonrisa dijo lo siguiente:

—Hijo mío, es bueno que hayas vuelto.

—Gracias, mamá.

—Ah, tu también estás aquí —se refirió a Skarlet—.

—Hola a ti también mamá....

—No deberías de estar aqui.

—No te preocupes ya voy a regresar a Sicilia para que no veas mi repudiable rostro.

—Que bueno saberlo, no te necesito aquí.

—Como siempre.... —disfrazo la desilusión en su voz—.

Skarlet desde que era niña soportaba los malos comentarios de su familia, cualquier cosa que hiciera no tardaba en ser criticada, ya era costumbre pero ahora han sobrepasado los límites.

—Es cierto prima, los errores no deben de estar entre tanta perfección —dijo Elena, la hija mayor de Artemisa—.

—¿Y porque tú estas aquí? —se defiende— porque si de errores vamos a hablar, mejor hay que preguntarle a la tía Artemisa cuándo se enteró que tú venías al mundo.

Elena se acercó y empujó a Skarlet que esbozo una sonrisa.

—¿Qué pasó, prima? ¿Te dolió el comentario porque sabes que es cierto?

—Cuida tus malditas palabras que-

—¿Qué? ¿Vas a matarme?

Skarlet sacó su arma y la extendió hacia Elena, todos los miembros hicieron lo mismo y le apuntaron.

—Vamos, mátame... Que no te tiemble el pulso como dijo Mikaela.

El disparo resonó en el salón, este había hecho un agujero en la puerta, fue Isabel y había pasado solo a unos centímetros del rostro de Skarlet.

—La próxima atravesará tu cráneo.

—Gracias, mamá.

—Ve al sótano. Ya.

La expresión de Skarlet era más seria. Buscó los ojos de su hermano, la veía fijamente.

—No busques lástima no culpa.

—No la necesito, es barata e inservible

Skarlet se da la vuelta pero se detiene.

—Ok. Ah, y Mikaela los va a matar.

—No tiene lo suficiente.

—Es verdad —afirmó— de hecho hasta le sobra lo que a ustedes les falta.

—¿Y según tú qué es lo que "nos falta"? —preguntó Kratos—.

—Ustedes tienen armas, poder, gente—señala a toda la familia, toma una copa de vino de la mesa— diferentes estrategias, pero.... Ella tiene resistencia, una fuerza increíble y una gran capacidad de manipulación.

—¿Manipular? Dios, Skarlet, tu hermana no es nada.

—Claro, veo que no significa nada tener a un hombre que parece un maldito perro por detrás de ella que mata cualquier persona que se le acerque porque sí —vio fijamente al hombre que estaba unas mesas más alejado— utiliza eso a su antojo para tener beneficios. O no te acuerdas cuándo mataste aquel hombre solamente porque le pregunto algo en la calle o te olvidas también de hace unos años atrás cuando una chica la había invitado a una cita y la mataste porque no querías que se le acercará ¿Lo olvidaste?

𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐑𝐄́𝐁𝐎𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora