𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐑𝐄́𝐁𝐎𝐋

Capítulo 14

"Hay gente que arregla hasta lo que no rompió"
—@Diariodereflexión.

Resiliencia.

Mikaela

Puse la contraseña de mi apartamento dejando con rastros de sangre el teclado eléctrico, abrí la puerta pero me sentía tan débil que terminé cayendo, solté un quejido de dolor y llevé mi mano a mi espalda por el dolor punzante, mi mano estaba llena de sangre por las heridas que me habían hecho.

Me adentre más al lugar y cerré la puerta con el pie, no podía levantarme apenas y había podido subir, para evitar problemas o llamar la atención terminé subiendo por las escaleras de incendios porque nadie pasaba por ahí, subí seis pisos y estoy completamente segura que dejé al menos manchadas de sangre las paredes por las veces que me había apoyado en ellas y por la sangre en mis manos.

Me arrastré lo más que pude a la sala y volteé al pasillo donde vi su figura, todo pasó en cámara lenta y vi como dejaba caer lo que sea que tenía en sus manos para venir corriendo hacia mí, una ola de tranquilidad y seguridad se instaló en mi pecho y deje los intentos de levantarme de lado cuando sentí sus brazos rodearme transmitiendome calidez reconfortante, los mareos me habían invadido por mucho tiempo.

—¡Mikaela!

Lo oí llamarme desesperadamente pero yo me dejé consumir por la oscuridad, me sentía en un abismo, pero sabía que estaba en los brazos que siempre me harían sentir segura, el rastro de las emociones desaparecieron y me dejé caer en ese agujero, pero rodeada de tranquilidad.

***

Abrí mis ojos y parpadee un par de veces para ajustar mi vista a la sofocante luz blanca, pasé mi vista por el lugar y las paredes eran iguales de blancas y aburridas, ya lo había dicho antes, odiaba los hospitales porque se me hacia demasiado difícil permanecer en un lugar así, unos recuerdos quisieron azotar mi memoria pero los aparte cuando finalmente pude sentir la calidez de una mano entorno a la mía, giré mi rostro y m encontré con papá, estaba sentado al lado mío durmiendo con su mano aferrada a la mía.

Esbocé una sonrisa, y esta vez unos recuerdos positivos aparecieron.

Yo apenas era una oficial de rango intermedio, pero tenía una magnífica relación General-Oficial, confiaba plenamente en él y en mi mejor amiga Ashley, pero mantenía más cercanía con el porque apenas estaba en mis primeros años de servicio.

Y recordé unas palabras que me dijo después de un ataque, donde casi muero pero me las ingenie para sobrevivir.

—Cada que caigas yo siempre estaré a tu lado en un hospital o en cualquier lado sujetando tu mano para que te sientas segura y ten por seguro que nunca estarás sola.

Se removió y abrió los ojos, nuestros azules se conectaron y nos quedamos viendo por un largo momento hasta que se acercó más.

—No hagas más estupideces, por favor, Mikaela....

Apoyó su frente en mi mano aprentandola.

—Por favor.....

—No tenía previsto que esto iba a pasar... Esta bien.

—No, te equivocas, esto no está bien, por poco y pierdes la vida, por poco y te pierdo, hija. 

—Son cosas que suceden en medio de una guerra.

—Sé lo que implica una guerra pero esto... Joder, esto no, que te marquen de esa manera no.

—Fueron consecuencias. Porque cometí un error y debo pagar por él.