Capitulo 11

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Narrador Omnisciente

Birthday!!

Mikaela se levantó, vio el reloj que marcaba las 5:30 am, apartó las sábanas y se fue al baño, comenzó con su rutina habitual: lavarse los dientes, lavarse el rostro, bañarse, cambiarse y trabajar.

Hace dos semanas que no va a la Central porque no se sentía bien todavía, ah si, fecha 28 de agosto, día en cuál nació y qué según ella le condenó la vida.

Terminó de arreglarse el cabello y se puso los tacones, se vio en el espejo de cuerpo completo, se admiró por completo, iba vestida de rojo y negro.

Se puso los lentes y bajó, sus guardaespaldas ya estaban esperándola, le abrieron la puerta y entró.

—A la Central.

La camioneta blindada comenzó el trayecto hacia la central, mientras que Mikaela sacó su teléfono y marcó el dígito, el contacto salió en la pantalla y dio click en "llamar".

Timbraba y timbraba.... Hasta que una voz contestó.

—¿Diga?

—Anastasia, voy directo a la Central.

Mientras en la oficina, Anastasia alejó el teléfono de su oreja y vio el nombre del contacto en la pantalla.

"Oficial Brando"

—Mierda..

—¿Anastasia? No voy a volver a repetir la orden.

—S-si, a sus ordenes Oficial Brando.

Mikaela cortó y Anastasia fue hacia el comedor donde los soldados descansaban y almorzaban.

—¡La Oficial Brando viene hacia acá!?

La oficina se convirtió en un caos, lo oficiales salieron disparados hacia sus habitaciones, se arreglaron sus uniformes de entrenamiento por los de táctica.

—¡Todos al campo de entrenamiento!

En ese momento los demás Superiores, menos Méndez, llegaron y quedaron viendo raro a los soldados hasta que Miller y Esposito detuvieron a uno.

—¿Qué? ¿Que sucede, acaso el General Mayor viene?

—No, la Oficial Brando viene.

—¿Y porqué se escandalizan?

—Llegará en cualquier momento.

El soldado se disculpó y se fue, en un abrir y cerrar de ojos todos estaban organizados en el campo de entrenamiento, la camioneta blindada llegó a las puertas de la Central y estas se abrieron para Mikaela, César se bajó de la camioneta y abrió la pufya6de Mikaela, extendió su mano y ella la tomó.

—Que pases un muy buen día Mikaela.

—Gracias, te hablo a las cinco.

—Bien.

Mikaela entró y los guardias hicieron un saludo militar, caminó por los pasillos, donde estaban los innumerables retratos de los militares más importantes, donde el único sonido era el de sus tacones caros, y llegó hasta su retrato, seria y fría, siguió su camino, en su cuello reposaba la bella y carisima pieza de serpiente de Cartier que Yami le había regalado cuando se integró a la Mafia.

Con el mentón en alto, y su bella pero asesina mirada azul se paseaba por el lugar hasta llegar al campo de entrenamiento, donde con solo su presencia las tropas alzaron sus manos hacia sus frentes dedicándole el saludo militar acompañado de:

—¡Bienvenida Oficial Brando!

—¡Descansen!

Todos bajaron sus manos.

𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐎 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐑𝐄́𝐁𝐎𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora