7 Conciencia

3K 479 44
                                    

—Matthi, solo dime sí. Eres el hombre, créeme.

—Sí, acepto tu propuesta.

Las cosas no eran tan fáciles como Neben pensaba, Matthias estaba seguro de que jamás podría estar a la altura de las solicitudes de Davo y mucho menos ser su amante.

«Amante».

¿Era eso el término? ¿O ni siquiera eso?

La propuesta había sido clara. Neben deseaba sacar a su hermano de esa depresión absoluta en la que lo había dejado. Matthi le daría sexo y de ahí, cada cual seguiría por su camino. Davo volvería a ser el hombre que era y él, bueno, habría cumplido su sueño de estar con un dios del Olimpo.

Cuando Matthi comenzó a adentrarse en su trabajo fue consciente de que Davo no solo imponía respeto, a veces, aterrorizaba. Lo que nunca esperó, después de una semana, es que él también fuera uno de ellos. Davo era creativo, rápido, inteligente, con una lucidez mental a la hora de crear que no parecía humana. Matthi estaba tan asombrado porque siempre lo vio como una divinidad y, poco a poco, entendía que estaba en lo correcto

Un ser con una claridad superior para ver determinadas cosas relacionadas al trabajo, pero sin sentimientos. A veces, Matthi pensaba que era tan tirano que dejaría llorando a un emperador romano. Asfixiante, estaba todo el tiempo atento a cada movimiento para revelarle los punto negativos. Matthi no existía en la mente de Davo solo como un incompetente.

—Revisa los materiales, no son los que acordamos—dijo Davo al jefe de compras la tarde de viernes.

—Davo, tú mismo firmaste la orden. Es más, he conseguido un descuento.

—Dije mármol veneciano con vetas gris humo, eso es gris cobalto.

El hombre frunció el ceño y le dio una mirada a la fotografía.

—Y el precio, obviamente tampoco fue el estipulado. Lo han cobrado más barato porque en forma arbitraria cambiaron el detalle del producto—. El hombre tragó saliva. Matthi arreglaba unos archivos y observaba la secuencia desde su oficina.

—No entiendo—. Davo chasqueó la lengua.

—Nos has atrasado 3 días. Muévete y habla con esos hijos de puta embaucadores. En caso de que se nieguen diles que los siguientes pedidos se cancelarán.

—Lo haré de inmediato.

El hombre salió de la oficina y Davo continuó respondiendo correos en su computadora.

—Matthias—dijo en tono mandón pero suave al mismo tiempo. El muchacho se había dado cuenta de que, más allá de su tiranía, Davo se controlaba con él.

—Sí, Sr.—dijo acercándose al escritorio con la agenda.

—¿Qué tenemos a las 12?

—Reunión con los propietarios de Celeron.

—Genial—balbuceó—. Debo explicarles los avances y no hay ninguno.

Se quedó pensativo mientras Matthi estaba de pie a su lado con el bolígrafo en la mano.

—¿Y después?

—Reunión con los jefes de cada área.

—Bien, avísales a todos que la reunión se cancela. Y llama a Joel, dile que lo espero a las 15 horas en mi oficina con su abogado. No pienso ir al despacho de ese idiota. A las 17 te vienes conmigo, iremos al centro comercial.

—¿Al Centro comercial?

—Tengo que pasar a buscar un regalo para mi madre, solo lo haré esta vez—agregó—. De ahora en adelante vas a encargarte tú de todo lo que tenga que ver con mi imagen.

¿Un nuevo amor? ¡Ni loco! Libro 1 T. L.A (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora