15 Duro y romántico

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Apenas podían dar un paso cuando sus erecciones se rozaban entre la ropa mientras subían las escaleras enredados como lianas. Davo giró a su amante y lo presionó contra la pared al tiempo que estaban en la escalera.

—Me encanta tu culo—sin esperar un segundo más llevó el pantalón de Matthias hacia abajo y el de él a la mitad de la cadera.

El muchacho se lo quitó del mismo modo que los zapatos, los cuales, rodaron escaleras abajo. Ya estaba completamente desnudo y expuesto y le encantaba ese estado.

El gran pene húmedo y erecto de Davo jugó entre las nalgas. Matthias levantó su culito respingón para que ese hombre hiciera lo que quisiera con él.

—Te voy a comenzar a lubricar ya—musitó contra el lóbulo de su oreja antes de morderle el hombro y pasar su miembro entre las nalgas, rozando el agujero pero sin entrar en él.

Las piernas de Matthias temblaban.

—Te sientes muy bien—volvió a decir y su asistente se giró hacia él buscando su boca.

Davo capturó sus labios y comenzó un vaivén, que solo involucraba estimulación y dejar su rastro por el lindo trasero sin penetración. Las piernas del muchacho temblaban, en cualquier momento caería de rodillas.

—Sr.Petrich.

—¿Seguirás llamándome de ese modo? Te estoy follando, deberías ser menos cordial—bromeó y Matthias negó.

—No me importa.

Las manos de Davo se pasearon por su abdomen plano mientras la boca chupaba sobre su cuello y espalda.

—No te voy a dejar acabar hasta que me llames por mi nombre.

—No...

—¿En serio?

Davo llevó su mano hacia el pene humedecido de su amante y este gritó. El hombre dio una risilla.

—¿Quieres reconsiderarlo?

—Fólleme.

—¿Qué? ¿No te gusta esto?—. El chasquido de la carne a modo de aplausos cuando golpeaba le encantaba, pero el muchacho quería algo más, necesitaba de Davo adentro de él.

֫—Quiero que me de duro en su cama—. Davo lo sujetó del cabello y lo inmovilizó, dejando un beso húmedo sobre su mejilla.

—Soy más bien romántico, ¿no has escuchado los rumores?

—Entonces lo deseo duro y romántico.

—Interesante punto de vista.

Davo esta vez lo giró y se puso de rodillas frente a su pene. Matthias parpadeó, ¿esto de verdad estaba sucediendo? Ese hombre al que considerada un dios estaba de rodillas a punto de hacerle un oral.

—Me gusta tu sabor, de verdad.

Matthias iba a responder cuando la lengua de su jefe se deslizó en forma circular por el glande al tiempo que sujetaba el pene con su mano derecha. Volvió a gemir cuando esa talentosa lengua barrió con los rastros de semen de la primera venida, y volvió a hacerlo cuando Davo se tragó, literalmente, su verga y succionó con hambre, como si estuviera tomando una malteada y la pajilla se hubiera obstruido.

—¡Dios! —gritó a la tercera succión que le indicó que ese bastardo le iba a arrancar el pene en cualquier momento.

Ahora entendía porque no lo quería en su casa, no había forma en que Matthias hubiera podido guardar silencio con el espectacular trato que ese hombre le estaba dando. Davo ahuecó las mejillas y movió su cabeza con agilidad, adorando la tarea de estremecer a su amante.

¿Un nuevo amor? ¡Ni loco! Libro 1 T. L.A (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora