❝𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐋𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚❞ __𝐘𝐨𝐨𝐧𝐦𝐢𝐧. [TERMINADA]

❝Capítulo 02❞

__Capítulo 02.

❝Fragmentos❞

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Volver a ver a Yoongi me puso demasiado nervioso, algo que no pude contener y que el notó... pero no le dio importancia.

Me esperé tal vez un abrazo de su parte, o tal vez un saludo más cariñoso ya que hacía tiempo no nos veíamos, pero fue todo lo contrario.

Igual no me molestó pero de todas maneras no lo culpo. Después de irse sin decir nada hace unos años, no es normal que reciba a una persona tan cálidamente.

Observé a Yoongi de reojo ya que se encontraba a mi lado guiándome a mi nuevo salón, donde él también estaba, y admiré un poco su hermoso rostro.

Sus lindos ojos negros estaban fijos al frente, ni si quiera se molestaba en mirar para el lado, aunque así es mejor, ya que si lo miro me pongo nervioso, y no quiero que eso suceda.

Porque aunque yo parezca un chico un poco serio a simple vista, no puedo negar que con el mínimo detalle me convierto rápidamente en un tímido... pero así soy realmente.

Entre nosotros había un silencio cómodo pero, a la vez el ambiente estaba un poco tenso.

No sabía que decir o hacer, simplemente estaba concentrado en mirar al frente y seguirlo, aunque a cada rato le echaba una miradita y sonreía inconciente.

La escuela poco a poco se estaba llenando de alumnos y volviendo un poco ruidosa.

Ya no había silencio, ahora solo reinaba las voces de todas las personas que se encontraban en el lugar, juntos con sus risas y pasos apresurados.

Subimos una escalera que daba directo al segundo piso, el cual era completamente desconocido para mi, pero lo exploraría después.

Busqué mi taquilla que tenía el número 102, y dejé unos cuántos libros ahí para seguir mi camino.

Al llegar al salón me fijé en el letrero que tenía sobre la puerta y me lo grabé mentalmente: B-A

Entré junto con Yoongi al lugar, y él enseguida fue a sentarse en una mesa que estaba al lado de un gran ventanal.

Dejó la mochila a un lado de él, y estiró una mano sobre la mesa mientras que la otra la colocaba encima para luego dejar descansar su cabeza en ellas.

Yo no dije nada, me quedé ahí observándolo, sin saber que hacer, hasta que desperté de mi trance al escuchar su voz.

–¿Té quedarás ahí parado? –levantó su cabeza, y sus lindos ojos encontraron los míos.

–S-sí. –asentí nervioso por su mirada tan seria–. Esperaré a que llegue el profesor.

–Bien. –volvió a bajar su cabeza hasta que vi como su nariz tocaba la mesa–. Si te cansas, te puedes sentar donde quieras.

–Está bien. –sonreí aunque no pudo verme.

Todo esto lo extrañaba.

Hablar con él...

Sus diferentes tipos de mirada...

Sus gestos...

Todo. Lo extrañaba a él.

Yoongi y yo nos conocíamos desde que teníamos cuatro años, más bien, fue en el jardín de niños.

Una de las cosas, por la cual me hice su amigo, fue porque era un chico que llamaba mucho la atención. Su carisma, su manera de tratar a las personas, lo abierto que era, sin tener miedo, ni pena a nada.