Snow (En Edición)

★ [un conejo testarudo y un lobo curioso]

La nieve ya se apreciaba bajo sus peludas patas, permitiéndole dejar huellas de las misma contra el suelo y cubriendo su pelaje castaño con pequeños copos. El invierno había decidido adelantarse un poco aquel año y había tomado por sorpresa a todos pero más que nadie al lobo.

Harry pegó su nariz de nuevo contra el suelo con la única intención de que su desarrollado sentido del olfato pudiese captar algo para comer. Se sentía idiota, sabía que aquel era el último momento para poder conseguir alimento y que quizá la mitad de las presas ya habían preferido buscar refugio, pero tenía la pobre esperanza de que algún animal igual de incauto que él hubiece ignorado el clima y decidiera salir a pasear.

Si estuviera en su forma humana en aquel instante se hubiece dado un golpe en la cabeza. Nadie estaba tan loco como para hacer aquello. Al menos nadie que aprecie su vida ¿Quién saldría con aquel clima? Quizá solo el pequeño Harry Styles. Pero no queria dejar morir aquella miga de esperanza.

La nieve cada vez era más espesa, casi cubriéndolo como una segunda piel; su pelaje camuflado tras aquella manta blanquesina que le causaba algo de escosor en su nariz. Llevaba caminando un largo tramo y quizá, tan solo quizá, podía admitir que se había perdido.

Tonto.

El sonido del viento silbando en sus peludas orejas le advertía que ya era tarde. La nevada estaba cerca y aquella Capa en su cuerpo no era más que la premonición de lo que sería la nevada más fuerte del año.

Estaba jodido. Con todas las letras de aquella palabra.

Solo tenía una opción, una que significaba pasar un tanto de hambre lo que quedaba del invierno. Tenía que volver a casa si no es que quería morir congelado, hecho una paleta de lobo natural.

Con pasos lentos y cabizbajo decidió encontrar el camino de regreso, mas como lo había pensado, todo tendía a salirle mal aquel curioso día.

No encontraba el camino.

Movió su cabeza a a todos los lados posibles. Sus huellas se habían perdido entre las espezas capaz de nieve y los árboles cubiertos no dejaban ni un pista para saber en dónde demonios había terminado varado.

Genial. Era un lobo hambriento, solo y perdido.

Suaves gimoteos de desesperación y tristeza empezaron a brotar de él, parecía un pequeño cachorro asustado sin embargo, no podían culparlo, sentía frío y estaba hambriento, lo único que deseaba en ese momento era volver a casa y no podía hacerlo.

Con una de sus patas delanteras intento quitarse la fría nieve del osico para así, por fin, terminar con aquella horrible sensación fría que no le dejaba pensar. En eso un sonido profundo retumbo bajo sus patas, lo hizo detenerse.

Podía sentirlo.

Tenía que ser una broma. Una horrible y apestosa broma.

Avalancha.

"Demonios."

Ni siquiera lo dudo, no tuvo que procesarlo; sus patas e instintos actuaron más rápido que su propio cerebro y así es como se vio corriendo sin rumbo fijo solo con la única idea de no morir aplastado sobre la enorme y temible avalancha de nieve que le pisaba los talones.

El sonido gutural de la nieve chocando contra los árboles, arrasando con todo a su paso y obligando al lobo a correr casi sintiendo su corazón contra sus oídos martillado fuerte, presuroso, queriendo huir de lo que podía ser su final.

***

Louis pudo jurar que vio su vida pasar antes sus ojos y no sabía que vista era peor, si la imagen del depredador de pasos ágiles que corría de manera directa a su encuentro o la enorme avalancha que venía tras el dueño de afilados dientes dispuesta a acabar con todo a diestra y siniestra.

Cualquiera de ambas opciones solo había causado una reacción en el pequeño: Quedarse estático y tal vez hacerse del baño.

Si, dos reacciones en total.

Pero antes de siquiera poder analizar aquella bochornosa reacción se vio envuelto en una situación aún más terrorífica.

Veía la punta de las patas delanteras del lobo, su cuerpo siendo sugetado con algo de brusquedad y luego...

Luego todo se vio oscuro.

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