★[hola conejito]

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Luego de una persecución exaustiva Harry había podido lograr acorralar al joven, el problema era que lo había hecho dentro del baño.

Louis se encontraba con la espalda pegada a la puerta de madera del baño mientras que el lobo, al otro lado de la puerta, se encontraba teniendo un debate interno entre si abrir sin pudor ni remordimiento o intentar que el muchacho lo haga por su propia cuenta.

Louis quería llorar. Se estaba mentalizando lo que podía pasar si abría la puerta: aquel lobo podría atacarlo, más aún con aquella tonta herida en su pierna que le hacía más complicado el poder huir.

Se sentía muy tonto por haber salido aquella mañana de su madriguera, pero es que se había olvidado por completo de buscar alimento para el invierno y gracias a ese terrible movimiento y falta de planeación ahora tenía a un lobo esperándolo detrás de aquella puerta dispuesto, tal vez, a acabar con su pequeña vida. Vaya forma de terminar el día.

El leve dolor en su pierna le recordaba que había Sido una terrible idea el haber hecho aquella persecución pero no había de otra, era correr o esperar a que el lobo hiciera un movimiento final.

Harry apoyó la palma de su mano contra la madera frente a él. Se había decantado por la segunda opción: intentaría que el conejo abriera la puerta por su cuenta.

—Ey — un movimiento arriesgado, pensó.

La voz gruesa y lenta de la persona al otro lado de la puerta hizo sobresaltar a Louis.

Nada.

Ningún sonido de adentro. Harry empezaba a impacientarse.

—Conejito. —Probó de nuevo.

Eso si captó su atención. Louis pegó su oreja contra la puerta. No confiaba, por supuesto que no, no era tan tonto. Pero algo en la voz de aquel lobo le generaba cierta curiosidad y bajaba su terror a miedo. Quizá era su forma lenta de hablar o el hecho de usar el diminutivo de conejo.

—Ey, tienes que salir de ahí. —Probó de nuevo. Harry no podía presumir de manejar una paciencia muy grande ni unas buenas habilidades sociales pero estaba haciendo de todo su esfuerzo para no abrir aquella puerta. Podía hechar la entera culpa a su instinto animal que lo llamaba a buscar al conejo, mentiría si dijera que una parte suya no quería ver si el conejo estaba bien y otra era atraído por el urgente llamado de casarlo.

Louis dudo. Abrir la puerta no sería una decisión inteligente, sería mas como una decisión suicida. Pero había algo, era ese presentimiento pesado en su pecho que le decía que no temiera... Y otra que le gritaba que era un tonto si abría la puerta. Está última podría ser la voz de su instinto animal.

Confiar.

Confiar en un depredador.

Confiar en un lobo.

No sonaba muy cuerdo.

"Confía. Confía en el lobo que no te comió en cuanto tuvo la oportunidad, Louis"

Ahí estaba de nuevo aquella susurro.

"Confía en el lobo que no está tirando la puerta para poderte comer."

Y ahí estaba su debate interno. Podía escuchar la respiración pesada al otro lado de la madera, su oído aún pegado contra está.

¿Abrir la puerta? Ese era su dilema en aquel momento.

—Por favor, abre la puerta —Para Harry eso habia siendo mucho mas complicado de lo pensado, no podía creer lo que acababa de decir. Había pedido por favor.

Louis también se quedó estático. Un depredador estaba pidiendo por favor. Y por un instante su miedo se volvió cautela y dulce curiosidad.

¿Qué más podría pasarle? Tomó un bocado de ahí y de pronto la imagen frente a él lo dejó sin palabras.

Harry tenía la boca entre abierto, la mano pegada en dónde antes estaba la puerta y la mirada fija en el bonito rostro frente a él.

Un lindo chico de ojos cielo le devolvía la mirada a través del marco de la puerta; un lindo chico que estaba desnudo.

Así que cogiendo la manta que tenía en la mano izquierda y sin medir, cubrió el cuerpo del ojiazul en lo que podría compararse con un abrazo.

¿Qué se suponía que estaba haciendo?

𖡼.𖤣𖥧𖡼 𓃹 𖡼.𖤣𖥧

Es tan corto y tan tierno, que lindo jajaja.

Snow (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora