★[fuera luces]

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Los dos días siguientes después de aquella interesante escena en la cocina se sintieron más ligeros.

Harry se había encerrado en una habitación a la cuál Louis no podía ingresar por órdenes del lobo y Louis no preguntó el motivo aun cuando la curiosidad le pedía respuestas.

Para Louis la tarde había pasado lenta, aun cuando la casa era amplia no había mucho que hacer; había recorrido aquel lugar que albergaba a un particular lobo y ahora a un muy curioso conejo. Observó la habitación del lobo, tomando una nueva Hoddie en el camino; visitó la habitación en la que seguía negandose a dormir, parecía tan gris que le causaba escalofríos; el baño que ahora tenía un nuevo cepillo de dientes y toallas otorgadas por el lobo para el aseo de su nuevo huésped; la cocina, era su lugar favorito y la sala, su lugar seguro.

Entonces se encontraba allí de nuevo, en la sala, su segundo lugar favorito por el cálido fuego de la chimenea. También había conseguir un libro que encontró mientras curioseaba entre las cosas de Harry.

Después de lavar los utensilios de la mañana y revisar la estantería; la cuál le decía que quizá se quedarían sin provisiones muy pronto. En la pequeña sala había una televisión el cuál interesó al ojiazul en un principio pero decantó el usarlo en aquel momento.

Pasado el medio día y con el aburrimiento burbujeando en su interior había recurrido a prender la chimenea, con un tanto de dificultad pero cumpliendo su objetivo. Ahora ¿que seguía? Entonces el aparato volvió a apoderarse de la visión del conejo. Su mente pensó en hace cuanto no había prendido un aparato como aquel. Para satisfacción de su curiosidad el cable se encontraba puesto justo a la vista. ¿Qué podría pasar si conectaba el aparato? Quizá nada malo.

Tomando el cabezal del cable se dispuso a enchufarlo.Terrible elección.

De un instante a otro la casa se sumió en una oscuridad casi total a excepción de la sala que seguía siento tenuemente iluminada por el brillo del fuego de la chimenea. Louis no hizo ningún movimiento, tenía miedo de volver a tocar el aparato y pavor de lo que podía pasar en ese momento.

— ¿Louis?— La voz del lobo se escucho por el pasillo, pasos firmes hasta que la luz del fuego dejo ver la sombra del rizado —¿Qué fue lo paso?

Louis podia mentir, la mentira tentaba su boca, pero luego la imagen del enchufe unido al tomacorriente lo hizo decantar la idea, el lobo no le creería si dijera que magicamente el aparato se habia conectado. Un pequeño mohín se apodero de sus labios; se había metido en grandes problemas.

harry ya habia llegado a donde un pequeño chico se hallaba congelado, el pequeño hibrido con hombros caídos envuelto en ropas que le quedaban un tanto grandes. Louis parecía un niño pequeño atrapado después de cometer una travesura y eso le dió una idea de lo que quizá había ocurrido.

—¿Te encuentras bien?— Harry tomó con delicadeza el hombro de Louis y el conejo solo se encogió más. No era tan grave, pensó Harry, mientras intentaba ver a través de la pobre luz que era exactamente lo que había ocurrido.

—Creo que queme un fusible. —Louis frotó su brazo con nerviosismo. —¿Que estabas haciendo exactamente?

—Conecté la televisión — al fin, tomando un poco de valentía Louis decidió mirar el rostro de Harry, esperaba ver una mueca de disgusto, tal vez el entrecejo fruncido o siquiera oír algún tipo de gruñido molesto pero en cambio con lo que se topó fue a un Harry aguantando la risa mientras de manera amigable frotó la cabellera de Louis.

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El lobo interno de Harry no se hallaba muy feliz "fundió toda la casa" había exclamado su lobo. Y si, en realidad Louis no solo se había cargado un fusible si no que había quemado casi media instalación eléctrica pero Harry no estaba dispuesto a culpar al pequeño conejito, tampoco le gritaría porque su primer pensamiento cuando vio que el computador de su oficina se apagaba fue pensar que algo le había ocurrido a ese escurridizo y travieso chico.

Harry debía admitir que le resultaba incómodo el mantener a alguien más en su espacio, saber que alguien más cohabitaba en su hogar lo mantenía alerta, la cuestión era que aquel pequeño chico despertaba en Harry emociones muy extrañas, sentimientos que admitía tal vez no haber sentido nunca como era, por poner de ejemplo, el no querer hacer sentir mal a Louis.

Así que ahí estaba, enfundado en toda la ropa que pudiera resguardarlo del poderoso frío que amenazaba con volverlo una paleta natural, porque para poder solucionar el problemita de la electricidad Harry tenía que abandonar el cálido interior y exponerse a la fuerte ventisca del exterior.

"Deberías ponerle límites al conejo" había propuesto esa idea el lobo que paseaba enfurecido en su pecho. No, Harry no haría eso.

Cuando regreso de nuevo a la estancia completamente vestido y listo para salir se encontró con un pequeño Louis que sostenía una linterna; Harry se preguntó de dónde la había sacado, y envuelto en una de las chaquetas que había olvidado en el recibidor.

—Pareces un mashmello gigante — Louis lo miró con burla. Eso era un poco nuevo, Louis bromeando y soltando frases un tanto más largas. —Que gracioso conejito, ¿A dónde piensas ir?

— Quiero ayudar.— El chico parecía decidido, todo apuntaba que esa mañana y la precaria conversación del desayuno había despertado cierta comodidad en el cerebro de Louis, porque empezaba a sentirse más vivo, se veía más pleno. Pero no, Harry no permitiría que aquel chico saliera, mas aún, con aquel clima.

—No puedes salir Louis, hace demasiado frío.— La negativa no le agradó. El quería ayudar, Louis había malogrado la electricidad al menos tenía que intentar repararlo.

—Déjame ayudarte —su postura más recta trataba de dejar en claro su posición.

—No con este clima— fue la última respuesta del mayor.

— Entonces esperemos a mañana.— ¿Esperar? Harry analizó el rostro del chico. Esperar hasta mañana implicaba pasar el resto de la tarde en penumbras quizá solo alumbrado por la luz de la chimenea. No parecía una buena idea.

—Afuera hace demasiado frío, hay una nevada, está oscuro y si no puedo ayudarte entonces esperemos a mañana que calme un poco el clima— Sonaba a un plan razonable pero de nuevo la idea de seguir en penumbra no le agradaba. Aún cuando Harry apagaba las luces temprano tenía que admitir algo que detestaba. Harry le tenía miedo a la oscuridad.

Estarían a oscuras.

No quería, pero la persona que le devolvía la mirada a unos metros de distancia estaba decidido a no dejar pasar al lobo, incluso dispuesto a taclearlo si eso era necesario para impedir que saliera con el terrible clima exterior.

Oscuridad.

—Está bien.— Quizá no era una buena decisión pero lo haría, estaría en la oscuridad con aquel lindo chico, el mismo que le daba una sonrisita iluminada por la luz del fuego.

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Actualización: estamos a 5 días de un nuevo san Valentín (esto lo escribí en san Valentín del año pasado) y aquí otro capítulo reescrito. Creo que es mas sencillo con las rayitas <3

Love, Izza

Snow (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora