Amor prohibido

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Eran las seis de la mañana, con mucho cuidado abrió la puerta de aquella ostentosa casa, se retiró los zapatos y emprendió camino a su dormitorio. Una vez ahí, por fin pudo respirar tranquilo y con una sonrisa comenzó a retirarse la ropa, mientras  caminaba al baño, él no quería tomar un baño, si lo hacía el aroma del otro omega se iría y no lo deseaba, se acercó a su gran espejo y detallo con sus dedos cada marca dejada por esos labios de tonos ciruelos, sus mejillas se tiñeron de carmín al recordar la forma y presión que uso para dejarlas en su piel.   No pudo evitar volver a reír y recordar como es que lo encontró.

"Corría en varias direcciones, si bien las feromonas de los alfas no me afectaban en el ámbito sexual, no evitaba que otras sensaciones si aparezcan, cómo dolor de cabeza, náuseas y mareos. Observo cómo otros omegas eran tomados y  maldigo mil veces por ser de la casta débil, varios alfas quisieron tomarme a la fuerza, pero terminaban con un dolor en su entrepierna. Llegue a unas escaleras y subi con la esperanza de encontrar una habitación para esconderme hasta que está tontería termine, cuando llego a la otra planta busco con desesperación una habitación, paso cerca de un gran pasillo y puedo ver cómo dos alfas se peleaban por ver quién desvirgaba a un pelirrojo. Iba irme porque al final si él estaba en esa situación es porque así lo decidió, escuché como pedía ayuda con sus ojitos llenos de lágrimas, no negare que sentía una irá en mi ser, pero solo era un pequeño omega y esos alfas estaban nublados de su celo por esas malditas pastillas.

Iba a mandar mi miedo a la mierda y justo encontré una silla, la tomé y cuando iba a golpearlos, alguien más lo hizo. Era hermoso con esos cabellos rubios como el oro, su mirada llena de odio al ver la injusticia que estaban haciendo, esos alfas se fueron encontrá de él y tuve miedo, pero me sorprendió de ver cómo les hacía frente y los noqueó con un par de golpes.

Estaba sorprendido y luego ví como ayudaba al pelirrojo y le decía algo, yo iba acercarme para ver si entre los tres nos cuidabamos, pero la realidad me golpeó con dar solo unos pasos, un aroma delicioso, no me confundí, era girasoles y no había un jardín cerca. Era él quien tenía ese aroma y me puse un momento a oler tan magnífica fragancia, pero no solo mi olfato se deleitó.  Otra parte de mi cuerpo despertó y claro que estaba sorprendido, nunca me había pasado con nadie, pero ¿porque con él si?

Luego vino el miedo, vergüenza y muchas cosas en mi cabeza que solo atiné en salir corriendo, tal vez en ese momento fui cobarde, pero estaba vulnerable y con varios alfas andando por ahí. Felizmente encontré una habitación y del apuro no heche el pestillo, cuando lo iba hacer escuché unos pasos y fue que corrí al armario, me encerré ahí, mi corazón palpita fuerte por cada segundo, no sabía que hacer, si ahora mismo era tomado mi padre estaría feliz, aunque claro no con el alfa que  había escogido, pero yo no quería que sea así, yo quería escoger.

Cuando escuché la puerta abrirse y luego el pestillo supe que estaba perdido, pero entonces su aroma llegó nuevamente e inundó toda la habitación, mi temperatura se eleva y la opresión de mi entrepierna fue lo que necesite para dejar salir a mi omega, ya había elegido y lo escogí a él".

Sus pensamientos fueron interrumpidos por los toques de la puerta.

- Sasuke ¿Estás bien? (Susurro).

El Omega se miro por última vez en el espejo y con una enorme sonrisa volvió a colocarse la ropa, después de eso salió del baño.

Sasuke: buenos días nii ssan

Pero en vez de una respuesta, lo que sucedió fue que su hermano comenzó a revisar su cuerpo (sin levantar la camisa) y olfatear lo.

Itachi: ¡¡oh, por Kami!! No llevas aromas de alfa.

Entre OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora