Taehyung despertó en la cama de su mejor amigo, sintiéndose vacío cuando no lo vio en la habitación. Por lo que recordaba se habían ido a dormir juntos, más bien, él lo había esperado.
Fue extraño ver el otro lado de la cama completamente vacío por lo que estiró su mano, tocando las sábanas blancas y frías dejando notar que hacía bastante tiempo no había nadie recostado ahí. Tae solo suspiro triste.
Sabía que todo empeora si se quedaba más tiempo en esa casa, así que solo recogió sus cosas lo más rápido que pudo y salió de aquel edificio, tomándose un taxi para poder recoger su moto en aquel lugar que la noche anterior habían ido. Con el corazón quebrado.
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Los días pasaban y ellos no se hablaban, la única y última vez que lo habían hecho fue porque Kook le preguntó por mensaje a Tae si tenía alguna de sus ropas pero nada más pasó en esa conversación. La cosa se enfrió de un día a otro, una noche que marcaría un antes y un después en aquella relación.
Taehyung se encontraba en una de las salas de descanso de su edificio. Él trabajaba como cirujano general, estudiando y no hacía mucho que su última cirugía del día había terminado, por suerte no era alguien muy ocupado o que lo necesitaran todo el tiempo porque veía a otras personas que realmente estaban estresadas y su vida solo giraba al trabajo, por suerte no era su caso pero ahora en su mente no dejaba de pasar lo que había sucedido con su mejor amigo esa noche, era frustrante.
Ahora solo estaba tirado en una de las camas de descanso que había aquel hospital, preguntándose que podría haber cambiado. Su momento de tranquilidad duró poco, la puerta se abrió de golpe, dejando ver un hermoso chico de cabellos anaranjados y una gran sonrisa en sus labios.
Hoseok era aquel chico, alguien que irradiaba felicidad la mayoría del tiempo, incluso a veces en momentos que no debería estar tan contento era igual de positivo que siempre y eso era algo que Tae a veces envidiaba. Su amigo era un rango más arriba que él ya que era uno de los mejores Neurocirujanos de ahí y muchas veces le enseñaba cosas que él no entendía lo que necesitaba un empujón.
Su amigo no tardó en darse cuenta de aquella cara larga que traía menor, porque claro, Hoseok era el mayor por unos tres años mayor.
Su hyung se acercó hasta él, sentándose en el borde de aquel mullido colchón que Tae descansaba, no le gustaba verlo de esa manera, estaba claro pero notaba lo tenso que tenía los hombros así que le indico que se diera la vuelta, haciéndole caso, lo hizo dejándose hacer por su mayor.
—Hyung...¿Qué hace? No es necesario — Hablo el menor de cabellos castaños, últimamente estaba largo por lo tanto sus ojos poco y nada se veían. El chico de cabellos anaranjados lo miró, negando, haciéndole saber que no importaba y que le seguiría ayudando.
—Algo no está bien y ni siquiera se que es, tampoco pretendo que me lo digas— Dijo sin esperar que el contrario hablara así que solo prosiguió — Hay algo ahí, algo que te está molestando, probablemente no pueda ayudar pero si puedo hacer que te distraigas así que ¿Por qué no vamos por un café?
Tae lo pensó, sabía que si seguía con aquella duda en su cabeza no podría siquiera trabajar bien o ayudar a las personas de buena manera, hoy lo había notado y los cafés con su hyung nunca vienen mal, siempre le hacían sentir un poco mejor así que no pudo negarse. Sonrió un poco mostrándole las paletas a su mayor y se incorporó, quedando sentado al lado de él.
—Creo que me vendría bien pasar el rato con usted
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Esa misma mañana Jungkook ni siquiera había ido al trabajo, no siquiera había salido de su cama siendo que no podía, realmente no podía y no quería salir, se sentía tan confundido con los sentimientos que poco a poco estaban saliendo a flote que no le daban ganas de seguir con su vida.
Necesitaba, quería encontrar una respuesta.
Si no lo hacía probablemente se volvería loco.
Había llegado a la conclusión de que aquella noche había sido una locura por culpa de los celos que pronto estaba por llegar, además era época de apareamiento pero ¿Porque nunca antes había pasado y aquella noche si? Habían salido tanto, tantas veces en las cuales podían pasar cosas así, incluso habían jugado a besarse con más chicos y sus amigos, nunca se había sentido de aquella manera con nadie.
Tomó una de las almohadas de la cama y la lanzó lejos, haciendo que golpeara con una pared en uno de sus ataques de frustración.
—¿Qué carajo me está pasando Tae?
GRACIAS POR LEER Y PERDON PO RLA TARDANZA LOS AMOOO!!
