La mayor parte del día siempre me acordaba de él.
Hoy en mí día libre vine a contarle a mí mejor amiga sobre él.
No sé qué poderes tiene pero encontró su Instagram.
Bueno, sé qué poderes tiene.
Mientras mi mejor amiga se burlaba de mí llega él.
Tiene que ser una broma, estaba aquí y yo no me había dado cuenta.
- Disculpe ¿A cuánto tiene este disco? Es que no aparece el pre... - se quedó en silencio cuando su mirada se encontró con la mía.
- Hola - levanté mí mano tímidamente y él me imitó.
Quiero poner una bolsa negra encima mío y desaparecer.
- Está en 6 mil quinientos pesos jóven- respondió mí amiga amablemente y él asintió.
Colocó el disco de Sabina en el mostrador y entregó su tarjeta.
Mientras Adriana lo atendía aproveché para despedirme de ella y escapar del lugar.
Me sentía toda una adolescente escapando, esto era absurdo.
Creo que me gusta.
