Malta está mejorando de la intoxicación favorablemente en la casa. Me quedé unos días más por si volvía a tener algún percance.
Está rodeada de mimos y amor por todas partes.
Ahora estoy sentada en el pasto del jardín y ella ha llegado a un lado mío.
Lame mí rostro y se echa en el suelo a un lado mío.
Su mirada se enfoca en dirección a la puerta de vidrio que separa el jardín de el resto de la casa.
Se levanta y va hacia allá así que giro en dirección a la puerta.
Isaza la está esperando con los brazos abiertos y una sonrisa, así que cuando llega la empieza a acariciar y llenarla de besos.
Luego de tanto cariño Malta entra nuevamente a la casa e Isaza se acerca a mí.
Es irónico que Malta nuevamente es la que nos vuelve a unir.
Pero ya no siento atracción, ya lo conozco un poco más.
Sé que no viene en son de darme besos y caricias.
Así que cuando me dice:
“La verdad decidí venir porque tenemos que hablar”
No me sorprende en lo absoluto.
Solo quiero que aunque sea mentira. Diga que no se va a ir de mí lado.
Y no voy a aceptar que ya no quieras quedarte
Pero el tiempo no podrá enseñarme cómo olvidarte...