Tequila, limone e sale

1.6K 132 20
                                    




Hasta ahora la noche había avanzado bastante bien, me había incorporado al grupo de amigos de Carlos, y Charles estaba entre ellos. Bea se mantuvo a mi lado, cosa que en verdad agradezco,  pero no quería que se sintiera con el deber nada más porque soy su jefa.

— Bea, iré a buscar más cervezas, ¿quieres algo?

— Todavía me queda, anda tranquila.

Había bebido sólo cervezas, pero cuando llegué al mesón de la cocina y pude ver el tequila, sentí que tenía 19 años de nuevo, viajando con Ceci en México antes de que pensara que Tommy venía a este mundo.

Me encontraba estudiando, por lo que mi relación con Josh era un poco menos seria, así que cuando le dije que viajaría de spring break a México no le dio mucha importancia. Pasaron muchas cosas en ese viaje, pero más allá de todo, reforcé y creé momentos inolvidables junto a Ceci.

— No sabía que eras tan atrevida — Dejé de picar los limones para voltearme al autor de esa voz, que justamente hoy me daba más escalofríos que molestias.

— No sabes muchas cosas de mi.

Se encogió de hombros para por fin decirme— Sírveme uno, por favor.

Para que estuviera aquí, siendo AMABLE conmigo, tenía que haber pasado algo, o era otra persona disfrazada de él.

Me inclinaba más hacia la segunda opción.

Serví los dos chupitos mientras acercaba la sal y las rodajas de limón. Coloqué un poco de sal en el espacio entre mi dedo pulgar e índice — Salud — Lamí la sal, me bebí el chupito y terminé mordiendo la rodaja de limón.

Lo vi fijamente a los ojos mientras él realizaba los mismos pasos. Y no sé qué tan hormonal estoy, pero se encendió algo en lo más bajo de mi vientre. Por primera vez vi lo atractivo que era, el lunar en su mejilla, la barba de días y los ojos verdes con sus distintas tonalidades.

Me gustaba éste Charles, no el patán, ¿por qué no podría ser así el resto del tiempo?

— Subiré la apuesta — Dijo mientras se ponía la rodaja de limón en la boca.

— ¿Qué te hace pensar que no lo haría? — Él sólo se encogió de hombros, y no necesité nada más para lamer la sal, beber el shot y poder besar sus labios con la excusa de morder el limón, pasó uno de sus brazos por mi cintura y me apegó más a él. No podía creer que nos estábamos besando, menos con lo mal que nos llevábamos.

Se separó de mí para, con la mano libre, sacar la rodaja del limón y volver a besarme sin nada de por medio.

Eran los primeros labios que mi yo soltera podía besar sin remordimiento, sin pensar en quien lo había hecho antes, sin comparaciones, sin versus. Sus labios me estaban encendiendo por dentro, y no recordaba, en mi no experimentada y corta vida, que alguien me hubiese besado con tanta propiedad.

Agarré los mechones de atrás de su cabello para profundizar el beso, Get Lucky sonaba a lo lejos y los chupitos, más las cervezas, empezaban a hacer estragos en mi cuerpo, me sentía más suelta de lo que me había sentido en mucho tiempo. Me sentó en sus piernas, mientras continuamos besándonos, como cuando encuentras algo y no puedes separarte de ello.

Escuchamos voces a lo lejos y nos separamos lentamente, acarició mi mejilla con su pulgar, y antes de separarme le di un beso en la comisura del labio.

— Si quiero conocer más de ti— Lo escuché antes de guiñar el ojo para retirarme con una cerveza.

Hoy me sentía más viva que nunca.

 

···


En Chicago bailábamos mucho, cada fin de semana que podíamos salíamos de fiesta, y si hay algo que me relaja es eso, el baile.

Algún remix de Cold Heart estaba sonando, y yo estaba bailando con Bea, que para ser italiana se soltaba bastante. Nadie supo lo que pasó en la cocina, apenas salí subí y retoque mi labial, antes de eso estaban bastante hinchados, mis pupilas dilatadas me delataban, mi cuerpo había respondido a Charles desde un inicio.

Meneaba mis caderas según la melodía, y había la suficiente cantidad de personas como para perderme entre ellas al bailar. Sentí una mirada en mi nuca y sin voltear, sabía quién era. Estaba en una esquina, rodeado de varias personas, con los ojos puestos en mí o mejor dicho, en mis movimientos.

Había soltado todo lo que debía en los meses que estuve desaparecida del mundo, trabajé mucho en mi, aunque nadie estuviese al tanto. Crecí y mejoré de a pocos, pero todavía tengo mucho camino por recorrer.

Ya iban a cumplirse 5 meses de ese día, pero también cumpliría mi primer mes viviendo en Italia, siendo una nueva Vittoria, estando más tranquila y en paz, probando un poco del mundo por mi misma.

— Bea, una pregunta — Le dije mientras me acercaba para que me escuchara mejor — Es sobre Charles, sabes sí está saliendo con alguien o...?

Bea frunció un poco el ceño para luego negar y hablarme — No, sé que terminó hace unos meses con su antigua novia, pero en verdad en las últimas carreras no trajo a nadie, ¿por qué?

— Solo curiosidad — Me alejé un poco para seguir bailando, mientras veía a Carlos venir con Gian, un diseñador del equipo.

— Ostia pero cómo estamos por aquí, ¿no?

— Qué bien se lo tenía guardado la jefecita — Dijo Gian tratando de sonar jocoso, pero le salió al revés el chiste. Sonreí forzadamente mientras veía como Bea volteaba los ojos, era conocido en el departamento como palo de agua, era muy molesto con las mujeres de la escudería, y yo era la nueva, por lo que era obvio que vendría a decirme algo fuera del horario laboral.

— Gian, creo que te buscan en la cocina — Mencionó Charles al llegar a nosotros. Gian entendió y salió de ahí, pude agradecerle con la mirada a Charles, mientras él se volvía a encoger de hombros.

— Qué hombre tan pesado, dios, pensé que nunca se iría.

— Oigan, iremos a hacer una ronda de chupitos, se vienen? — Nos mencionó Carlos mientras yo me sonrojaba, para luego asentir en su dirección. Sentí la mano de Charles en mi espalda baja guiándome hasta la cocina en la que ya habíamos estado previamente.

No sé sí eran los tragos, las hormonas o el perfume de él, pero de repente me sentía mucho más animada, rozando un poco la emoción, y bien, el tipo había sido un idiota, pero quería olvidarme de eso por ésta noche.

Mañana ya vería cómo lidiar con eso.

Al llegar a la mesa central de la cocina pudimos ver la sal y los limones picados, y el calor en mi vientre se acentuó, haciéndome sonrojar de nuevo, recordando los picos de emoción que me generó, y todo se sentía más intenso con su mano en mi espalda, el calor que irradiaba al estar detrás de mí, el calor que irradiaba yo misma al estar tan ansiosa.

— Bien, tomamos un shot y luego haremos los deseos de año nuevo. — Anunció Carlos para todos, Charles me soltó para servir el de nosotros y tomarlo sin limón ni sal, agradecía que Bea estuviese ocupada ayudando con los preparativos para los deseos, porque si no habría visto la mirada cómplice de los dos al chocar los vasos para decir salud.

Me bebí dos más aparte de ese, para luego empezar a escribir mi deseo de año nuevo.

'Vivir más, preocuparme menos, y ser feliz'

Oh dios, por favor qué éste año sea mejor. 



···


Deseo lo mismo que Vittoria pero para el resto de mi vida. 

Salud chicxsss

𝗠𝗲𝗿𝗮𝘃𝗶𝗴𝗹𝗶𝗼𝘀𝗮    |    𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗟𝗲𝗰𝗹𝗲𝗿𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora