E adesso?

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Mi sol, no tienes nada de qué avergonzarte, pero por favor contéstame. Estamos preocupados por ti. — Decía mi papá en la nota de voz que recién me había llegado.

Vitto, ¿estás bien? ¿Quieres que vaya? — Me preguntaba Bea.

De verdad que hay que ser TAN confiada para dejar que esas cosas pasen, no sé como lo hizo. — Había escrito Clara en el grupo de la familia, pero no tenía ni la fuerza ni la mente para responder.


— Vitto, iré a llevar a Tom a la casa, ¿está bien?

—Si, me quedaré con ella, no hay problema. — Le respondió Charles a Ceci, que había llegado veinte minutos después de que la noticia se volviera tendencia. El monegasco se había quedado con Tommy mientras ella y yo hablábamos, o mejor dicho, ella me hablaba y me trataba de calmar.

— Vendré después, gracias Charles...—Él asintió y se despidieron, para luego venir conmigo al sofá donde habíamos dormido anoche.

Anoche antes de que el mundo entero me viera en las situaciones más privadas y personales que uno puede tener.

Anoche cuando había olvidado mi pasado y me había permitido sentir.

Anoche cuando estaba todo bien.

Me acosté con la cabeza encima de las piernas de Charles, mientras me acariciaba el cabello y susurraba que todo pasaría. Pero, quién podía asegurarlo? Él no, por supuesto.

Josh no había hablado, seguro saldría a dar la cara su papá, porque siempre era así, cuando no llegó al altar, cuando se iba de vacaciones y no decía nada, o cuando falló en la universidad. Siempre lo defendió su papá.

Claro que lo iba a hacer si era un inversionista muy renombrado, su reputación estaba en juego, y que haya salido todo sobre mí, pero nada sobre Josh me parece bastante obvio. Había alguien detrás de esto.

Además que, sólo las imágenes conmigo se publicaron, nada más, nada de las otras mujeres con las que estuvo. Sólo eran imágenes que le había enviado en algún punto de nuestra relación, videos privados que había grabado sin yo saberlo, ¿Qué tan bajo debías caer para hacer ese tipo de cosas? Si el que me había lastimado era él, no al contrario.

— Vitto, Mattia te está llamando. — Me sequé las lágrimas mientras me sentaba y me sorbía por la nariz.

— ¿Hola, Mattia?

— Hola Vittoria, ¿te pillo en mal momento?

— No no, dime, ¿pasó algo?

— Si, nos gustaría saber sí podrías venir en unas horas a la oficina?

Abrí los ojos de par en par mientras Charles gesticulaba con las manos, yo negué mientras cerraba los ojos. — Si claro, en la tarde estaré allá, ¿está bien?

— Vale, aquí te esperamos Vittoria, hasta luego.

Finalizó la llamada y volví a llorar mientras me abrazaba, ¿cómo podría haberse ido todo a la mierda en cuestión de minutos? ¿Por qué?

— ¿Qué pasó Vitto?

— Mattia quiere que vaya a la oficina, me va a despedir, estoy segura. Manché a la empresa.

𝗠𝗲𝗿𝗮𝘃𝗶𝗴𝗹𝗶𝗼𝘀𝗮    |    𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗟𝗲𝗰𝗹𝗲𝗿𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora