Bolonia II

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Enero 22 del 2022.



Me estiro mientras bostezo, luego reviso el teléfono para ver que son más de las 8 de la mañana, por lo que Charles debe estar listo o casi, para ir a desayunar.

Anoche nos quedamos hasta las 12 de la madrugada aproximadamente, pero el cansancio más la combinación con el vino nos causó mucho sueño y decidimos acostarnos, obviamente él en su habitación y yo en la mía, qué creían?

Hablamos un montón, de sus comienzos, sus viajes familiares, yo le conté sobre Turín y como aún estando lejos, podía sentirlo como un hogar. Le comenté sobre el viaje a Cancún con Ceci, de lo mucho que me gustaba bailar de chiquita, y cuándo decidí estudiar Diseño Gráfico y Marketing.

Siendo hoy sábado queríamos ir a recorrer un poco, ir por el centro, a los museos y ver parte del encanto de la ciudad. Después cuando ya empezara a correr el calendario visitaría netamente por trabajo y no por turismo, entonces tendría que aprovechar todo esto al máximo.

— Buenos días princesa. — Me recibió Charles al salir del cuarto y no pude evitar pensar en la famosa película La Vida es Bella, esa frase denotaba amor puro, algo contradictorio al ver de qué trataba la película en sí.

— Creo que yo te debería decir eso a ti, príncipe Charles.

Hizo un amague con la mano mientras se reía, y fue entonces cuando pude ver su vestimenta. Llevaba un pantalón de chándal junto a una sudadera del mismo color, iba bastante cómodo, yo por mi parte también estaba con un conjunto de leggins y sudadera. No me había preocupado mucho por mi vestimenta porque todavía no saldríamos.

Al llegar al área correspondiente para tomar el desayuno cada uno cogió un plato para ir agarrando lo que le apetecía, pues era tipo buffet, yo me fui por unas frutas y tostadas, mientras que el optó por un sándwich y más frutas.

Toda la mañana pasó en un abrir y cerrar de ojos, pudimos recorrer cerca del hotel, y al estar todavía en invierno se nos facilitaba el abrigarnos y que a él no lo reconocieran, que aunque no le molestaba era mucho más cómodo estar así.

Nos tomamos un selfie en la Piazza Maggiore y decidí que era una buena opción enviársela a mi papá, sabía que no le diría a mi mamá, él me protegía un poco bastante de su opinión, que en muchos casos no era la mejor.



Don Vito

Qué bella mi sol, me hace feliz verte feliz.

Dile a Charles que nunca me respondió, aunque tomaré la foto como respuesta.

Me:
Jajajaja.

Te amo papi.



Charles y yo íbamos agarrados de un dedo literalmente, sí nos llegaban a tomar alguna foto con nuestras manos entrelazadas podía verlas en primera plana el día de mañana. Y sí, qué alegría andar de manos con el mismísimo Charles Leclerc, pero no podía con la mala atención que me habían dado en los medios como para que me dieran más.

No podría con ello.

— ¿Tienes hambre?

Me encogí de hombros antes de responder. — Un poco, ¿tú?

𝗠𝗲𝗿𝗮𝘃𝗶𝗴𝗹𝗶𝗼𝘀𝗮    |    𝗖𝗵𝗮𝗿𝗹𝗲𝘀 𝗟𝗲𝗰𝗹𝗲𝗿𝗰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora