2. Compromiso y despedida

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Hoseok estaba en la cueva, recordó el momento en que fue raptado y los ojos del príncipe Taehyung. La discusión que habían tenido ante el compromiso obligado, él jamás deseó algo parecido, pues soñaba con que al haberse enamorado de Taehyung él le correspondiera.

— Acepté el matrimonio, todo está hecho con tu padre, pero jamás esperes que vaya contigo al lecho nupcial.— Sintió que su corazón se rompía más de lo que ya estaba, sabía que jamás conseguiría el amor de aquel hombre que tanto había admirado desde que conoció las hazañas del príncipe.

— Eres muy idiota si crees que eso bastará para mi padre, quiere burlarse de nuestras costumbres pues mientras no seamos esposos de verdad jamás serás sangre de mi sangre y no te deberé nada. — dijo con rabia y dolor ante el rostro de Taehyung quien solo sentía odio y desprecio.

— Eso lo veremos, puede ser que quede viudo en la guerra... — Un dragón sobrevoló el reino bombas somníferas empezaron a caer por el territorio, Hoseok sintió que su cuerpo se entumía, conocía los efectos pues no era la primera vez que el Rey lo intentaba, Taehyung tomó su mano y lo observó, pero el mismo empezó a sentir los estragos del somnífero. — ¿Qué sucede? — dijo tambaleándose.

— A... Ara-ta. — dijo Hoseok cayendo en un sueño profundo. Taehyung tomó su mano con más fuerza, pero del dragón descendió Arata y sonriendo le arrebató a Hoseok. 

Hoseok se cubrió el rostro con las manos recordando ese momento, de pronto sintió la presencia de Arata, salió del escondite y se dirigió al encuentro pasara lo que pasara, no iba a caer sin pelear. 

Mackenyu Arata sintió la presencia de Hoseok, ese príncipe era su perdición, les fascinaba la forma en que luchaba, sus movimientos sensuales y poderosos, nunca lo había visto perder una batalla. Había intentado secuestrarlo tantas veces y esta vez no lo dejaría ir, pues lo deseaba y quería tenerlo a su lado para siempre. Dos propuestas había hecho al padre del chico, pero el salvajismo de su reino impidió que le cedieran a tan hermoso chico, ahora lo iba a tomar pese a que Hoseok no quisiera.

Cuando ambos se encontraron, Hoseok sacó una espada pequeña, no la que él utilizaba pues no la portaba mientras visitaba a sus súbditos. — Así que estás decidido a pelear contra mi. ¿No crees que tengo la ventaja?

— Aunque muera jamás dejaré que tomes lo que no pretendo dar por la fuerza.

— Eres tan sexy que no me importa que me odies, te he amado desde que te vi, eres la personificación de la belleza...

— Asesinaste a mi tío y a sus hijos... ¿Cómo crees que puedo amarte? Te rogamos que los dejaras vivos y dijiste: "Pago con sangre" ¿No es ese tu lema?

— Lo es...

— Pues eran sangre de mi sangre y jamás serás parte de ella. — Arata odio que aquellos bellos ojos lo vieran con odio, pero amaba tanto al niño que lo haría suyo. Sus parientes habían cruzado sus territorios y no quiso aceptar una disculpa y recompensa, sino que prefirió pagar con sangre. 

— Te amo.

— Te odio. — Hoseok atacó con sus movimientos rápidos, Arata sonrió y sacó sus espadas contrarrestando el golpe de Hoseok, con un movimiento rápidos. Luego giró y logró romper el hanbok de Hoseok, este retrocedió y luego atacó hiriendo la mejilla de Arata, una gota de sangre rodó por su mejilla hasta sus labios y la lamió. 

Arata contraatacó, el somnífero aún dañaba a Hoseok, pero no iba a dejarse derrotar por Arata. Este observaba las piernas de Hoseok, le había roto lo suficiente para poder verlas y era una vista demasiado excitante. — Amo esas piernas, te ves tan delicioso que no sé que hacer con mi miembro. 

White FlagDonde viven las historias. Descúbrelo ahora