¿Saben cuál es el mejor lugar de Vale donde tener un día de campo? No el bosque Esmeralda donde hay Grimm hasta debajo de las piedras y tampoco eran esos parques que habían en medio de la ciudad donde su flora era demasiado forzada como para que se pueda apreciar en verdad.Forever Fall era la respuesta correcta, sus hojas rojas se mantenían siempre en ese tono otoñal sin importar la época del año, ya sea verano o invierno, el bosque tampoco estaba demasiado propenso al Grimm lo que sin duda era una rareza.
Pero para cierto homúnculo su razón de estar en ese bello bosque no era para contemplar su flora ni mucho menos tener un día de paz, era para algo más productivo.
Era un día de investigación, Aedus aprovecharía que la cantidad de Grimm que había en el área no era tan grande, lo cual era lo más apropiado para hacer un estudio como el que quería, si había demasiado Grimm entonces estaría más pendiente de sus alrededores que su objetivo, además así no llamaría mucho la atención por las posibles explosiones o por los disparos, solo tomaría a un Grimm desprevenido y lo abriría como un pavo.
O al menos esa era la idea.
Y ahí se encontraba él, en frente de una cueva sospechosamente formada, el no era un experto pero una cosa tenía claro, esa cueva no era natural ¿Quizás un puesto de avanzada de Vale? Era probable y quería que fuese eso, pero duda tener tanta suerte y estaba seguro que esa cueva no estaba deshabitada, era simplemente demasiado perfecta como para dejarla así.
El homúnculo se adentro en ella usando las lamas de la punta de su dedo índice para alumbrar su camino, sabía que su pergamino tiene una opción para usarla como linterna pero no tenía ni idea de cómo activarla y preguntar eso sería... humillante. Por lo que se conformó con su primera y casi única opción, Magecraft.
Usar el Magecraft de una manera un poco burda era penoso a la vista de los Magus más tradicionales, se solía usar para asuntos menos frívolos que una simple luz, se usaba para destrozar quimeras de Magus renegados de la Torre del Reloj o para la Alquimia, que al ser uno de los cinco elementos principales tenía una gran importancia.
El fuego era el desencadenante de una gran variedad de elementos químicos al ser el responsable de la temperatura del proyecto, aún que eso era si estudiabas química obviamente, en el mundo iluminado por la luna tenía un sentido más profundo y el mismo Aedus era un ejemplo de ello al ser un homúnculo.
Al ser una criatura artificial está compuesto de los elementos químicos que tiene el cuerpo humano pero también tiene un núcleo, su "Fuego" por así decirlo, si alguien intenta crear un homúnculo sin un núcleo no será más que una masa orgánica sin sentido más que sus funciones básicas y nunca será más que eso, un parásito sin sentido.
Era el núcleo el que le daba la oportunidad de ser "Aedus", un homúnculo que puede razonar y usar Magecraft, el núcleo de los homúnculos era un aglomerado de "especias" que construían su corazón, dichas especias eran campos delimitados diminutos e imposibles de acceder que tenían el fin de crear una red que pueda absorber de forma natural el maná del alrededor y distribuirla por los circuitos.
Incluso el Jewelcraft estaba involucrado en ello en una fusión con la Alquimia y el caso de Aedus era un poco más divertido.
Él fue creado no para los Einzbern si no que fue creado para alguien más, como una moneda de cambio con la que podrían conseguir un catalizador que les daría la victoria en la próxima Guerra del Santo Grial, pero eso no quitó que la humillación fuera menor, el crear un homúnculo totalmente funcional que cuesta una gran cantidad de recursos construir para alguien externo a la familia era un golpe en su orgullo y más teniendo en cuenta que anteriormente ya había sido golpeado por la traición de Emiya Kiritsugu.
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Homúnculo atrapado en Remnant
FanfictionAedus El-Melloi iba en dirección a su habitación, cuando su Maestro le dice que vaya a la mansión Edelfelt para ayudar a la heredera en uno de sus experimentos, Aedus acepta gustosamente sin saber que esa sería la última vez que vería a su maestro...