Capítulo 5: Discordia

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Habían pasado dos noches desde que el bar de Junior se quemó y todas las personas que habían dentro murieron. Aedus ya se había recuperado de sus heridas sufridas en su combate con las hermanas y ahora se encontraba perfeccionando su Mystic Code por lo que solo llevaba su camisa puesta.

Cuando él terminará empezaría con sus armas las cuales tendrían una función más vistosa por lo cual se aseguraría de no usar mucho.

Los recuerdos de aquella noche aún rondaban por su cabeza, no por remordimiento por lo sucedido en el bar sino por lo que sucedió después de eso, más concretamente cuando llegó a su refugio.

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Hace dos noches...

Aedus regresaba sangrante hacia su refugio, al entrar vio a Neo recostada en el sofá viendo una película mientras comía helado de un tarro... Una decisión no muy sana sin duda.

Ella lo vio en la entrada y soltó su cuchara de la impresión.

— Ya he vuelto — dijo Aedus saludando con una mano mientras se dirigía al baño, allí podría curarse con su Magecraft.

Al cruzar esa puerta se quitó su ropa de la parte superior de su cuerpo y se sentó en la tapa del retrete, si bien sus piernas también estaban heridas pero no era tan grave como su pecho. El iba a comenzar a curarse pero la puerta se abrió una vez más mostrando a Neo.

Esta acción causó confusión dentro de Aedus ¿Porque ella estaba aquí? La opción más probable era que ella iba a matarlo aprovechando que él estaba herido y debilitado, si ese era el caso él usaría a su Hechicería Elemental y la mataría rápidamente pero... ¿El sería lo suficientemente rápido para producir el hechizo?

Esos pensamientos fueron desechados cuando Neo abrió el gabinete que había en el espejo y de ahí sacó el botiquín de primeros auxilios, ella abrió el botiquín y sacó las vendas junto con una aguja e hilo.

Pronto Neo se acercó a Aedus y comenzó a cerrarle las heridas con la aguja. Aedus estaba aún más confundido que antes ¿Porque ella estaba lo estaba ayudando? Ellos no tenían un contrato que la obligase a ayudarlo y tampoco había pedido su ayuda, entonces... ¿Por qué?

Su pensamiento otra vez fue cortado al sentir como Neo apretaba el vendaje y en consecuencia de ello Aedus chilló ante el dolor. Neo percatándose de ello sonrió con malicia y apretó cada vez más fuerte causando que el chillido de Aedus fuera más sonoro.

— ¡Hey, Hey! Espera un segundo ¿¡Lo estás haciendo a propósito verdad!? — preguntó Aedus molesto por la situación, Neo en respuesta silbo de forma "inocente" mientras desviaba la mirada hacia otro lado lo cual solo molesto aún más a Aedus.

— En primer lugar ¿Porque me ayudas? Nunca te lo pedí — dijo Aedus volviendo a su duda anterior, Neo solo suspiro y con el uso de su Semblance hizo aparecer un cartel que decía "Sería una pena que muriera, eres mejor jefe que esa perra de fuego" .

Aedus al leerlo lo comprendió y también se tranquilizó ella lo hacía por beneficio propio, porque a ella le resultaba conveniente que él viviera.

Ese hubiera sido un pensamiento deprimente para una persona normal pero para Aedus era un pensamiento reconfortante, él era un Magus y como tal no creía en los actos de buena fe de la gente, nadie hacía nada si no hubiera un motivo detrás como un premio o beneficio y en el menor de los casos para adquirir un sentimiento de satisfacción.

Siendo ese su tipo de pensamiento había una excepción a eso, aquella persona que a palabras de todos era un tonto, un necio, un hipócrita, alguien...

¿Acaso necesito una razón para ayudar a otros?

Alguien inhumano.

El solo recordar a esa persona le daba un sentimiento de ira, remordimiento y tristeza pero también algo de satisfacción.

Homúnculo atrapado en RemnantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora