Capítulo 3.

1.7K 147 2
                                    

Poché's POV. 

Lo primero que hice al despertar fue mi rutina. Llevar a mis hermanos a clases, luego volví nuevamente a casa y mi madre, con pena, me pidió ir al supermercado porque ya no había nada que comer. Por suerte, me había quedado dinero del que le pedí a Nelala, así que fui y traje todo lo necesario para al menos una semana más. Lo que más deseaba en el mundo era poder tener todo el dinero necesario para que mi mamá y mis hermanos vivieran felices y jamás volver a pasar hambre, y sé que lo conseguiré. Mi madre besó mi mejilla cuando le pedí que preparara algo rico de comer, aunque ella siempre cocinaba rico, no importaba si era un plato bien elaborado o unas simples tostadas. Noté que estaba un poco triste, pero no hice preguntas al respecto. 

Entré a mi habitación, tomé mi celular y miré la fecha. Rápidamente comprendí el estado de ánimo de mi mamá. Me senté en el borde de mi casa y las lágrimas bajaron cuando el recuerdo de mi papá llegó a mi mente. 

Mi papá había muerto en una carrera de autos callejeras cuando apenas Valentina tenía dos años. 

Recuerdo como esa noche él me decía que ganaría mucho dinero, que no iba a perder por nada del mundo, porque quería comprarle un gran regalo de cumpleaños a Valentina y quería celebrarlo junto con nosotros. 

—Papá, ¿puedo ir contigo?—pregunté. 

—Hija, ven aquí...—me senté a su lado.—Nada me gustaría más que llevarte de copiloto, que te conviertas en mi guía en mitad de una carrera—sonreí.—, pero tu madre se molestará, empezará a gritarme por subirte a ese auto a toda velocidad. Ella se preocupará y ninguno de los dos quiere eso, ¿verdad?—negué con la cabeza.—Bueno, yo prometo que regresaré y te diré lo bien que me fue, te diré que el equipo Garzón ganó, porque somos un equipo, ¿cierto?—yo asentí sonriente.—¿Puedes quedarte con mamá y asegurarte que tus hermanos duerman temprano hoy?

—¿Puedo jugar con Vale hoy? Juro que no la haré llorar haciendo que vea monstruos en el televisor otra vez. Y mucho menos me reiré de eso. Sólo quiero jugar con ella.—él se rió. 

—Sí, pero hazla dormir temprano y asegúrate de que Alejo y mamá coman antes de acostarse, ¿lo prometes?—estiró su dedo meñique. 

—Lo prometo.—sonreí, enredando su dedo con el mío. 

—Esa es mi chica. 

Las lágrimas corrían por mis mejillas sin poderlas detener. El vacío que había dejado mi papá volvía a hacerse presente. 

—¿Por qué estamos aquí, mamá?—ella me ignoraba, mientras hablaba con un señor de bata.—¿Por qué me ignoras? ¿Por qué todos aquí me ignoran?—me crucé de brazos irritada. 

De pronto, mi mamá se desplomó en el suelo, cayendo de rodillas y llorando mientras cubría su rostro con ambas manos. Me arrodillé frente a ella y la miré. 

—Mamá, ¿qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Te duele algo? Mamá...—me levanté y miré a un señor con una bata blanca, era un doctor. 

—Señor, a mi mamá le duele algo porque cuando a mi me duele algo lloro así cómo ella, y mis hermanos también lo hacen.—él se había agachado para quedar a mi altura, me miró y no dijo nada.—¿Puede ayudarla, por favor? Yo...yo no sé qué hacer y no quiero que llore más. Mamá es fuerte, ella nunca llora, pero ahora creo que en serio le duele mucho algo. ¿Puede ayudarla, por favor?—junté mis manos, viéndolo suspirar y bajar su mirada al suelo. 

—Mami sólo necesita un abrazo, ¿crees qué puedes dárselo?—yo asentí y salí corriendo hasta dónde estaba mi mamá. La abracé lo más fuerte que pude y segundos después ella me envolvió en sus brazos también. 

Kilometraje. » caché. [adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora