Kilometraje. » caché. [adaptación]

Capítulo 62.

Poché's POV. 

Miré a Marianela y ella me miraba fijamente también hasta que agachó la mirada y cambió su rumbo, yendo a su auto. Yo quería moverme. Quería hacer o decirle algo, pero simplemente miré como se iba. 

"Maldición"

—¡¿Qué carajos te sucede, Laura?!—me dirigí a ella con enojo. 

Ella se sobresaltó un poco por mi grito, pero a este punto me daba igual. 

—¿Qué no te expliqué?—pasé mi mano por mi rostro.—¡Voy a casarme! Amo a Daniela, tengo una familia ahora. 

—Relájate, Majo. Fue solo un beso.—murmuró. 

—Un beso.—repetí con sarcasmo.—Un puto beso que la mejor amiga de Daniela vio. ¡Como se joda mi relación, yo te-...—suspiré, incapaz de seguir hablando. Bufé y Caminé hacia delante, mientras acomodaba mi cabello. 

—Lo siento, yo pens-...—

Comencé a caminar dentro del local y ella me detuvo, pero me separé bruscamente de ella. 

—¡Suéltame! No te quiero ver ahora mismo, Laura. Adiós. 

Compré lo que quería y salí del local. Me dirigí rápidamente a la casa y, apenas entré, quise ver algún cambió en Daniela, pero me recibió como siempre. 

—Al fin llegas, amor. Muero de hambre. 

Se acercó y besó mis labios, mientras me quitaba las bolsas de la mano. Los llevó a la cocina y yo la seguí de cerca. Quizás Nela no le diga nada. Quizá Nela sepa que todo fue un accidente y no quiera arruinar todo por esta tontería. Si tengo suerte, ella no dirá nada. 

Me acerqué a Daniela e hice que dejara a un lado las bolsas, chocando mis labios contra los de ella. Rápidamente el beso tomo forma y jalé su labio inferior, ella separó un poco sus labios y aproveché para profundizar aquello. Mi lengua chocó con la suya y todo mi cuerpo reaccionó. Ella enrolló sus manos en mi camisa, sujetando fuerte. Gimió en mi boca y yo sonreí. Sabía lo sensible que Daniela estaba últimamente. Cuando el aire nos faltó, dejé un corto y rápido beso en sus labios y me separé. 

—Dios...—jadeó Daniela. 

Le sonreí y caminé hasta donde estaba mi pequeña, viendo la TV. Me senté al lado de ella y, al notarme, se subió a mis piernas y se apoyó en mi pecho. 

Mientras yo estuviese cerca de ella, Emma ansiaba cualquier oportunidad para estar encima de mí, y eso me encantaba. 

Acaricié su liso y suave cabello rubio mientras ella estaba muy concentrada viendo como Dora intentaba encontrar una puta montaña que estaba justo en sus putos ojos. Qué estúpida esta comiquita. 

—Vengan a comer.—nos llamó Daniela. 

Cargué a Emma mientras caminábamos a la mesa, Daniela había servido lo de cada uno en su plato. Senté a la bebé en su sillita para comer y le puse el plato muy cerca.

—Buen provecho, mi amor.—me incliné y besé corto sus labios. 

—Igual para ti. 

La miré mientras comía y no podía dejar de pensar en lo que sucedió en el supermercado. ¿Debía contarle ese estúpido beso? Quizás lo tome a la ligera, pero quizás no. ¿Y si Nela no le cuenta y termino yo echándolo a perder? Es una tontería. 

Sacudí mis pensamientos y me enfoqué en Daniela tratando de limpiar las mejillas de Emma llenas de salsa. Sonreí, esto era todo lo que yo quería. 

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