Capítulo 41.

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Daniela's POV. 

Esa noche le hice el amor cómo nunca antes, le di a entender que yo la amaba, que yo amaba cada parte de su cuerpo y que ella era tan mía, cómo yo suya. 

Ya habían pasado dos meses desde aquella noche y todo había vuelto a la normalidad, relativamente. Lo único que no me dejaba estar tranquila era que aún no habían capturado a los culpables de mis días de infierno. 

Salí de la ducha y me vestí formalmente para ir al trabajo, llevé mi vista hacía la cama y sonreí inconscientemente. Poché estaba dormida boca abajo y la sabana tapaba su trasero, pero sus piernas y su espalda desnuda estaban a mi vista. Era una imagen perfecta. Ella y yo estábamos en nuestro mejor momento, excepto cuando llegaba Patrick y ella se ponía celosa. Yo la entendía, era mi culpa, no había podido deshacerme de ese idiota todavía, pero casi siempre estaba fuera de la ciudad lo cual jugaba a nuestro favor. 

Me acerqué a la cama y besé sus labios delicadamente, acaricié su mejilla mientras ella abría los ojos. Sonreí al notar que se había despertado. Las comisuras de sus labios se elevaron también. 

—Ya debo irme a trabajar, mi amor. Compraré comida y almorzamos juntas, ¿vale?—le dije, viéndola asentir.—Por cierto, ¿hoy no ibas a hacer las fotos esas?

Ella se sobresaltó y se sentó en la cama. Yo me reí por su reacción. Poché ahora estaba trabajando para una revista que le suplicó ser la portada de este mes. Ella se negaba a ser modelo, pero terminó aceptando, también había ganado unas cuentas carreras, así que estaba económicamente mejor y eso me enorgullecía total. 

—Nos vemos en el almuerzo.—le avisé.—Te amo.—le di un corto beso y tomé mi bolso para irme. 

Estaba apunto de salir, hasta que la escuché. 

—¡También te amo!—gritó desde la habitación. 

Tomé una manzana de la nevera, mientras sonreía al escucharla. Cuando tomé las llaves del auto, escuché sus pasos detrás mío. 

—Espera.

Me volteé, estaba en una bata que contrastaba perfectamente con su tono de piel. Luego de alejar mis ojos de su cuerpo, noté cómo estaba mirándome; cómo un depredador ve a su presa. 

Sin permiso alguno y para mi sorpresa, me besó. Su lengua comenzó a jugar con la mía salvajemente, mi espalda se apoyó en la puerta en la puerta por la fuerza que ella estaba usando al besarme y tocarme. Solté de golpe todo lo que tenía en las manos, a ella ni siquiera le importó, comenzó a desabrochar velozmente mi pantalón y sin bajarlo, metió su mano dentro de mi ropa interior, acariciando mi zona más sensible. Yo no necesitaba más lubricación, con ese beso y su actitud, Poché me tenía completamente mojada. Comenzó a besar fuerte mi cuello y con su mano libre acarició uno de mis pechos. Me mordió levemente el cuello, mientras dos de sus dedos entraban de golpe en mi. Comencé a gemir mucho más fuerte, por lo rápido que Poché lo estaba haciendo. Era delicioso. En menos de lo que yo esperaba, exploté en un orgasmo. 

Estaba agitada y excitada. Poché sonrió victoriosa contra mis labios, mientras abrochaba mi pantalón. 

—Poché...-qué hac...-debo, debo cambiarme.—hablé cómo pude, me sentía asfixiada y terriblemente relajada. 

Ella negó con su cabeza, mientras acomodaba mi ropa. 

—Me pones tanto vestida así, lo digo en serio.—acomodó mi blusa.—Irás a trabajar así, y cuando vuelvas, te haré el amor con esto puesto. Otra vez.—casi susurró con la voz ronca.—Qué tengas un buen día en la oficina, mi amor. 

Me dio un corto beso, acompañando de un guiño. Se fue caminando al cuarto, casi desistí de la idea de ir a trabajar hoy, pero tenía que hacerlo. Arreglé mi cabello un poco y examiné mi ropa, acto seguido salí de mi casa. 

Kilometraje. » caché. [adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora