Capítulo 60.

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Poché's POV.

—¿Cómo qué "es él"?—pregunté confundida.—¿Quién?—la tomé de los hombros, poniéndome nerviosa.

Yo intentaba encontrar la mirada de Daniela, pero ella estaba mirando a todos lados, nerviosa y temblando. Yo no podía procesar lo que sucedía y sólo me limité a intentar calmarla. La abracé fuerte y ella me correspondió hundiendo su rostro en mi cuello y suspirando fuerte.

—Cuando yo estaba en aquel feo lugar...—comenzó ella calmadamente.—, entró a la habitación uno de los que creo era el líder porque daba órdenes y me insultaba, me apuntaba con su arma y me a-amenazaba con Juliana, contigo, con todos.—su voz temblaba.—Su voz...jamás la olvidaré. Nunca le vi, María José. P-pero su voz...es él.

La ira comenzaba a apoderarse de mi nuevamente y aunque ya sabía de quién hablaba, debía ella decírmelo.

—¿Quién, Calle?

—El papá de Patrick, el Sr. Porcella.—respondió. 

Ella volvió a abrazarse a mí y yo la sujeté fuerte, mientras acariciaba su cabello. Debíamos hacer algo ahora que sabíamos quién estuvo detrás de toda aquella pesadilla. ¿Pero qué? No teníamos pruebas. El testimonio de Daniela no bastaría para meterlo en la cárcel, pues su abogado podría alegar que, sin pruebas, podría ser la voz de cualquiera. Lo primero, sería hablar con Germán, pero él...¿nos creería? Yo debía proteger a mi familia y ahora que Daniela estaba temblando en mis brazos sólo quería irme, buscar a Emma y dormir juntas.

Pero jamás imaginé que eso no sucedería.

Daniela me pidió volver a la mesa y yo jamás solté su mano, pese a que todos nos veían. Todas las personas que trabajaban para Daniela estaban sobre una gran mesa, y aunque ya sabían la noticia, vernos así supongo que fue diferente. Nos sentamos en la punta, junto a sus padres. Daniela a mi izquierda y los Porcella frente a nosotras. ¿Cómo pueden ser tan cínicos? ¿Cómo puedo yo estar aquí sin golpearlos? Daniela tenía mi mano sujeta por debajo de la mesa y Patrick no dejaba de mirarla.

La comida se sirvió, y luego de unas palabras alentadoras por parte de Germán, comenzaron todos a comer. Me acerqué a Daniela y le susurré un "buen provecho, mi vida" seguido de un corto y casto beso en los labios, cómo siempre hacíamos cuando íbamos a comer.

Al mirar nuevamente al frente los labios de Patrick formaban una delgada línea, lucía molesto y algo le susurró su padre, quién asintió y llamó a uno de sus guardias, susurrándole algo en el oído también para luego irse. Le reste importancia y trata de concentrarme en Daniela quién se había relajado un poco.

—Prueba esto...—me dice Daniela, tomando algo con su tenedor y llevándolo a mi boca.

Yo lo comí y sonreí, pues estaba delicioso. Le pedí que me sirviera un poco sobre mi plato y ella con gusto lo hizo. Había varias parejas hablando como nosotras. Todos lucían todos felices. Excepto el chico con cara de modelo frente a mí, pero no quise darle importancia y dejé de mirarlo. Cuando llegó el postre, Daniela puso una fresa frente a mis labios y yo la mordí, ella comió la otra mitad. Yo corté un poco del brownie que estaba en mi plato y, junto con helado, lo puse frente a ella. Me dedicó una sonrisa hermosa y comió. Como había demasiado para probar, Daniela comenzó a ligar varios postres y nunca le importó que estuviéramos un público, aunque todos estaban en su propio mundo.

—Prueba tu primero.—me volvió a extenderme su tenedor.

—Vale.

Ella lo puso en mi boca y me miró expectante. Yo asentí y sonreí, mientras lo terminaba de comer.

Kilometraje. » caché. [adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora