Kilometraje. » caché. [adaptación]

Capítulo 45.

Daniela's POV.

Me desperté y vi a mi alrededor, Emma y Poché dormían plácidamente sobre la cama y, me dirán loca, pero duermen igual. Ambas estaban boca abajo, las piernas encogidas y respirando tranquilamente. Sonreí ante la imagen y me levanté para hacerle el desayuno. Hoy debía ir a trabajar y enfrentar a mis padres, pero...¿qué les diría? 

¿Ellos aceptaría a Emma? Espero que sí. De todas formas me da igual. 

—Tani...—me sobresalté al escucharla y volteé para encontrarla con su pequeña y adorable pijama rosa, despeinada y con su osito en la mano. Tani es su manera de decirme Dani. Es adorable. 

—Hola, princesa.—la cargué.—¿Poché sigue dormida?

Ella asintió, frotando su puñito por su ojo con pereza.

—¿Quieres hacerle el desayuno a Poché?

Ella asintió contenta. Sonreí, sentándola en la encimera de la cocina. 

—Haremos pancakes, ¿si?—ella asintió.—Hoy conocerás el lugar donde trabajo, así que te vestiré hermosa para que conozcas a todos...—dije distraida, mientras preparaba el desayuno y ella me veía atenta.—Luego iremos a un centro comercial, ¿te parece?—la miré por unos segundos, viéndola mover sus piecitos de forma adorable.—Compraremos mucha ropa,  juguetes y cosas para decorar tu cuarto. 

—¿Dosa?

—¿Quieres tu cuarto rosa? Lo pintaremos rosa entonces.—sonreí y ella aplaudió emocionada.—Ya está, llevemos esto a la cama para que María José coma.

—¿Ma José?—frunció el ceño confundida, casi me la como a besos, se veía adorable. 

—Poché, mi amor, Poché.

—¡Po!—chilló feliz, asintiendo. 

Caminó torpemente a la habitación, se subió como pudo a la cama y su rostro quedó a centrímetros de Poché, ella intentaba ver si estaba despierta. Puse la mesita para desayunar en el piso y me acerqué a las dos. 

—¿Qué tal si le das un besito? Quizá así despierte.—susurré. 

Emma se acercó y besó su mejilla. Poché ni se movió. La bebé pareció frustrarse, frunció el ceño y la movió del brazo. Poché intentó reprimir una sonrisa. 

Así que te estás haciendo la dormida, Garzón. Bien. 

—¿Recuerdas cuando me babeaste en el avión? Hazlo con María José.

Poché abrió los ojos de golpe cuando Emma se acercaba a ella. 

—Hola, pequeña.—dijo con una voz ronca que me derritió por completo. Emma sonrió y ambas me miraron mientras yo veía embobada a Poché. 

—Oh, sí.—reaccioné.—Te hemos hecho el desayuno.—se lo entregué. 

—¿Me hiciste el desayuno, pequeña?

Emma asintió emocionada, mientras yo ponía la mesita sobre la cama. 

—Vamos a comer las tres.

Luego de desayunar, Poché y Emma fueron a lavar los platos, mientras yo me metía a la ducha y me arreglaba para ir a trabajar. Me vestí elegante, cómo siempre, y me maquillé un poco, dejé todo mi cabello suelto y completamente liso. 

Abrí la puerta para salir de la habitación y choqué con algo, inmediatamente sentí algo frío en mi cuerpo. 

—Ups, lo siento.—rió la pelinegra y me soltó. 

—¿Qué caraj...-qué haces toda mojada?—miré mi ropa, ahora también mojada.—Ahora debo cambiarme. 

—Tani.—una vocesita llamo mi atención.