MARLONE

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PERDON POR UN CAPITULO TAN CORTITO, PERO ME ESTOY QUEDANDO SIN IDEAS :3 DE ANTEMANO MUCHAS GRACIAS POR SEGUIRME. SON MI MOTIVACIÓN DÍA CON DÍA :3 LOS QUERRO

CAPITULO 6

MARLONE

Tuve que taparme la cara con mis manos. La luz me cegó por unos instantes y unas formas Discordantes bajaron del cielo. Por un momento pensé que se trataba de ángeles que vendrían al rescate, pero solo eran hombres vestidos de etiqueta. Al igual que Malcome la primera vez que lo vi.

Las expresiones de los hombres formales eran de enojo. Parecía como si hubieran recibido una mala noticia. Una vez más me preparé para lo peor.

-Victimario número uno de la noche- Un joven de aproximadamente 27 años me señalo y saco algo de sus bolsillos. Empecé a implorar piedad, mientras me ignoraban-

-¿Lo esposaras, Jefrrie?- Pregunto otro chico-

-Es necesario. Intentará escapar y no deseamos eso. Aparte solo lo molestaremos por hoy. Bueno a él y a otros tres chicos lo suficientemente estúpidos como para no esconderse.-

Un par de esposas rodearon mis muñecas, podía sentir el frio contacto con el fierro. El dulce sabor metálico se envolvía en mis manos y un dolor extenuante me empezó a rodear.

-Nuevo, ¿Estás preparado?- Comento un verdugo-

-No, déjenme, yo no sé nada, y es que...-

Ninguna de mis palabras fueron lo suficientemente buenas como para hacerlos entrar en razón. Mi cuerpo era arrastrado y todos ellos reían. El paseo entre rocas y plantas duró una eternidad, no sabía bien donde iría a parar mi oscilante destino.

Un edificio.

Un edificio con vidrios negros se abrió paso a mi vista y supe que habíamos llegado al lugar del que ellos hablaban. Formaron doble fila y me pidieron que entrara primero. Lo hice, en realidad no podía defenderme. Ellos eran 30 por lo menos y yo solo era un chico delgado y de proporciones mínimas.

Entré al rascacielos y un miedo constante me hizo soltar un alarido: La energía que despedían los focos era demasiada luminosa y un par de cadenas flotaban en el aire, esperando victimas que sujetar. Victimas que antes de mi habrán sufrido en carne propia el suplicio del castigo.

-Atenlo- Dijo Jefrrie- Será un buen platillo.

Me resistí, mantuve mis pies en la acera y un Titubeo se filtró a través de mi garganta.

-¿Por qué yo?, No he hecho nada. Malcome, ayúdame-

Musite y poco después me halle entre grilletes y ruidos constantes. Ruidos pocos agradables para mis tímpanos.

-12 Azotes por ser el nuevo- Una silueta se encamino hacia mis pies y tiro de su capa negra.

Malcome apareció delante de mí y solté un bramido elocuentemente fuerte. Pero algo había cambiado. Su cabello se estaba tornando de un matiz azul y sus ojos grises, ahora tenían un bicolor notable. El izquierdo era color avellana y el derecho era verde. Toda en él era una fuente de colores bizarros.

-¿Malcome, que mierda sucede aquí?- Dije

Una transpiración de coraje e ira sacudían mi cabello. Quise gritar una vez más, sin embargo me quede sin aire.

-No soy Malcome. Te equivocas de persona- Tornó su vista en mi cuerpo y en un movimiento rápido quebró la camisa que llevaba puesta- Soy su hermano. Marlone, para servirte.

-Me estas mintiendo, déjame ir. Prometo no volver a faltarte el respeto. Solo permíteme escapar- Traté de sonar convincente.

-Mi hermano siempre ha sido un idiota. Deja que personas como tú lo ofendan. Pero yo no soy el- Me abofeteó y con furia me dio una patada en las costillas. Mi cuerpo se estaba partiendo en dos y cada vez me sentía más decaído.

-Haz lo que quieras- Comente y en ese instante me volví inmune al dolor. Puse mi mente en blanco y mire fijamente a la luz. Pensé Que tal vez podría regresar.

No fue así.

El segundo azote me hizo desfallecer. El tercero enloquecer. El cuarto me doblego en cuatro. El quinto en cinco. Y perdí la cuenta, solo sé que el último golpe despedazo mi espina dorsal.

Mis verdugos reían y dejaban escapar silbidos. Les gustaba ver el sufrimiento de mis cortezas.

No supe nada. Los murmullos se hicieron mudos y mi vista se cegó como cuando perdí la vida. En mi casa. En mi cama. En mi habitación. Y todo se sumió en la nada del universo.

Sueños.

De nuevo me invadían.

Un chico observaba un libro de ocultismo y lo revisaba con tal detenimiento que tuve miedo de interrumpirlo. No pude verlo a la cara. Un humo denso lo rodeó y le cubrió el rostro. Quise correr, pero mis pies se hallaban hundidos en una viscosa masa, que me hizo recordar a las arenas movedizas que solía ver en las películas de acción.

-¿Qué lees? -Le inquirí saber al joven de mis fantasías

-Un manual para regresar contigo- Su voz sonaba lejana y no pude distinguir una esencia- Pronto estaremos juntos. Ahora vuelve a poner tu mente en negro. Necesitas descansar. - Y una mano se alzó a modo de despedida.

Un telón rojo se desprendió de arriba para abajo y cubrió el concreto. Tenía demasiadas abolladuras y los hoyos dejaban observar paredes blancas.

CAÍDOS(LOVEBOYFORBOY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora