Un recuerdo en el olvido

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- ¡Espera! - Gritó Tom a lo lejos, Marie se giró con indiferencia.-
- Vamos a la Casa de los gritos, allí te daré el libro ¿es eso lo que quieres, no?
- Estás empapada, maldita sangre sucia - realizó un hechizo para secar su ropa- Así mucho mejor.
- No sé cuánto tiempo vas a seguir comportándote con esa fingida amabilidad, después de que leas el libro...
- Ahora soy yo el que no te comprende.- Estaba extrañado, pensaba que Marie se había quedado prendada de su persuasión, pero al parecer ella también había estado fingiendo.-
- Claro que lo comprendes, seamos claros Tom, tú quieres el libro desde el día en el que te enteraste de que me apellidaba Kyteler. Sabías que me pertenecía mucho antes de que yo lo nombrase por primera vez. Lo leí en tu mente. Sin embargo quería averiguar más sobre ti, por eso traté, con mucho esfuerzo,de acercarme a ti. Te dije que no soy como el resto, a diferencia de los demás yo nunca me tragué esa patraña de chico bueno e inteligente, eres malvado, manipulador, sádico...
- Ya veo porqué estás en la casa Slytherin, muy astuta Kyteler. Pero una vez más se le escapa un detalle a tu minuciosa mente.
- Lo dudo. ¿Cuál?
- Estás perdidamente enamorada de mí.- Marie lo miró con desprecio y se ruborizó ligeramente.-
- Ese sí que es un disparate, lo único que me produces son náuseas.
- Entonces explícame una cosa: ¿Por qué dejaste que me acercara tanto a ti?
- Por curiosidad, necesitaba conocerte. Porque ya te había visto antes...
- ¿ Cuándo?
- ¿Recuerdas la excursión que hiciste al campo, cuando estabas en el orfanato?
- Sí.- Dijo extrañado.- ¿Cómo sabes eso? - Marie le entregó una cajita de madera de color verde, Tom la observó con detenimiento, en el dorso se encontraban grabadas las iniciales T.R.-
- ¿Rose? Ahora caigo,  Tú eras la chica de la cueva...
- Así es.
- ¿Y cómo debo de llamarte ahora?¿Rose, Marie..?- Preguntó con ira.-
- Marie, el nombre de Rose era una identidad falsa, mi madre trataba evitar que el ministerio supiese sobre nuestra estancia en Inglaterra..
- Ya veo...
- ¿Sigues enfadado?
- No cumpliste con tu promesa, me dejaste solo, con aquellos muggles estúpidos.Íbamos a fugarnos juntos.
- ¿Crees que si hubiese dependido de mí no lo habría hecho? Abre la caja.- Tom obedeció.- He guardado los polvos flu durante todo este tiempo, por si volvía a encontrarme con aquel huérfano que un día conocí.
- Eso ya da igual. Has cambiado mucho, te has vuelto blanda y débil. Me pregunto dónde estará esa niña que jugueteaba con la magia negra.
- Tom, tuve ,durante mucho tiempo, terribles pesadillas, fue horrible lo que les hicimos a esos chicos.
- Se lo merecían, eran despreciables. No me digas que estás arrepentida.
- Desde entonces odio la magia oscura.
- Y sin embargo no dudaste en utilizarla en mi contra durante el duelo.
- Eso era diferente. No tenía elección.
- Sí, sí que la tenías, podías haber hecho uso de la magia blanca, pero está claro que no es igual... de poderosa. Admítelo la oscuridad tiene su encanto, al que ni siquiera tú puedes resistirte.- Dijo y la empujó contra la pared del callejón.-
- Me estás haciendo daño.
- ¿Sabes cual es tu problema? No sabes lo que quieres Marie. Yo, en cambio, sigo siendo el mismo al que conociste, solo que ahora soy mucho más cuidadoso y por eso trato de mostrar este rostro inocente. Marie, sé que eres mucho más poderosa de lo que aparentas, déja que te ayude a sacar todo ese potencial a la luz.- Dijo susurrando al oído de la joven, Riddle conocía el efecto que producía en ella y por ello le acarició el pelo.- Juntos seríamos invencibles.
- Tom, ambos sabemos que no eres capaz de amar, ni de sentir nada por nadie, ni siquiera por mí.- Marie miró hacia otro lado.-
- ¿Y eso qué importa? Un día seré un gran mago y quiero tenerte a mi lado, puedes ser muy útil. ¿Qué me dices? ¿Aceptas?- La miró fijamente.- Te garantizo que saldrás beneficiada.-  Pronunció leyéndole la mente.-
- Tendrás que ser más convincente.-Sonrió maliciosamente.- Llevo mucho tiempo comportandome como una chica buena. No sé si voy a poder sacar mi lado oscuro tan fácilmente.
- Venga saca tu instinto Kyteler. Úsalo conmigo.
- ¿Contigo? Imposible, si no puedes querer a nadie...
- Eso no significa que no pueda sentirme atraído por ti, solo por ti.- La estrechó fuertemente contra él, Marie temblaba.-
- Se va a hacer tarde. Será mejor que te entregue el libro.
- Sí será lo mejor.
Ambos se dirigieron a la casa de los gritos. Tom estaba ansioso, costosamente podía disimular su emoción.
De todas formas fueron unas vacaciones increíbles.- Afirmó marie sonriendo.-
- Por una vez estamos de acuerdo. Recuerdo que  tu madre me odiaba.-Dijo riendo.-
-No le culpo pensaba que eras un muggle.- Rió Marie.- Pero yo creía en ti, eras diferente a todos los demás niños. Estaba convencida de que eras como yo.Menuda sorpresa se llevó mi madre cuando se enteró de que habíamos practicado magia oscura en la cueva.
- Robamos su libro de hechizos...- Se quedó pensativo.-
- Sí Tom aquel era el Libro de los muertos... Por eso mi madre se disgustó tanto. Nadie que no pertenezca a nuestra familia debe de leerlo. Después de aquello, mi madre decidió que debíamos regresar a Albania. No volvió a hacer ningún comentario sobre lo ocurrido, pero intuyo que hasta ella misma se asustó al ver de lo que fuimos capaces de hacer juntos. Tan solo éramos dos niños de diez y nueve años.
- Por aquel entonces teníamos muchas cosas en común. Ambos éramos solitarios, independientes y diferentes .
- También crueles. Eras mi único amigo. Nunca perdoné a mi madre por alejarme de ti.
-  Parece que estamos destinados a encontrarnos.
- Puede ser,  o tal vez, se trata simplemente de puro azar. ¿Crees en el determinismo, Tom?
- Sí, creo que hay personas destinadas a la grandeza, aquellas con el suficiente poder para doblegar a los débiles bajo su voluntad. Creo que hay personas destinadas a hacer historia. Creo que hay personas destinadas a ser admiradas.
- Y sin embargo no crees en el amor, ni en la amistad.
- Kyteler, solo existe una cosa, el poder. El amor es tan solo una distracción, consuelo de los débiles, invento del hombre.
- Entonces, dime si sientes algo, Tom.- Marie lo besó repentinamente.-
- Nada.- Permaneció inmóvil e impasible.- Marie, tu madre también lo sabía, no existe el amor y en la medida que existe supone una debilidad. Gracias a eso ella se mantuvo joven durante siglos.
- Sí pero a costa de alimentarse del alma de sus víctimas.
-Adelante.- Dijo Tom, habían llegado a su destino, La casa de los gritos era espeluznante la madera chirriaba incesantemente, el polvo inundaba la estancia, estaban completamente solos, el eco sonoro los alaridos de las almas errantes rebotaba contra las paredes.- Las damas primero.
-Gracias, señor Riddle.- Bromeó Marie.- ¿Qué le parece nuestro nuevo hogar? Parece agradable, con una nueva mano de pintura quedará como nuevo.
- Tendremos que deshacernos de los inquilinos.- Rió Tom.-
- Toma, El libro de los muertos. Tienes siete días para leerlo. Devuélvemelo en la fiesta de Halloween. Úsalo bien.
- El profesor Slughorn me ha dicho que ahora tú también formas parte de el Club de las Eminencias, enhorabuena.
- Gracias. Ahora te toca cumplir a ti con tu parte del trato.
- Tu varita, contiene pluma de fenix ¿no es así?
- Sí.- Afirmó cogiéndola.-
- Una vez más el destino nos muestra que las casualidades no existen, la mía también contiene pluma de fenix.
- ¿Las varitas son hermanas?
- Sí. No crees que es muy curioso.
- Sí lo creo. Se está haciendo tarde, volvamos a Hogwarts.
- Será lo más conveniente. Por cierto ¿Tienes pareja para el baile?
-  No creo que vaya... No me apetece, ver a Sarah y a Nott juntos, menuda humillación.
- Entonces, que ellos te vean conmigo. A los dos nos interesa fingir que somos la pareja perfecta.
- No sé si es una buena idea Tom.
- Piénsatelo, no necesito una respuesta ahora.

Tom Riddle fanfic; Entre las sombras tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora