Halloween

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La noche de Halloween había llegado, la cual era motivo de festejo para toda la comunidad mágica menos para aquella joven que vagaba cual espectro por los pasillos del viejo castillo. Marie, se sentó sola con pesadumbre en su lecho. No tenía ánimo para celebraciones, pensaba pasar una relajada noche encerrada en su dormitorio. Entre su extensa colección de libros encontró el diario de Tom Riddle. En su interior halló un sobrecito que contenía una vieja fotografía, en la que aparecían los dos de niños jugando alegremente en una playa. Miró el dorso, en él Tom había dejado un mensaje.
NOTA- Sé que probablemente estarás tirada en tu cama, aburrida, leyendo un buen libro y con una taza de té en mano. Tu habitación está impregnada con un aroma a colonia entremezclado con tabaco, nostalgia y tristeza. Sé que nunca llegaré a merecerte, nunca te podré corresponder. Marie, ambos lo sabemos. ¿Pero qué importa todo eso? No puedo quererte y sin embargo quiero pasar esta noche junto a ti, que no te separes de mi lado, que te aferres a mis brazos y que perdamos la noción del tiempo bailando entre la multitud. Solo te pido una oportunidad, te pido una sola noche, y si luego me pides que me aleje de ti obedeceré sin rechistar. Prometo no volver a molestarte si mi presencia te incomoda, pero deja que sea tu acompañante, deja que sea tu sombra en la oscuridad de esta noche sin luna.
Te espero a las siete en punto en la sala común.
Tom.
Marie se quedó sorprendida con la nota decidió prepararse y asistir al baile. Todos los que allí estaban presentes la observaron con fascinación, pero ninguna mirada se igualó a la de Tom Riddle.
Estás impresionante.- Dijo admirado.- Esto es para ti - le entregó un  ramo de rosas negras- gracias por acompañarme esta noche.
Son preciosas.- Sonrió y le cogió del brazo.-
Marie lucía un vestido negro raso, semitransparente , que portaba algunas lentejuelas que producían tenues destellos. Un lazo blanco estaba atado a su cintura. Labios carmín y cabellos recogidos en un elegante moño. Tom se había puesto una distinguida túnica. No cabía duda de que célebre pareja causaba sensación.
Entraron en el salón, en el cual todos se hallaban reunidos, el profesor Slughorn se aproximó a ellos:
Bienvenidos, bienvenidos. No saben cuánto me alegra ver que mis dos mejores alumnos vienen juntos. - Exclamó, y todos corroboraron a su profesor, todos, excepto Nott quien permaneció en silencio.- Por favor, tomad asiento.
Gracias señor.- Dijeron los dos al unísono.-
Tome señor, he traído esto para usted.
Piña colada, mi preferida. ¿Cómo lo sabías?
Intuición, señor.- Marie , lo miró con recelo, sabía que había utilizado la legeremancia con su profesor.-
Nunca me equivoco, desde el primer día que les vi supe que acabarían formando una maravillosa pareja. En un futuro no muy lejano ambos seréis gente importante. Tom, me atrevo a decir que dentro de unos años ocuparás el puesto de ministro de magia. Y la encantadora Marie desde luego será la primera dama.
Señor, no creo que eso sea posible, mis orígenes no son los adecuados. No procedo de ninguna familia de magos que sea conocida.
Tonterías Tom, estoy convencido de que con tu potencial desciendes de una famosa estirpe de magos.
Se sentaron en la mesa para cenar. Casi todos los que estaban presentes pertenecían a la casa Slytherin, había un pequeño grupo de Ravenclaw  y tan solo había un chico pelirrojo de Gryffindor sentado en una esquina, no parecía muy cómodo.
Tom, ¿Quién es ese que está sentado en la esquina? ¿No es de nuestra casa, no?
Weasley... Es detestable, todos los miembros de su familia son traidores a la sangre.
¿Y qué hace aquí?
Slughorn le habrá invitado.
Qué extraño.
Qué más dará, el profesor sabrá lo que le conviene. La música lleva sonando un rato ¿Me concedes este baile?
Será todo un honor.-Rió Marie.-
Tom agarró su cintura con suavidad, cogió su mano y ella se aferró a su hombro. La peculiar pareja se convirtió en el centro de atención.
Tom, no quiero que esto acabe.
Yo tampoco Marie, yo tampoco.
¿Por cuánto tiempo podremos estar así?
No pienses en eso y disfruta. Solo necesito que me digas una cosa ¿me quieres?- Marie permaneció en silencio.- Dilo y seré tuyo, no es tan complicado,  dos palabras ocho letras.
Lo siento Tom, pero yo... jamás te diré esas palabras.  Al igual que tu jamás serás capaz de sentir nada por mí.
Muy bien eso es justo lo que necesitaba oír. Adios Marie.
Adiós Riddle.- Se despidió soltando lentamente la mano del joven.-
Sonaron las doce campanadas y Marie al igual que Cenicienta abandonó el baile. Se dirigía a la sala común cuando una voz espectral invadió su cabeza:
Huelo sangre, te voy a matar, te voy a desgarrar, a matar, matar...
Atemorizada por lo que podía suceder decidió seguir el eco de la voz. Llegó hasta el lavabo de las chicas, pero allí no había nadie.Estaba completamente vacío. Pero en aquel inusual silencio, la siniestra voz se volvió a manifestar. El lavabo comenzó a moverse y Marie comprendió que algo muy grave estaba sucediendo, por lo que decidió esconderse en la cabina. Entre siseos reconoció la voz de un joven, una voz que era extremadamente similar a la de Tom.
Busca a la chica y mátala comienza a resultar peligrosa. Ya tenemos lo que queríamos. El Libro de los muertos es nuestro.
Como ordene amo.
¡Ah! No lo olvides, si te encuentras con algún sangre sucia, acaba con él.
Marie, se quedó atónita, odiaba a Tom, pero jamás había pensado que querría matarla. Valerosamente decidió salir de su escondite. Ahora que veía con claridad las intenciones del mago, estaba decidida  a matarlo con sus propias manos si era necesario.
Vaya, vaya, pero si he descubierto al heredero de Slytherin con las manos en la masa...Aquí me tienes Tom, mátame si eso es lo que deseas, pero antes de nada quiero que sepas que si muero, antes o después, tú morirás conmigo.
¿Marie? ¿Tú la hablas?
Sí Tom, yo también la hablo.
¿Por qué dices que moriré contigo?
Porque si fallezco, el Libro de los muertos se autodestruirá y tú ya no dispondrás de la clave para lograr la vida eterna.
Muy astuta Kyteler, pero ya he recopilado toda la información necesaria para mi causa. Tendrás el privilegio de colaborar en la creación de mi primer Horrocrux.
No si antes te mato yo a ti.- Tom rió estrepitosamente.-
Veamos lo que puedes hacer contra el basilisco, legado de Salazar Slytherin.
Marie comenzó a correr, no se detuvo siquiera a mirar a la bestia. Debía llegar a la sala de los menesteres allí nadie podría atacarle. Para ganar tiempo lanzó un conjuro haciendo que el pasillo quedase taponado por un gran zarzal, pero sabía que no era suficiente para detener al monstruo. Recordó entonces que una vez su madre le dijo que tan solo el canto de un gallo podría matar a un basilisco, no disponía de ninguno mas pensó que si fingía su sonido la bestia se aterrorizaría dejándola en paz. Así lo hizo, logrando su objetivo. Llegó al séptimo, todavía asustada. No sabía con qué podría encontrarse.
Muy astuta Marie has asustado a mi basilisco. Pero comprederás que no puedo dejarte ir impune, sabes demasiado y no confío en tu palabra. He intentado ser bueno contigo, pero no me dejas opción, eres una amenaza. Te voy a matar, Marie.
Hazlo, si puedes.- Dijo la joven con tono siniestro.- "Ardet mille spinis fodiunt et sentit dolorem corporis".- Lanzó el encantamiento a su compañero.-
¡Ah!- Gritó, más enfurecido que nunca, notó como miles de espinas se clababan en su cuerpo.- Maldita zorra. Ignoraba que conocieses magia negra ancestral.- exclamó costosamente cayendo al suelo.-
En media hora se te pasará el dolor, hasta luego Tom, disfruta de la noche. ¡Ah! Y no vuelvas a jugar conmigo, o la próxima vez te haré sufrir hasta que me supliques tu muerte te lo juro.
¡CRUC...!- El joven mago apenas podía hablar, el encantamiento le había pillado por sorpresa.-
Qué tonta soy, se me olvidaba, ¡EXPELLIERMUS!- Se apoderó de su varita- Que te div...- Se escucharon unos pasos y ambos se asustaron, a ninguno le convenía que nadie se enterase de sucedido.- Mierda, viene alguien, corre levántate, remove augurium.- Libró a Tom del hechizo, el cual se incorporó rápidamente.-
Corre vamos a la sala de los menesteres antes de que nos descubran.-
Se apresuraron y consiguieron entrar sin que el profesor Dumbledore se percatase de su Presencia.
Eres una caja de sorpresas Marie.
Tú tampoco eres un chico corriente.- Susurró al oído de Tom.-
¿No estás muy cerca?- Gimió.-
Tan solo me estoy comportando como una verdadera Kyteler.- Le cogió de la mano.-
Para...- Le reprochó.-
¿Por qué?
Porque no voy a poder contenerme Kyteler.
Eso es justo lo que quiero.-
Tom no pudo resistirse a sus encantos y la besó apasionadamente, la estrechó con fuerza entre sus brazos con entrecortada respiración. Actuaba de modo instintivo, la cogió por la cintura y desabrochó el lazo del vestido dejándola en ropa interior. En aquel instante Riddle sonrió maliciosamente y Marie supo que su poder había dejado de funcionar.
Te he visto lenta Marie.- Dijo Tom apuntándole con su varita.- Ni siquiera te has dado cuenta de que he recuperado mi varita.-Pero antes de que continuase,Marie, sin saber por qué, le volvió a besar.- ¿Eres consciente de que te voy a matar después de todo?
Soy consciente de que lo vas a intentar- Tom mostró una sonrisa ladina, la cogió en brazos y continuó besándola - pero tal vez sea yo la que acabe contigo.
¿Quieres batirte en duelo de nuevo? Tienes todas las de perder Kyteler.-Susurró malintencionadamente.-
Puede ser. ¿Acaso tienes miedo?
Nunca.- Le besó la frente y la soltó repentinamente.- Juguemos pues.- Exclamó.-
Sé un caballero y deja que me vista primero.
Será lo mejor. Podría distraerme.- La miró de arriba abajo.-
Veo cómo se ruboriza señor Riddle.- Tom ignoró el comentario.- ¡Desmaius!- Tom se apartó con rapidez.-
Traidora... - Marie sonrió.- Expulso.- Dijo lanzándole una cantidad innumerable de cristales afilados, Marie utilizó un escudo protector para evitarlos.-
Ambos combatían con ahínco, sin parar y despiadadamente.
Admítelo Riddle en el fondo eres todo un caballero.- exclamó costosamente Marie, la cual estaba agotada.-
Lo soy cuando me interesa. Te noto algo cansada.
Llevamos una hora luchando. ¿Cómo quieres que me encuentre?
¿Quieres hacer una pausa, un descanso?
Ni hablar, no me fío.
Como quieras. ¡CRUCCIO! - Marie esquivó el maleficio.-
Dime Tom ¿Cuáles son los motivos por los que quieres matarme?
Si fueses más dócil no tendría la necesidad de acabar contigo, eres poderosa y podría usarte para mí beneficio, pero eres muy testaruda. Sabes demasiadas cosas sobre mí, de hecho eres la persona que mejor me conoce, no confío en ti.
Haces bien en desconfiar, porque te voy a delatar. Así me ganaré la confianza de Dumbledore. Aun así algo me dice que hay otra razón por la que deseas mi muerte. ¿No es así?
Sí,porque tu presencia me debilita, eres el objeto de todos mis deseos. Eres la tentación a la que difícilmente puedo resistirme y eso no me gusta. Me resta poder. Eres la piedra que se cruza en mi camino a la grandeza. Porque no puedo hacer que te doblegues a mi voluntad y sin embargo yo soy el que cae bajo el hechizo de tus encantos. Marie, prométeme tan solo una cosa, di que serás mía, di que acatarás mis mandatos. Di que me quieres, dos palabras, ocho letras y te garantizo que no te mataré.
Yo... jamás podré decirte que te quiero Tom Riddle, yo no soy de nadie.
Ha sido un placer conocerte Marie Kyteler. ¡AVADA KEDAVRA!
¡PROTEGO!- Los dos rayos de luz chocaron creando un ruido estrepitoso, Marie rió apesadumbradamente.-
¿Qué te hace tanta gracia?- Exclamó Tom con enfado.-
Que las dos varitas son hermanas, no me puedes matar. Tan solo herir de gravedad. De todas formas estoy sorprendida Tom Sorvolo Riddle, nunca creí que fueses realmente capaz de matarme, de lanzar la maldición asesina en mi contra.Una vez más me doy cuenta de que no eres capaz de sentir nada y me das lástima. - Sollozó entre lágrimas.- Ahora si me disculpas me voy, las chicas me estarán esperando en la sala común.- Exclamó y se fue pegando un portazo.-
Tom estaba realmente enfadado, la ira invadía su interior, necesitaba encontrar una forma de acabar con la vida de Marie. No le gustaba fracasar, pero debía de admitir que esta vez la bruja había ganado la batalla.
Marie corrió hasta una pequeña salita, no deseaba encontrarse con nadie, no quería que nadie, absolutamente nadie la viese llorar y menos por el imbécil de Tom Riddle. Perdió la noción del tiempo, mirando a través de la ventana. Era una noche preciosa, no había luna por lo que se podía contemplar el hermoso cielo estrellado. Marie escuchó como alguien entraba por la puerta, pero no se inmutó.
Perdón, pensaba que no había nadie... Me voy.- Mintió el prefecto al ver que la chica estaba llorando.-
¿Qué sentido tiene amar a alguien que nunca te va a corresponder? ¿Qué sentido tiene estar enamorada de alguien que me hace sufrir, que me lleva por el mal camino? ¿Qué sentido tiene amar nuestras disputas? ¿Qué sentido tiene odiar a la persona que amo? ¿Qué sentido tiene desear su muerte cuando deseo una vida junto a él? Explícamelo Weasley porque no lo entiendo. - Gritó Marie entre sollozos.-
Ninguno, pero de eso trata el amor Kyteler, es incomprensible.
Dime Septimus, ¿qué es lo que sientes cuando ves a Cedrella Black?
¿Yo?- Preguntó haciéndose el loco.-
Sí, tú- arqueó las cejas- He visto cómo la mirabas durante la cena.- Dijo Marie.-
Pues que si me acerco a ella mi cabeza rodará en rodajitas.- Exclamó sonriente y Marie estalló en carcajadas.- Ves te he hecho reír. Un chico que te haga llorar no merece la pena. Si me permites que te haga un comentario ese Tom Riddle nunca me ha caído bien.7d57f63f7d622ea9e06ca7688ac28abc.jpg
Creo que somos las dos únicas personas en el mundo que odian a Tom Riddle.
Puede ser. Creo que deberíamos volver cada uno a nuestra sala común. Te meterás en un buen lío como te vean hablando conmigo.
Me alegra que hayas sido tú quien me ha encontrado en vez de uno de mis amigos.
Yo también Kyteler. Podríamos vernos de vez en cuando.
Sí tal vez. Necesitarás mi ayuda para acercarte a Cedrella.

Tom Riddle fanfic; Entre las sombras tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora