Algo inevitable

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Los estudiantes de Las Encinas estaban en clases pero ninguno podía concentrarse en lo que el profesor decía. Todos solo pensaban en lo que había ocurrido. Polo golpeó a Samuel aunque solo pudo hacerlo una vez dado que justo a tiempo a Guzmán y Ander pudieron contener al agresor. Lo que sorprendía a Rebe era que Samuel no hubiera reaccionado dado que ella misma había entrenado a Samuel en boxeo.

Cuando la clase terminó nadie salió al recreo dado que todos seguían charlando sobre lo que pasó. Los únicos que no estaban eran Polo y Samuel quienes tras el suceso fueron llevados a la oficina de Azucena.

-¿Por qué Polo hizo eso?

-¿Qué le hizo Samuel para que se enojara?

-¿Carla tuvo algo que ver?

-¿Por eso terminaron?

Las únicas que no se entregaban a los cuchicheos eran Carla, Lucrecia y Marina que sabían la razón de la pelea.

-Yo solo diré que si Samu hubiera estado alerta-dijo Rebe-le hubiera ganado a Polito, que yo misma lo he entrenado.

Todos charlaban y charlaban pero Carla solo estaba preocupada por Samuel y, sinceramente, también por Polo. No quería que las cosas llegaran a este punto.

Las especulaciones de sus amigos ya habían rebasado la paciencia de Carla. Todos intuían que ella sabía lo que en realidad sucedía. No había que ser muy inteligente para unir los puntos. Carla y Samuel se gustan de forma evidente y silenciosa, Polo está celoso, Carla y Polo terminan. Es una ecuación sumamente fácil. Sin poderlo soportar más Carla se puso de pie con fuerza y habló:

-Para que dejen de inventar historias les diré la verdad. Terminé con Polo y ahora Samuel y yo estamos juntos. Por algún motivo que desconozco Polo lo sabe y decidió desquitarse con Samuel. No hay más que deban saber.

Sin darles tiempo a opinar o preguntar algo se marchó de allí y Lu fue tras ella.

Todos estaban asimilando la información que en realidad era más bien una confirmación de lo que ya suponían.

Las opiniones se dividían. Algunos veían a Carla y Samuel como los villanos de la historia. Otros creían que Polo era un exagerado ante algo que todos ya intuían. La única que mantenía un inquietante silencio era Marina que cualquiera pensaría que sería la más afectada con esta revelación. Guzmán notó esto y se propuso hablar con su hermana más tarde.


Samuel y Polo estaban sentados uno a la par del otro con la estricta orden de Azucena de ni siquiera mirarse. Azucena está en su oficina encerrada junto a Ignacio, Pilar, Begonia y Azucena.

Polo estaba un poco más calmado pero no menos enojado aunque ya no sabía si estaba enojado con Carla, con Samuel, con el mismo o con quien sea. Samuel estaba en silencio y no hablaba nada con nadie.

Azucena abrió la puerta y los hizo pasar. Los padres de Samuel lucían confundidos. Esos niños eran amigos desde los 6 años. Las madres de Polo se veían preocupadas por que su hijo actuara con violencia, especialmente contra su amigo.

-Bien-dijo Azucena-dado que no quieren hablar del motivo de este problema, en ese caso nos iremos directamente al castigo. Polo, tienes 4 días de suspensión dado que fuiste el que comenzó y solo tu agrediste.

Polo tenía la mirada baja sin mostrar reacción. Samuel no se quedó callado.

-¿Por qué solo lo castigan a él? Yo también lo golpeé.

Esto dejó a todos estupefactos porque todos coincidían en que las cosas sucedieron de un modo distinto. Quien más se sorprendió de esa falsa afirmación fue el propio Polo. No esperaba que Samuel asumiera parte de la culpa.

Carla y Samuel: vecinos, amigos y amantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora