El bardo un tanto conocido por Monstandt como "Venti" y tú, una simple habitante de dicha ciudad, habían iniciado una relación de tal vez casi 1 año, tu eras realmente feliz y él también, ambos disfrutaban de su relación, al menos eso pensabas por q...
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Narra: Aether Ha pasado un mes y no he visto a ___ desde entonces y a Venti si, se le ve muy normal, ni siquiera se nota preocupado... esto es muy raro, ¿es que acaso no le preocupa o sabe algo? No lo sé aún, pero, hoy lo voy a averiguar.
Lo busque por un rato hasta que lo encontré de camino a su casa, apresure mi paso y camine a su lado.
— Buenas tardes Venti, ¿vas de nuevo a tu casa? — sonríe levemente.
— Oh, hola Aether, así es, ¿por qué la pregunta? — le devuelve la sonrisa, alzando una ceja confundido.
— Bueno, lo que pasa es que hace un mes que no he visto por ningún lado a ___, ¿esta bien? ¿Sabes de casualidad donde esta?
Dije preocupado por mi mejor amiga, digo, ¿Quién no lo estaría? Hasta Kaeya, Albedo y los demás que son cercanos a ella, se preguntan lo mismo y me han tratado de ayudar a saber dónde está, pero, creí que era lo mejor preguntarle personalmente a Venti, después de todo es su novio.
— ... Debe estar por ahí.
— ¿Ah? No es broma Venti, en serio, estoy preocupado por ___, si sabes alg-
— Escúchame bien Aether, ella está bien, solo debes de saber eso, no te metas donde no te incumbe.
Apesar que me estaba sonriendo con total normalidad, su voz se oía agresiva, además, se ve forzada esa sonrisa, temía lo peor... Pero no debo hacerme ideas locas, se que ___ está bien... ¿Verdad?
No importa, buscaré ayuda e iré directamente a esa casa, ya no me da tanta confianza Venti como antes... Solo espero que me crean.
[ ... ]
— Una vez más ___... Intentando escapar, déjame recordarte que eso es estúpido, no sé como hacerte entender que cada que lo intentas, me dan ganas de enterrarte este puto cuchillo en la cabeza con tal que te quedes quieta y no te quejes.
Sostenía en una de sus manos un cuchillo de la cocina que se veía y era filoso, mientras lo apuntaba hacia ti, cosa que te hacía temblar de miedo, temiendo que tomara impulso y te lastimara con él.
— Aléjate de mi, monstruo — frunce su ceño aún temblando de miedo.
— ¡Ja!, ¿crees que lo haré algún día? Tú y yo, estamos destinados a estar juntos, por la eternidad, sabes bien que yo puedo hacer y decirte lo que se me de la gana. Lástima que te diste cuenta tarde como soy en realidad eres, pero ya no hay marcha atrás, lastimosamente hemos tenido que llegar a estos extremos — desliza el cuchillo por su cuello, luego por su pecho y abdomen sin hacer que tocará el cuerpo del chico. Solo lo rozaba.
— Será mejor que veas como disculparte porque no voy a darte de comer ni beber durante un largo tiempo, no como para que mueras, simplemente que me supliques si no logras convencerme, buena suerte amor — ríe levemente y guiña un ojo, para subir nuevamente las escaleras y cerrar el sótano.
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