Capítulo IV

196 27 2
                                    

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

──── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ────

Tres días.

Cassandra y Alexander pasaron 3 días en el Inframundo y, pese a todo, la semidiosa se sentía mejor que nunca.

Tal vez fueron los cuidados que recibió mientras estaba dormida o simplemente por estar en el Inframundo, sea lo que sea, se sentía excelente, al menos físicamente porque en pocas horas tendría que despedirse de su hermano y no sabía cómo reaccionaría.

Podía decir que estaba lista para dejarlo ir, como debió haber sido, pero no lo sabría hasta que el momento llegara.

Alexander en ese momento se encontraba con Scott, Stiles y Isaac, mientras que Cassandra se quedó en el apartamento junto a Nico, o eso pensaba.

¿Qué tiene ese chico con irse sin avisar? masculló Cassandra al no encontrar al hijo de Hades en la sala, donde estaba viendo una película mientras ella tomaba un baño.

Negando para sí misma, tomó una manzana del frutero y se dirigió a su habitación, tarareando una melodía en voz baja pero deteniéndose de inmediato al ver a Derek sentado sobre su cama.

El lobo se puso de pie en cuanto entró y se formó el silencio. Un silencio incómodo que nunca había estado presente entre ellos. Ni siquiera cuando estaban conociéndose.

Cassandra apretó la manzana en su mano y Derek sintió el aire a su alrededor más pesado, como si reaccionara ante el estado de ánimo de la semidiosa, algo que nunca había ocurrido en su presencia.

Estaba molesta con él, lo tenía claro, pero eso no evitó que se sintiera aliviado al ver que se encontraba bien. Desapareció 3 días, igual que Alexander, y no tuvo más respuesta de Jonathan más que Tánatos se la había llevado.

Eso lo asustó, por un momento pensó que jamás volvería a verla, pero allí estaba, mirándolo con el enojo reflejado en esos bonitos ojos color hazel.

¿Qué haces aquí? preguntó ella, tratando de mantener su voz calmada a pesar de quería gritarle.

Necesitaba saber que estabas bien respondió Derek avanzando un paso y deteniéndose al ver que ella retrocedía uno.

No se lo pondría fácil. Al menos el hombre lobo ya esperaba aquello.

Estoy perfectamente dijo Cassandra antes de señalar su ventana—. Ahora puedes irte.

Eso solo le recordó la última vez que también lo había corrido, cuando vino a verla tras el encuentro con Peter en el hospital. Pero la diferencia es que en esa ocasión la semidiosa no lo miraba como si quisiera matarlo.

Tenemos que hablar dijo Derek y Cassandra frunció el ceño. No vine a pelear, solo... hablemos.

¿Sobre qué exactamente? preguntó la semidiosa, su voz sonando fría como el acero mientras se acercaba a él como una tormenta a punto de estallar. ¿Sobre cómo estuve a punto de convertirme en sacrificio humano? ¿Sobre como tú amiguita estuvo a punto de matar a mi familia y a la familia de mis amigos? O sobre el hecho de que no confiaste en mí... otra vez.

Savage | TW, PJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora