Si creían que haber enfrentado a un druida oscuro, una manada de alfas, un kanima y a un hombre lobo con deseos de venganza fue un reto, lo que ahora venía sería una auténtica odisea.
Los problemas que acechaban a Beacon Hills solo estaban comenzand...
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Tras su fallida misión de encontrar al asesino, que Stiles fuera castigado por activar la alarma de incendios, que Isaac se ofreciera voluntario de ayudar a Allison con el bestiario, los gemelos desaparecieran y Scott aceptara una cena con los padres de Kira, Cassandra se fue a casa.
Estaba segura de que Lydia no se equivocaba. Los presentimientos de una banshee nunca se equivocan, o eso dijo Alexander.
Nunca desconfíes de Lydia en esto, le había dicho la mañana que debía regresar al inframundo antes de dirigirse a casa de la pelirroja para despedirse. Y la semidiosa le ha hecho caso.
Cassandra suspiró con pesadez antes de salir del apartamento en dirección al edificio de Derek. Tenían una conversación pendiente.
Subió por el ascensor, tarareando una melodía en voz baja, hasta llegar al piso correspondiente. Así que, tras colocar un par de mechones de cabello tras sus orejas, tocó la puerta antes de abrir.
Derek estaba sentado en el sillón, mirando pensativo el suelo antes de mirarla con cierta intensidad que Cassandra se quedó quieta al bajar las pocas escaleras del lugar.
Es decir, antes ya la había mirado así, pero de alguna manera era distinto. No sabría decir por qué.
-Hola -dijo finalmente y se acercó, tomando asiento a su lado pero dejando cierta distancia que hizo a Derek elevar levemente las cejas en señal de pregunta, pero ella lo ignoró-. Entonces ¿cómo fue exactamente tu encuentro con esos cazadores?
-Pensé que nuestra conversación tenía otro motivo -dijo Derek sin responder la pregunta y ella lo miró con ojos entrecerrados.
-Pues no es así -replicó ella con calma y decidió hacer otra pregunta-. ¿Cómo entraron Dahlia y Breaden en tu viaje? Creo que estoy más curiosa por ello.
Derek no notó que ella emanara alguna emoción extraña. No estaba molesta ni estresada, solo percibía el usual aroma a nerviosismo, su perfume y el aroma dulce que la rodeaba cuando estaba con él y que ahora ya podía ponerle nombre.
Le molestaba que fuera Peter quien le diera esa respuesta.
-Dahlia pagó por los servicios de Breaden -respondió Derek finalmente y notó como fruncía levemente el ceño-. De alguna manera supo que estaba secuestrado y pagó por el rescate. Ambas fueron de ayuda en recuperar algo que pertenece a mi familia.
-¿Y ellas están bien? -volvió a preguntar, esta vez admitiendo sin palabras que las conocía.
-Cuando nos separamos, si -respondió Derek y decidió que era momento de saciar su propia curiosidad-. ¿De dónde las conoces tú?
-Uhm mi papá, es decir, Jonathan... él conoce a Breaden desde hace un tiempo -comenzó a explicar y él reprimió una sonrisa al ver que jugaba con su brazalete mientras hablaba-. Ella no es semidiosa, pero por lo que sé es un legado de Ares. Se encontraron en una misión y, pues, pasaron cosas entre ellos que no quiero decir en voz alta. La conocí cuando llegó al campamento un día, la había llamado la anterior teniente de las cazadoras pero supongo que Breaden rechazó unirse a la caza también porque no volvió.
