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—No quiero que parezca que no apreciamos su hospitalidad —dijo Peter, observando su dedo clavado en el suelo de madera y luego mirando al cazador que hacía guardia en ese momento—. ¿Pero cree que sería posible poner eso en hielo? ¿O darme algo para la mano? ¿Una buena curación? O tal vez un antibiótico en ungüento.
El cazador solo sonrió y Derek rodó los ojos antes de que un ruido llamara su atención, proveniente del piso sobre ellos.
Eran pasos lentos, dos pares de pasos que caminaban como si no quisieran llamar la atención. Peter suspiró creyendo que era la mujer y su secuaz de la noche anterior antes de sobresaltarse cuando los disparos comenzaron.
Los casquillos y el polvo cayeron del piso de arriba como lluvia, quejidos y golpes también se escucharon, junto a cuerpos cayendo al suelo. El cazador en guardia se puso de pie, observando el techo pensando en que hacer hasta que todo se detuvo y los pasos se dirigieron hacia ellos.
Derek y Peter se observaron confundidos antes de mirar al frente cuando la puerta se abrió de golpe. Una mujer de cabellos oscuros apareció, tomando el arma del cazador con rapidez y esquivando el golpe que se dirigía hacia su rostro antes de empujarlo hacia atrás donde alguien más lo recibió.
Largos cabellos castaños se movieron cuando la otra mujer inmovilizó al hombre con agilidad y lo dejó noqueado antes de soltarlo sin ninguna delicadeza al suelo para acercarse a su compañera.
Peter inhaló con brusquedad cuando la reconoció. Esos ojos verdes solo le pertenecían a una persona, una persona que no veía desde hace más de diez años.
No había cambiado nada. Seguía manteniendo la misma apariencia que cuando la conoció, el mismo aroma, la misma presencia y esa aura que parecía brillar a su alrededor, esa que la distinguía como alguien inmortal.
Una cazadora de Artemisa.
—Dhalia... —murmuró con sorpresa, causando que la mujer lo mirara mientras se acercaba, guardando sus cuchillas tras la espalda, sintiéndose ligeramente incómoda con la ropa que vestía pero necesitó para pasar desapercibida.
La mujer de cabellos oscuros miró a su compañera de reojo antes de regresar la mirada al frente y observar a ambos hombres con diversión.
—Tú eres la que salvó a Isaac —dijo Derek al reconocerla, la morena se cruzó de brazos.
—Soy a la que contrataron para salvar a Isaac —corrigió con tranquilidad.
—¿Te contrataron para sacarnos de aquí? —preguntó Peter, recuperando su usual actitud pero sin apartar la mirada de aquellos ojos verdes que seguían estudiándolo con tranquilidad.
—Me contrataron para sacar a Derek de aquí —volvió a corregir antes de señalar a la mujer a su lado—. Ella es quién paga mis servicios y no dijo nada sobre ti.
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Savage | TW, PJ
FanfictionSi creían que haber enfrentado a un druida oscuro, una manada de alfas, un kanima y a un hombre lobo con deseos de venganza fue un reto, lo que ahora venía sería una auténtica odisea. Los problemas que acechaban a Beacon Hills solo estaban comenzand...