Dos son mejores que uno, ¿no?
Dasha está segura que su vida debe cambiar ese último año.
Y cambia al poner un pie dentro de INDUSTRIAS A. K.
La idea es Cazar a A. K, pero, ¿a cuál de todos los A. K?
Eso tendrás que averiguarlo...
Sí es que ellos no...
Antes que nada, escuchen la canción mientras leen. Es un cover en español de la canción de Selena Gomez, Vulnerable. Y de los cover que vi, este fue el que más me gustó. Disfrútenlo.
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—Esto no puede seguir así —me digo a mí misma, abriendo la puerta y volviendo a encontrar las benditas rosas.
Ya tengo una pila de notas suyas.
No sé cómo diablos hacerle entender que no quiero sus rosas o sus notas, sí quiere algo de mí, que venga personalmente y me lo diga o lo tome, maldición.
Lo odio por hacerme dudar de esta forma. Lo odio por meterse en mi sistema de esta forma tan abrupta. Lo odio porque sin importar que he pasado casi una semana maravillosa con Austin cuando no estoy aquí en el departamento, cuando llego y encuentro sus rosas y sus notas, vuelve a plagar mi mente.
Te odio, Aaron. Te odio por jugar conmigo. Te odio por recordarme con un simple gesto que sigues teniendo más poder en mí del que deberías. Pero ya no más.
Ya no más de tus notas. Ya he tenido suficiente.
¿Quieres enamorarme de verdad? ¿Quieres ganarte mi amor? ¿Quieres que te deje quererme? ¿Quieres que te permita demostrar que puedes hacerlo mejor? Entonces ven y dame la jodida cara o ya deja de hacer esto.
Mírame a los ojos y convénceme que lo que siento por ti es más que una infección a la que aún no le encuentro cura. A la que aún, no me dejas encontrar dicha cura.
Pero inténtalo, maldición.
No me dejes el camino tan fácil con Austin.
Intenta tantito el que te elija a ti, por favor.
Mi corazón te lo implora.
Gruño y cierro la puerta de un solo golpe, cogiendo la nueva nota. Decido no leerla y sigo derecho pasando por un lado de Adrien y de Bri a la habitación. Adrien se quedó anoche a dormir aquí porque bebimos demás.
—¿Qué haces? —pregunta Bri, siguiéndome al interior.
—Iré a la casa de los Koch —zanjo, quitándome la blusa de la pijama para pasar por mi cabeza una blusa normal. Ya no necesito fingir con ellos.
Además, debo aprovechar de hacer esto hoy que Austin está de viaje y no vuelve hasta el martes, posiblemente.
Con él en la ciudad, no me atrevo a acercarme a los Koch porque no sé lo que me espere ahí.
—¿Qué? —pregunta Adrien. Ignoro su presencia y me quito el short, quedando en tanga para ajustarme unos vaqueros.
—No puedo seguir así. Iré a hablar con tus padres —repito. Me miro al espejo, peinando mi cabello con las manos y cojo de la peinadora de Bri un labial rosa suave.
—Yo voy contigo —declara Adrien. Niego con la cabeza.
—No. Ustedes se queda aquí. Iré rápido y volveré rápido —determino.
