Narra Dasha.
Han pasado ya tres semanas desde que fuimos a la casa de la playa de los Koch. Tres semanas desde que he dormido muchas noches con Austin y Alexa. Ya he aprendido a utilizarla. También he pasado días enteros en su casa, con su madre. He descubierto que la señora Sophia, además de ser curiosa por naturaleza, se le da muy bien la cocina y los postres. Los días que me quedo ahí, cuando llega Austin en la tarde se deleita con las cosas que preparó con su mamá.
Ha reconocido que le siente la diferencia en cuanto a la sazón porque yo le pongo el mío y el de su madre es notorio para él. Lo cierto es que, también son tres semanas sin ver a Aaron.
El fin de semana pasado fuimos a la casa de los Koch. Él estaba invitado, pero no se apareció y me encontré a mí misma pendiente de la puerta que da con el jardín esperando el momento en que él la atravesara con su cara de: todo me la suda. Incluso deseé ver esa sonrisa retadora al entrar de la mano de otra mujer, pero no.
Nada. Hoy estamos de nuevo a sábado y estoy en casa de mi madre, en mi habitación, viendo la pared de enfrente vacía porque me pasé toda la mañana arrancando cada póster juvenil que tenía adheridas a ellas. Y eso es porque Austin entró ayer y se rió mientras veía a Zayn Malik sin camisa, con su pecho sudado y el micrófono en mano.
No pueden culparme. Esa es de las separaciones de banda que más me han dolido y seguirá doliendo.
Entendí entonces, que no era sexy para un hombre entrar en la habitación de su chica de veintidós años y encontrarla como si fuese una hormonal de dieciséis. Sin ofender a las de esa edad.
Suspiro y veo de nuevo la bolsa de regalo en mis manos. Tengo ya un mes con esta bolsa y todavía no me siento preparada para abrirla. Es que, ni siquiera sé por qué la abriría ahora.
En realidad, sí lo sé, necesito tener algo de él para no sentir que ha pasado mucho desde la última vez que lo vi. Desde la última vez que pude respirar su aliento. Que pude apreciar sus ojos a centímetros de los míos. Que tuve su tacto en mi cuerpo...
Sus palabras, es que ese maldito es tan maldito que sabe a la perfección qué decir para meterse en mi mente de esa forma en la que, por más que consuma miles y miles de contenido cinematográfico, nuevas canciones que Alexa me ha proporcionado, o todo lo que he aprendido de los teléfonos actuales gracias a mi madre que sacia su emoción de saber sobre esos aparatos divinos, como los llama, más que yo.
Nada, no puedo olvidarlo. No puedo dejar de escucharlo con ese tono que me desgarró el alma que estaba esperando escucharme admitir ser de Austin, para él dejar de desear hacerme suya.
¿Cómo mierda pretende que yo siga con mi vida normal después de eso?
¿Por qué diablos le gusta jugar de esta forma conmigo?
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CAZAR A A. K 💋
RomanceDos son mejores que uno, ¿no? Dasha está segura que su vida debe cambiar ese último año. Y cambia al poner un pie dentro de INDUSTRIAS A. K. La idea es Cazar a A. K, pero, ¿a cuál de todos los A. K? Eso tendrás que averiguarlo... Sí es que ellos no...