Dos son mejores que uno, ¿no?
Dasha está segura que su vida debe cambiar ese último año.
Y cambia al poner un pie dentro de INDUSTRIAS A. K.
La idea es Cazar a A. K, pero, ¿a cuál de todos los A. K?
Eso tendrás que averiguarlo...
Sí es que ellos no...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Desde que Austin llegó, apagué el celular que me dio Aaron y lo guardé en su caja. Lo volví a esconder debajo de mi cama y salí a recibirlo tras vestirme.
De eso ya han pasado como dos horas y sigo ida, jugando con mis manos. Estoy sentada en una de las sillas porque aquí no hay sofás, hay sillas.
—Nena —susurra Austin, tomando mi mano para que deje de torcerme los dedos hacia atrás. Parpadeo y lo veo sin pensar tan siquiera mis siguientes palabras o el importarme que mi madre esté sentada frente a nosotros:
—¿Has hecho tríos antes? —suelto. Sus cejas se elevan tanto como las de mi madre y su rostro se pone del color de su camisa.
—¡Natasha! —chilla mi madre. La veo mal, como si ella tuviera prohibido llamarme así.
—No me digas así —siseo. Mi madre parpadea sorprendida—. Para ustedes soy Dasha, no Natasha. Olviden ese nombre porque no existe aquí —zanjo y me descubro temblando de la rabia.
Ni siquiera sé por qué me he molestado tanto.
—Nena, tranquila. Todo está bien, mírame —pide Austin, girando mi rostro para que lo vea. Cierro los ojos y suspiro.
—Lo siento, ma —susurro sin verla.
—Tranquila, cariño. No te enseñé nunca a amar ese nombre. Es normal que no te guste ser llamada por él cuando nadie nunca lo ha hecho —dice mi madre y se levanta. Deja un beso en mi frente que yo correspondo con otro en la suya antes de dejarnos solos a Austin y a mí.
—Nena —dice Austin. Cojo aire.
—No soy Natasha —susurro. Asiente.
—Lo sé. Solo eres Natasha para Aaron, lo sé —dice y endurece sus facciones. Niego con la cabeza.
—No es por él —miento. Suspira—. ¿Me dirás si has hecho tríos antes? —digo ahora para cambiar el tema. De nuevo sus mejillas se tornan rojas y mira hacia atrás al interior de la casa, ya que estamos en el mini jardín de mi madre.
—¿A qué viene la pregunta, nena? —réplica. Bufo.
—Solo responde, nene —pido, diciéndole nene para calmar la molestia que sigue instalada en mi interior.
Él tiene razón. Solo soy Natasha para Aaron. Mi madre está confundida. Ella no me enseñó a amar mi nombre, eso sí, pero Aaron me hizo amar el ser única para él. No me gusta que me digan Natasha, me gusta ser la Nat de Aaron.
—Sí —dice. Saboreo mis labios.
—¿Con Aaron? —insisto.
Sé que tuvo que haber compartido algún trío con Aaron. Es imposible que Aaron sepa tanto lo que le gusta a Austin, la forma en la que lo hace y demás si no lo ha visto follar antes. Y sé que ambos son muy machos como para follar entre ellos, así que debieron compartir tríos. Solo debo confirmarlo.