—¿Qué? No. Es demasiado pronto. Tus cálculos dijeron..
—Sé lo que decían —replicó Lena con fuerza, con el rostro tenso mientras el pánico brillaba en sus ojos—. Está claro que me equivoqué o... o simplemente es pronto. Podemos debatir eso más tarde; llama a tu hermana.
Abriendo y cerrando la boca por un momento, las manos de Kara revolotearon nerviosamente alrededor de Lena, antes de bajar corriendo las escaleras, regresando con el teléfono pegado a la oreja y una pálida expresión de alarma en su rostro. Con un áspero suspiro, apretó los dientes y bajó el teléfono, con los ojos muy abiertos y preocupados.
—No hay respuesta.
—Vale, pues tienes que ir a buscarla —tartamudeó Lena temblorosamente, pasándose una mano por la frente húmeda mientras el corazón le saltaba a la garganta.
—No, no puedo irme...
Con un resoplido de frustración, Lena agarró un puñado de la camisa de Kara y la miró fijamente, con urgencia y extraña calma.
—Kara, necesito que vayas a la DEO, saques por la fuerza a tu hermana de cualquier sesión de tortura o reunión de armas en la que esté y la traigas de vuelta aquí ahora, antes de que este bebé empiece a arañarme.
—No haría eso, ¿verdad? —preguntó débilmente Kara, con el rostro convertido en una máscara de horror.
Reprimiendo una risa histérica, Lena le dedicó una fina sonrisa:
—No lo sé, ¿quieres averiguarlo?
Una risa ahogada de pánico se abrió paso en la garganta de Kara, que dirigió a Lena una exasperada mirada de angustia. Dudó por un momento, entre quedarse o irse, reacia a dejar a Lena sola, aunque sólo fuera por unos minutos como máximo, pero finalmente cedió con un suspiro irritado.
Caminando de espaldas hacia la ventana, rápida y segura, Kara la miró con grave preocupación, extendiendo una mano para mantenerla a raya.
—Seré rápida, sólo... no te vayas a ninguna parte. Vuelvo enseguida.
Se fue en un instante, la ventana se abrió mientras una brisa fría entraba y Kara desapareció antes de que el cerebro de Lena pudiera siquiera comprender el hecho de que se había movido. Con un resoplido de risa, Lena puso los ojos en blanco y refunfuñó en voz baja.
—¿Adónde iba a ir si no?
Abandonada a su suerte durante unos minutos, Lena salió de la habitación arrastrando los pies y se dirigió a la planta baja, con las manos en blanco sobre la barandilla y los dientes rechinando de inquietud mientras bajaba lentamente, sonrojada y nerviosa. Tragándose sus temores, dejó de lado esos pensamientos por el momento y entró en el fresco cuarto de baño, despojándose de la camiseta húmeda y de los pantalones cortos mojados, lo que le resultó difícil porque su estómago le estorbaba.
Se secó todo lo que pudo y humedeció la toalla para pasarla por su piel húmeda, Lena respiró profundamente, su mente se oscureció en los bordes mientras el pánico se apoderaba de ella, apretando su garganta dolorosamente mientras su pecho se contraía. Respirando entrecortadamente, Lena se dio la vuelta y salió de nuevo al pasillo, tratando de calmar el temblor de su mano mientras se dirigía al vestíbulo convertido en quirófano, de pie sobre el frío suelo de mármol y mirando la solitaria mesa de operaciones que se encontraba en el centro de la cavernosa sala.
Hacía tiempo que la habían cubierto con sábanas para mantenerla estéril y resultaba ominosa en la sombría y tenue iluminación de la sala. Al pulsar un interruptor, Lena inundó el espacio con un halo de luz ámbar procedente de la imponente lámpara de araña que colgaba del alto techo pintado al fresco, antes de acercarse a la cama como si estuviera soñando.
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Semideus [Supercorp]
Fanfiction"-Análisis completo. Los resultados muestran niveles elevados de hCG. -No, no, no -murmuró Lena, con un miedo gélido deslizándose por su columna vertebral y enroscándose en su estómago mientras una sacudida de pánico la recorría-. Eso no puede ser c...