🐻 Capítulo catorce 💞

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Lunes, martes y miércoles, Johan, no asistió a clases, él se enfermó horrible, según escuché de boca de sus amigos. Al parecer estaba mal del estómago, pero al tercer día comencé a preocuparme, eran demasiado tiempo y su ausencia, en verdad se sentía. Fueron tres días en los que mi estado de ánimo fue un circulo de ira, frustración, agobio y tristeza, estaba realmente sensible, todos los días sentía que terminaría explotando en mil lágrimas. Llegué a pensar que ante el mínimo conflicto me podría desbordar, era tan molesto, quería gritar. Mi motivación me había abandonado, eso era evidente, pero al llegar al colegio, todo quedaba oculto detrás de mi perfecta sonrisa.

Jueves 12 de mayo, 2022.
Segunda noche en la que dormir se vuelve todo un desafío, ya son las cinco de la madrugada y solo logré dormir unas cuatro horas. Estoy cansada, no. Es más que eso, me siento agotada, quiero rendirme. Pero no puedo, la vida sigue. Desayuno sin ánimo, y al terminar de beber mi café con leche de almendras, noto que me cayó mal, el estómago me duele y no es raro, estos últimos tres días fueron bastante estresantes, muchos asuntos por resolver, poco tiempo para descansar y mi bipolar estado de ánimo que se conjugó con su ausencia, casi derrotándome por completo. No lo quise creer, pero él se transformó en la chispa que mantiene viva la emoción en mi sosa vida, brindándome la motivación necesaria para seguir por este camino que estoy recorriendo ahora mismo.

Ya fue suficiente, necesitas descansar. No te preocupes demasiado por como lucirás hoy, él no vendrá —me dije mientras trataba de decidir frente al espejo, que ropa usaría el día de hoy. Ayer tuve una discusión con mamá, estaba muy agobiada y exploté con ella, por lo que hoy apenas cruzamos palabras. Ni siquiera el día me acompañaba, estaba álgido y muy gris.

¡Genial, perfecto para deprimirse!

Con pesar, llegué al colegio, caminando con la estúpida bota ortopédica que sólo se encarga de aumentar mi mal humor. Formamos, y hoy ya no volteé hacia atrás, esperando que él aparezca, pues no lo haría. Sus amigos afirmaron, (ayer) que incluso faltaría mañana. Dejando mi tanque de esperanza, vacío.

La directora nos deseó buena jornada, giré e hice una pausa, esperando a que todos crucen frente a mí, para no estorbar y poder caminar con tranquilidad, sin chocar con nadie, por un camino desierto. Con lentitud, me dispuse a caminar rumbo a la escalera, con Karen diciéndome que fuera más rápido, en un tono descontracturado de broma.

Cuando iba por la mitad de la puerta principal, que estaba abierta, algo me hizo virar mi cabeza en esa dirección…mis ojos se encontraron con los suyos, ¿él me estaba viendo? Eso pareció, e internamente sonreí como una verdadera idiota.

¡Mierda, si vino! —clamé por dentro, sin siquiera pestañear. Sólo lo vi por un segundo, que es cierto que en ese instante el tiempo pareció detenerse, pero no era así, en cuestión de un parpadeó, ya me encontraba con la vista al frente, pues mis pasos nunca se habían detenido y tampoco lo harían, debía huir.

—¡Ay, ahí vino Johan, ahí vino Johan! ¡Esperen, ahí vino Johan! —esa era Karen, gritando con fervor, anunciándole a todos que él estaba aquí. Tanta energía me hizo querer golpearla y algo en mí dolió, sintiendo una punsadita en el corazón.

—¡No lo voy a esperar! ¡Vos me alcanzás rápido después, así que no importa! —decreté tajante con Lola caminando a mi lado. Lógicamente, Karen se quedó a esperarlo, no miré como fue su reencuentro, quizá ella lo abrazó, quizá no, nunca lo sabremos. Un minuto después, ambos caminaban detrás de mí, en la escalera.

Les dije que me alcanzarían rápido.

Una vez llegamos a planta alta, ellos me sobrepasaron, dejándome atrás. Segundos después entré al aula, sentándome en el primer lugar libre que encontré, no tenía ganas de mover la mesa y la silla. Entonces, como había quedado del lado de la pared, y Karen estaba junto a Lola, justo detrás de mí, me senté de costado, descansando mi espalda en la pared, estaba muy cómoda.

Johan estaba al otro lado del salón, sentado igual que yo, observando en nuestra dirección, creo que me estaba viendo, pero ya no estoy segura. Desvíe la mirada en cuanto lo noté. Pero seguí sintiendo su mirada a lo largo de la clase, y en ocasiones, daba un atisbo de mirada para comprobarlo, y así era. Sin embargo, la campana sonó, era hora del recreo, él caminó directo a “molestar a Karen, durante ese minuto fijé mi mirada en mis hojas. Ellos se fueron juntos, él le dijo que le compraría dulces.

¿Yo extrañaba está mierda?

Cuando el recreo finalizó, ellos volvieron juntos, pero Karen tomó asiento, y él se había encaminado a su lugar. Nunca me percaté de que había vuelto a salir del aula, entonces, para evitar verlo, volteo hacia atrás y lo veo entrar abrazando a una amiga suya, que va a otro curso, sus malditos ojos me estaban viendo, ¿acaso lo hace apropósito? ¿Quiere darme celos?
De nuevo fue un segundo, en el que todo pareció congelarse y sólo era su mirada entrelazada con la mía, pero la realidad es que en cuestión de un instante, ya había vuelto a mirar al frente, tratando de fingir que no había visto aquello.

Los primeros minutos de la clase, se sintieron como una provocación, como si el universo estuviese conspirando en mi contra, obligándome a verlo. Él, como nunca, se bajó el cubre bocas, dejándome ver su nariz un segundo, porque en cuanto noté que estaba viendo en nuestra dirección, desvié mi mirada y seguí con lo que estaba haciendo, esquivando esos cristales que lleva por orbes. Sin embargo, una fuerza extraña me obligó a volver a mirar, se sentía como si fuera atraída hacia él, como dos imanes opuestos, que se buscan el uno al otro, uniéndose por la fuerte atracción que existe entre ellos. En ese momento, se bajó otra vez el cubre bocas, está vez para beber jugo. Y de nuevo, sólo lo vi un segundo, fue todo tan efímero que ni siquiera pude ver bien su rostro, pero creo que no es tan hermoso como creí en un primer momento.

La primera hora se pasó rápido, y ya sólo faltaba una hora más para irnos a casa, cuando noté que él estaba observando en nuestra dirección, pero lo hacía siempre después de escribir en su teléfono. Volteé a ver a Karen, ella estaba haciendo lo mismo que él.

¿Acaso están hablando? No puede ser, estás celosa y empezaste a crear historias en tu cabeza me dije, deseando estar equivocada, pero un minuto más tarde lo confirmé y la decepción se instaló en mí, restaurando mis vehementes ganas de olvidarlo…eso además de una actitud por parte de Karen, que no hizo más que inquietarme, pues, ellos no sólo intercambiaban miradas, sino que ella, me observaba, reía y luego escribía. Quizá sólo fue coincidencia, producto de mi paranoia, pero me encantaría escuchar sus opiniones. Díganme, ¿qué creen de todo esto, que camino debería tomar?

 Díganme, ¿qué creen de todo esto, que camino debería tomar?

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🌸Su mirada me tiene cautivada🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora