⚠ Capítulo doce ⚠

20 3 7
                                    

26 de abril, 2022.
El día de hoy estaba asqueroso, era de esos días nublados dónde la humedad esta al 100% , sintiéndote pegajoso y acalorado todo el tiempo.

Ya estaba en mi lugar, esperando a la profesora de literatura. Me bajé el cubre bocas, me sentía sofocada, era insoportable el calor que sentía. Johan, también estaba en la clase, en su asiento, que estaba delante de mí pero al costado y aunque lo vi de reojo, pude notar que me estaba viendo, pero ahora volvió a ese modo desfachatado, donde me observa sin siquiera intentar disimular.

Durante la clase, él se acercó varias veces a nuestra mesa, por mi amiga Karen. Ya sea para pasarle un libro o alguna otra cosa ramdon. El punto es que, siempre se paraba detrás de mí o a mi costado, en lugar de ir al otro extremo que es donde mi amiga estaba. Haciéndome sentir expuesta, incómoda y nerviosa. Vale aclarar que nosotras estábamos sentadas en grupo, por lo que habíamos unido dos mesas, yo estaba sentada frente a ellas.

Cuando las dos horas de literatura finalizaron, moví mi mesa de modo que quedo justo frente a la de él. Pero a una distancia segura.

Creía yo.

Las últimas dos horas que quedaban de clase, eran de matemáticas. Y fueron las dos horas más largas de la historia. Porque él se sentó de costado y no dejaba de ver en nuestra dirección, yo no sabía para donde mirar, para evitar mirarlo, era tanto el estrés que me empezó a doler la cabeza. Pero no terminó ahí, al profesor se le ocurrió escribir en la pizarra, por lo que debía levantar la mirada y observar al frente obligada, sintiendo su mirada en mí. Deseando que no creyera que lo estaba viendo a él, ya que no estaba copiando sino que se encontraba perdiendo el tiempo, entre risas con el rubio.

Amé ese momento en que la campana sonó, indicando nuestra libertad, ya podíamos volver a casa. Con mi amiga Lola, bajamos la escalera y vimos como Karen, iba caminando junto a él y sus amigos, algo que pasa casi todos los días cuando vamos a formar y estamos en la fila esperando para despedirnos de la directora o saludarla, ya saben. En lo que nosotras (que íbamos detrás de ellos) llegábamos a la mitad de la galería, vi la puerta principal abierta y nadie cuidándola. Y tuve una “brillante” idea, que oscilaba más entre una trastada inocente, de niños de primaria se podría decir.

—Mira, Lola, la puerta está abierta, nos podemos ir antes, sin saludar ni formar —le sonreí, mi voz sonaba emocionada, pero mis pasos no se detenían e iban en dirección a la fila. A pocos pasos de llegar, vuelvo a insistir en que nos podríamos haber ido. Entonces Lola habla :

—¡Vayámonos, nadie está mirando! ¡Corre!

Y así lo hicimos, corrimos a la salida. Una vez fuera, nos dimos cuenta de que fue envano, pues no nos podíamos ir, yo debía esperar a que me vengan a buscar y ella debía esperar a su primo. Ah, y nos estábamos congelando.

Tras cinco minutos, todos salen. Y lo primero que veo es a Karen junto a Johan, iban caminando juntos mientras hablaban muy sonrientes, y puedo jurar que por un segundo, su centellante mirada se cruzó con la mía, rebosada de recelo y sorpresa. Dicen odiarse pero iban muy campantes como dos amigos de toda la vida.

Estoy comenzando a odiar que sean tan cercanos. Y puede que ustedes digan que estoy exagerando porque ella es lesbiana, pero no. Los gustos de las personas cambian todo el tiempo, y más a esa edad.

27 de abril, 2022.
Por suerte, el día de hoy se sentó lejos de mí, y como yo estaba de espaldas, las dos primeras horas no lo vi. Después del recreo me sentía fatal, mi cabeza me estaba matando y moría de sueño. Lola le estaba haciendo trenzas en el cabello a Karen, quien tenía su cabeza reposando sobre sus brazos que yacían sobre la mesa del pupitre individual.

🌸Su mirada me tiene cautivada🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora