🍭Capítulo ocho🍭

22 4 1
                                    

30 marzo 2022.

Hasta ayer aseguraba que esta historia había finalizado, pero el día de hoy pasaron cosas, las cuáles demuestran que esto, apenas empieza. Pero déjenme que les narre que sucedió con exactitud...

No sé si recuerdan, pero en la madrugada  mientras hablaba con Johan, él aseguró que no iría a clases este día, eso se quedo rondando en mi mente.

Estaba frente al espejo, acomodándome para irme a clases y un pensamiento llegó a mi taciturna mente :

¿Y si mintió y termina yendo a la escuela? Lo mejor será no bajar la guardia, de seguro termina yendo.

Ya estaba en la entrada del colegio, pero aún yacía dentro del auto, pues, fuera de el, el clima era gélido y el viento lograba traspasar tu ropa hasta calar tus huesos, instalando un profundo frío en tu cuerpo, el cuál sólo disiparía una taza de té, pero no tenemos té; estamos en una institución escolar de Argentina. En fin, no esperaba verlo, mi visión estaba en la puerta principal, esperando a que esta se abra.

Inevitablemente mis orbes, captan su anatomía.

Maldito, volvió a mentir.

No puedo asegurar que me estaba viendo, pero su mirada estuvo fija en nuestra dirección, y aunque no lo estuviese haciendo, eso parecía. Luego caminó hasta encontrarse con su amiga de mirada intimidante y otro chico que no supe distinguir quién era. Parecía que estaban teniendo una conversación muy enérgica, ellos movían mucho las manos, haciendo exagerados ademanes, y yo sólo rogaba porque no les estuviese contando de mi patética forma de obrar ayer.

Si se preguntan como me sentía, tengo que decir que estaba muy nerviosa, pero no por su presencia. Sino por un examen de inglés, donde uno de los puntos, era leer en voz alta. Pero bueno, volvamos a lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, más específicamente frente a mí :

Las puertas se abrieron, todos comenzaron a ingresar como un ganado, pero…él no. Nuestro querido Johan, se despidió de sus amigos y caminó en dirección contraria a la puerta de la institución.

Tal vez se vaya a casa

Bajé del auto, evitando observar en su dirección y enfatizando mi mirada en la hoja donde tenía escrita parte de la historia en inglés para ir practicando.

…O es un cobarde que no se atreve a pararse a mi lado.

Traspasé el umbral de la puerta, y para mi asombro, ya habían cinco chicas de mi curso formando la hilera, así que quedé al final. Una vez nos saludan, emprendo mi viaje al aula, observo y afuera no lo veía, pero no me importaba, después de todo no quería verlo.

El examen fue suspendido y a las 14hs todos los cursos debían bajar para reunirse frente al escenario para una presentación de unos ex combatientes de guerra.

Cuando dicha presentación acaba, todos nos ponemos de pie, habíamos estado sentados en el piso. Él estaba frente al escenario y yo al final, porque mi curso fue el último en bajar, debido a que no escuchamos la campana.

Todos los alumnos estaban dispersos; volteo un momento y a mis costados, a metros de mí, ella. La chica de cabello rojo, con una cara bastante irascible y mal humorada, pero ni siquiera le presté atención, tenía tanto frío que no podía ni siquiera pensar.

Johan me encuentra con la mirada y camina en mi dirección, pero se detiene a ver unas fotos que eran parte de la presentación, a unos pocos pasos de mi persona. Mis amigas y yo, retrocedemos, no por ellos, sino porque los otros alumnos, mucho más altos que nosotras, estaban por aplastarnos. Él me miraba con cautela y poco a poco se iba acercando más, mientras su chica estaba a sus espaldas pero lejos de nosotros, aún con su cara de pocos amigos. Pero de seguro no me estaba viendo a mí o eso pensaba yo.

En un momento, él estaba justo a mi lado, pero yo le estaba dando la espalda, lo noté apenas por el rabillo del ojo. Su mirada todo el tiempo se posaba en mí y no entendía porque mejor, no se iba con su “algo” y me dejaba de ver tanto.

Durante todo ese tiempo intenté soslayar su mirada, virando mis orbes en dirección contraria a él. No quería que la pelirroja me vea escaneando a su chico.

La directora clama que volvamos a los salones y eso hicimos, para diez minutos después, volver a bajar porque era hora del recreo. Él seguía revoloteando con sus amigos muy cerca de nosotras, su mirada, para nada disimulada se fijaba en mí, y cada vez que notaba eso, desviaba mi mirada a cualquier otra parte, no quería verlo y que se sintiera importante. A todo esto, su novia, otra que nunca aparece por estos lados, estaba cerca del escenario, su mirada furiosa seguía presente, lo observaba a él pero nunca se juntaban.

¿Será que se pelearon por mi culpa? Espero que no sea así, porque eso puede ser muy problemático para mí.

Como su mirada duraba cada vez más tiempo fijada en mí, decidí fijar mi visión en la puerta de salida.

—El chico de gris, el de ayer, no deja de mirarte —comenta Lola con una sonrisa. Demostrando que su mirada no era para nada cautelosa, sino que desfachatada. Le hice un ademán con mi mano, restándole importancia mientras me reía.

Tiempo después, pareció rendirse y se fue con ella, pero al verlos juntos no sentí celos, ni nada parecido y es que parecen más amigos que otra cosa. Ellos caminan juntos, su amiga también estaba acompañándolos y se sentaron justo frente a mí, a varios pasos de distancia, algo que nunca hacen, tal vez querían provocarme, pero como no me importaba, les salió mal. Sorry.

Dos horas más tarde :
Suena la campana, hora de ir a casa.
Salgo del salón y como el suyo está enfrente, lo veo de espaldas frente a la puerta. Como casi me patiné, retrocedí, así que tal vez me vio, no lo sé porque no volteé.

Llego a planta baja y tomo el primer lugar de la fila (como siempre) pero a mi lado había una fila de un curso diferente. Y más atrás, la pelirroja con la amiga de él. Ella me miraba, ahora si estaba segura que me miraba, porque la vi hablarle a su amiga mientras viraba sus ojos en mi dirección, como diciendo: “Mira, ahí está”. Su rostro y su mirada demostraban odio, así que preferí ver al frente, no necesito esa clase de problemas. Al hacerlo veo que frente a mi hay un perro negro, lo sé, es súper ramdon pero es real. Suelen entrar perros callejeros todo el tiempo, es algo normal ya. El perro en cuestión camina en dirección a la puerta, yo lo sigo con la mirada, volteándome hacia atrás. Cuando levanto la mirada, me encuentro nuevamente con la de la pelirroja, que seguía cargada de odio. Dándome muy mala espina.

~~~~~♡~~~~~
¿Qué creen que pase después?

~~~~~♡~~~~~¿Qué creen que pase después?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🌸Su mirada me tiene cautivada🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora