🖕🏻 Capítulo trece 🖕🏻

21 3 1
                                    

3 de mayo, 2022
Hoy volví a clases, después de ausentarme dos días, viernes y lunes, por una pequeña operación que me llevó a reposar un día y a usar una bota ortopédica. En fin, estoy bien, no se preocupen. Pero debo admitir que estos últimos cuatro días lo extrañé mucho.

Como entrábamos dos horas más tarde, cuando llegué vi a Johan, él estaba en la puerta, con sus amigos. Ellos charlaban en lugar de ingresar al establecimiento. Haciendo que mis nervios se enciendan, no me atrevía a bajar del auto y caminar hasta ellos; y esta situación parecía un puto deja vu, de aquella vez en la que él estaba en el árbol y yo no me atrevía a bajar. Pero, ¿cómo se supone que lo haga, como los voy a saludar cuando apenas puedo mirarlo? Es imposible.

Espere varios minutos y ellos seguían sin entrar, desesperándome. En verdad no quería afrontar esa incómoda situación de tener que caminar hasta ellos y saludarlos.

Tiempo después, veo que él se sube a la bicicleta de su amigo, y como si tuviese un imán para encontrarme, pedalea en dirección a mi auto, pasando por al lado de la puerta del copiloto, donde yo estaba sentada, por ende, él me vio. (-_-)

Después de eso, se volvieron a reunir y entraron todos juntos, así que bajé del auto, totalmente aliviada. Caminé con cuidado hasta la entrada principal, abrieron la puerta y subí los interminables veintiún escalones para emprender mi viaje al aula. Cuando estaba a mitad del pasillo, lo veo recostado en el marco de la puerta. La campana ya había resonado, indicando el final del recreo y detrás de mí, venía el profesor, no podía huir ni retroceder. Así que, sin detener mis pasos, rogué porque se moviera al verme acercarme, pero no lo hizo, él permaneció en la misma posición tranquila y cómoda en la que estaba. Entonces, bajé la mirada y pasé por su lado sin mirarlo, acto seguido, siento como él camina detrás de mí.

¿Por qué no se movió antes? Maldito.

Como no puedo levantar cosas y apenas puedo caminar, (porque no les dije, pero aún tengo que usar la bota ortopédica) me senté en el primer lugar libre que encontré, ya que Karen estaba sentada con una amiga de Johan, y Lola no asistió. Sin saber que él estaba sentado delante de mí con el rubio.

En varios momentos parecía querer voltear pero se contenía. Cuando faltaban unos diez minutos para que las dos horas de matemáticas finalizaran, comienzan a lanzarse una pelotita de papel, hasta que el profesor interviene y en un tono de reprimenda les pide que vuelvan a sus lugares, hasta que la campana suene. Él obedece, pero se sienta mirando hacia atrás, hacia mí. Nerviosa sólo pude dedicarme a observar mi teléfono celular. Sintiendo su intensa mirada escaneándome, volviendo esos pocos minutos en una tortuosa eternidad.

5 de mayo, 2022.
Definitivamente le gusta intimidarme, tenía todo el lugar del mundo, podía ponerse al principio de la fila o como casi siempre lo hace, frente a Karen que está siempre delante de mí. Pero en lugar de eso él, se paró a mi lado, seguía bromeando con Karen y sus amigos, pero sin alejarse de mí. No sabía para donde demonios mirar, me sentía incomoda y atrapada. Después de uno o dos minutos, interminables para mí, se alejó, para posicionarse frente a Karen pero con la vista fija en el escenario. Aun así, cada tanto miraba hacia atrás pero no para ver a Karen, él se volteaba a verme. Su comportamiento siempre me hace dudar de las decisiones que tomo. Porque ahora ya no estoy segura de querer olvidarlo, pero tampoco puedo asegurar que él, realmente esté interesado en mí. Y no es por defenderlo, pero, ¿cómo te acercas a una chica, mucho más grande que tú, que ni siquiera te mira y mucho menos te habla, a menos que sea por Instagram o WhatsApp?

6 de mayo, 2022
Hoy llegué muy temprano al colegio, tanto que no había casi nadie cerca. Sólo unos tipos podando el césped, una parejita y dos chicas esperando a que vengan a buscarlas, pues eran del turno mañana. Me encontraba disfrutando de la calidez de la luz solar, mientras observaba a la parejita de enamorados. Él no dejaba de besarla y ella apenas lo abrazaba, desde lejos incluso daba la impresión de que la estaba forzando, pero después de observarlos por varios minutos, puedo afirmar que no era así. El chico le besó el cuello y aunque por momentos ella parecía querer detenerlo, él volvía a besar sus labios repetidas veces. Frente a todos los que pasaban, importándole muy poco quién los viera. Como ya me estaban generando vergüenza ajena, volteo la mirada a mi izquierda, sólo por un segundo. Segundo en el que mis ojos de halcón captaron a Johan, abrazando a una chica con mucha alegría.

🌸Su mirada me tiene cautivada🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora